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El viento Sur chocaba las paredes de los hogares en aquel lugar. Todo era muy silencioso, realmente no era hasta que Senku despertaba que todo el mundo se activaba. Este era el eje del pequeño pueblo.

Sorprendentemente, está mañana parecía ser la excepción. Senku había despertado, si, pero no a la hora habitual, y mucho menos a repetir la rutina que había implantado.

Hacía frío.

Digamos que Ishigami no era muy parecido a Gen. Más bien, lo contrario. Era tan obsesivo, como para ordenar su ropa por colores o evitar mezclar los ingredientes en una ensalada.
Realmente quería estar al tanto de todo, de su alrededor, de que se hacía y dejaba de hacer.

¡Qué frío!

El mencionado, abrigado, se encontraba en el bosque. Si, con el peligro de cualquier adversidad. Él buscaba... Despejarse.
Era tan quisquilloso. No le gustaba recibir ayuda de nadie, ni ser abierto con sus sentimientos; pero al mismo tiempo estaba tan abrumado.

Abrumado: las tareas que se le asignaban, la constante esperanza puesta en él y sólo en él. La situación de su padre lo dejó tocado.

¿Estaba poniéndose mejor el clima o era él? 

— Ara Ara, si no es nada más que Senku-chan. —salió un simpático bicolor con aires de grandeza de los arbustos. —¡Casi te confundo con una planta más! jajajaja.

Senku le brindó una mirada  "¿ya haz venido a molestar? con lo tranquilo que estaba..."
Eso desapareció al ver a Gen sin abrigo, con las manos desnudas y tiritando.

— Una neumonía sería fatal, mentalista. —Acotó Senku, importandole poco las anteriores palabras del contrario y brindándole su abrigo. —Toma, no  sería satisfactorio que te enfermaras.

Gen quedó algo atontado, pero lo acepto.

—¿Qué haces aquí, querido Senku-chan? —preguntó el mayor mientras se lo colocaba.

Hubo un silencio hasta que Asagiri se sentó al lado del científico con su saco ya puesto.

—Nada, solo venía a despejarme. Eso es todo.

—¿En medio del bosque? ¿con este frío? —dijo algo incrédulo. —que buena manera de despejarse...

Gen no recibió respuesta, en cambio solo vio por el rabillo de su ojo a Senku mirando el suelo, algo ¿pensativo?

—Senku-chan. — volvió su mirada al cielo. —¿hay algo que te moleste?

El mencionado abrió los ojos. ¿Era tan obvio? él sólo quería pasar desapercibido en respecto a sus emociones, así no preocupaba a nadie. ¿Cómo era entonces que Asagiri lo notó?

—No. —respondió

La cara que quedó en el bicolor fue cómica. Esperaba una charla, quizás compartiendo alguno de sus problemas. Probablemente ellos eran los que mejor se entendían, después de todo,
vivieron en la misma época hace 3.000 años.

Frunció el ceño

—Juju, no sé si es más frío el viento o la persona que tengo al lado.

—¿Cómo sabías que estaba aquí?— Ignorando las palabras del contrario.

—Te vi abandonar el laboratorio y dirigirte hacía el bosque, por lo que no me dio tiempo ponerme un abrigo. Podría haberte pasado algo, simplemente te segui. Pero veo que estás bien... ¿No?— Dijo algo incrédulo. 

Senku permaneció abrazando sus piernas y mirando al suelo. Encima de todo, tenía que buscar una manera de aclarar las cosas con Kohaku. 

—Mmhhmm.— Dijo, no negándolo. 

—¿Mmmhhmm?— A Gen le empezaba a molestar la actitud de Senku.— Mira, no tienes que compartir nada si no quieres. Pero, siendo tan listo deberías ser el primero en darse cuenta que eso no te hará bien.

Asagiri miraba fijamente al ojirubí. Este volteo la mirada hacía su dirección, encontrándose con los ojos resplandecientes del mentalista que quería escuchar algo más del menor.

—¿Por qué te interesa tanto?— Sosteniendo su fría mirada.

A esto, Gen soltó un gran suspiro. Cerró los ojos y poso su temblorosa mano -por el frío- en el hombro izquierdo de Ishigami.

—Porque me importas, y somos amigos, ¿no?— Dijo, brindando una sonrisa y cerrando un poco los ojos. 

Sería egoísta decir que no mucha gente se preocupaba por Senku, pero este sentía especial interés del mayor. Hacía mucho ya que no podía abrirse con nadie, sabia pero no aceptaba que eso solo lo perjudica.

Quedaron en un momento en esa posición.

Bueno, ya no hace frío...

El científico rió un poco, pensaba que era algo rídiculo estar en esa situación. Pero, no le desagradaba del todo.

—Estoy bien, enserio.— Dijo el necio.— Solo quería estar solo un momento.

Gen se veía disgustado. Su cálida sonrisa se volvió en una forzada y se le veía bastante molesto. Pero, ¿quién era él para quejarse del comportamiento de Senku? después de todo, es el primero en escapar de lo que lo molesta. Asimismo, sentía impotencia, de no saber qué decirle para reconfortarlo ya que se sentía incapaz o el menos indicado; de algún modo, no quería lo mismo para el menor.

Puso su otra mano en el hombro derecho de Ishigami. Lo miró amenazadoramente 

—¿Vas a mentirle a un mentalista?— Dijo. ¡Puede ser que lo que le molestaba realmente era que lo subestimara! ¿no?— Escucha. No puedes ir por ahí ayudando a todos y no sentirte abrumado, seguro no lo haces esperando nada a cambio. Pero eres humano, y  ¡me sorprende un montón que solo tengas buena voluntad! ¡eso no basta! ¡siéntete bien tu también!

Respiro lentamente.

—Probablemente no sea el más adecuado para decirlo, porque no me verás poniendo a otros antes que a mí, sin embargo puedo decirte lo malo que es guardarse todo, hasta agotarse. Tienes una mente muy fuerte, no tendrías que gastarla en ese tipo de emociones que puedes evitar. ¡Enserio!

Senku vio a Gen serio por primera vez. Notaba el peso de sus palabras. Probablemente tenía razón. Bueno, ¡la tenía desde luego!. Sentía un nudo en la garganta, solo se quedó mirando al contrario a los ojos sin saber sin decir. Así es, esta fue la vez en el que el erudito se quedó sin palabras.

¿Cuánto tiempo se quedaron mirando? probablemente poco, pero pareció mucho, antes de que Ishigami hiciera el ademán de responder.

—¡Chicos! ¡menos mal que los encuentro! Estaba tan preocupa-

Senku y Gen se voltearon. 

Así es, Kohaku rompió toda tensión. Las caras de los presentes fue de lo más graciosa, como para enmarcarla. Gen sostenía fuertemente a Senku mientras tenía puesto el abrigo de este, se estaban mirando fijamente, Ishigami sentía que estaba por sollozar, y la rubia no entendía nada.

Cualquiera en su situación, hubiese pensado que ahí había algo raro. Pero, eran dos chicos, eso no podía pasar, ¿verdad? cualquier cosa era un malentendido. 

Kohaku tenía los pensamientos algo antiguos. Nació pensando que una relación así estaba mal, pero no tanto por que alguien se lo haya dicho, sino porque nunca lo vio. Y, como saben, lo que no es visto, se evita y mira de mala manera.

El bicolor lo soltó de inmediato y se levantó, cruzando los brazos.

—Jajaja, kohaku-chan, disculpa, nos fuimos sin avisar. Solo estabamos viendo el cielo, mira, que bonito.— Dijo el mentalista señalando arriba y poniendo una cara de angel.

—Está nublado. — Dijo la ojiazul

—Bueno, un poquito, pero, ¡se disfruta igual! Jajajaja, ¿verdad Senku-chan?

El mencionado miro hacía un lado.

—Eso creo.

Komorebi | SengenWhere stories live. Discover now