🌱𝕆𝕟𝕚𝕚-𝕔𝕙𝕒𝕟🌱 ᵈᵉᵏᵘˣᵗᵒᵈᵒˢ

O1

— Oh, Chibi-Chan —un joven alto de negros cabellos y ojos marrones miraban a un pequeño pecoso.

Al parecer no se daba cuenta de su presencia hasta que abrió los ojos.

— ¡Mamá se entró un pervertido a la casa! —con un gritó bien masculino llamó la atención de su señora madre, que al oir el grito de su bendición entró con una espátula a la sala. Porque vamos, a Izuku Midoriya y próximamente Todoroki, no le había quedado una buena impresión de Shindō Yō, cuando este tomó sus manos y le miro como si fuera lo más erótico del mundo.

— Izuku, es necesario que sepas algo que nunca te dije —Inko bajo el arma al ver al supuesto pervertido del que hablaba su niño.

El pecoso observaba a su madre con confusión, ¿Que era aquello que le quería decir? ¿Que era adoptado? ¿Que ése peli negro iba a ser su prometido, o que verga? Bueno eso último era inescesario, pero su mente se encontraba en un revoltijo de emociones como la ansiedad y los nervios, por ello estaba pensando en pendejadas, tales como su amigo Kacchan en tanga, pero eso es otra historia.

Bueno, el peli negro tenía otro revoltijo, pero estos eran diferentes, solo tenía ganas de tocar las constelaciones de pecas que tenía ese mocoso.

Al cabo de unos segundos decidieron sentarse los tres en el sofá, unos más nerviosos que otros.
— Bueno hijo, tu hermano mayor, Yōcchan, vivirá de ahora en más con nosotros —la mujer miro con una expresión poco desifrable a su bebé, estaba asustada. Es que todo era tan repentino, creyó que nunca pasaría por esto, ya que Yō estubo viviendo con su ex esposo desde que Izuku cumplió un año. Recuerda haber estado devastada con la partida de su pequeño con apenas dos años, pero pudo volverlo a ver cuando este cumplió los ocho.

Esto porque Inko hizó todos los papeles por la justicia, no quería quedarse de brazos cruzados toda su vida viendo como su hijo mayor se quedaba con aquel tipo.

Mientras tanto por Deku Tv ocurrían escenarios donde ese pervertido que resultaba ser su hermano, terminaba por robarle su habitación, así como sus hermosos boxer de All might. Bueno aunque eso último era poco probable, es decir, el era más pequeño.

Yō miraba con burla a Izuku, el ya estaba enterado de todo, porque vamos, era el mayor.

Aunque es la primera vez en mucho tiempo que volvía a ver a su madre; su padre se había ido a vivir al extranjero junto a su amante, pero eso era lo que menos quería el peli negro, quería quedarse y ser el mejor héroe de Japón, esto además de no querer alejarse de su madre biologíca.

— ¿Izuku? —le llamó su progenitora, sacando al peli verde de su Shock.

— Al parecer el ser tan pequeño afecta al sistema nervioso —miro con una sonrisa a su hermano, aunque pensadolo de otra manera, nunca podría decirle así, el también estaba perdido, es que por dios, no podía creer que el chico por el que llevaba suspirando meses fuera su familiar, fue un golpe tremendamente bajo.

— Mamá, ¿Podemos darlo en adopción? aun estamos a tiempo —sonrió sin decir más. No creía necesario comentarle a su madre que ya conocía al pendejo que tiene por hermano en la actualidad. Estaba bastante perplejo por los resultados de ese día, es decir, nada lo podía arruinar, camino con todoriko hasta su casa, ¿Algo mejor que eso? Por supuesto, no lo hay; ahh, pero tenía que llegar a su casa para ver a un intruso tomando café en su preciada taza de edición limitada de All Might, algo tenía seguro, echaría llave a su habitación, solo por si acaso.

— Tienes agallas renacuajo —enfrentó al menor. Al parecer su estadía allí no iba a ser tan aburrida como lo pensó.

La mujer allí presente sonreía con amor, por fin podía ver a sus dos retoños conviviendo. Recordó que dejó la comida puesta al fuego en la cocina, por lo que salió más rápido que flash, dejando la pequeña disputa en la Sala.

— No te ves nada bien Midoriya —el peli azul miraba a su amigo con preocupación, era demasiado raro, es decir, el pecoso siempre estaba radiante, ¿Quien habria osado a perturbar su sueño?

— Bueno, es que hay un demonio desde ayer en mi casa.. —murmuro con desgana en su respectivo pupitre, no tenía muchas ganas de hablar, agradecía que Aizawa-Sensei no se presentará ese día, dejándoles hora libre. Pero ni siquiera podían estar a gusto, por qué la mañana siguiente el peli negro de largos cabellos no tendría piedad.

— ¿Enserio? ¿Acaso Bakugo estará un tiempo en tu casa? —Todoroki no lo dijo con malas intenciones, ese chico era un pan de dios, por favor.

¡Que más quisiera yo, bastardo! Decían los ojos rubíes del nombrado, estaba a nada de matar a ese cabrón, si no fuera porque no quería incómodar más al pecoso, antes le hubiera válido tres hectáreas de verga, pero necesitaba ganar puntos con su Deku.

La charla siguió amena, hasta que tocó la hora del almuerzo, en ello se escucho un pequeño jadeo, Kirishima se había tropezado al ir caminando sin ver el suelo, pero el pelirrojo se sintió confundido al no sentir el frío piso. Si no unos cálidos brazos y una fragancia no conocida para el.

— ¡Hey, yo te conozco! —el peli negro miro al pelirrojo con una sonrisa.

Todos miraban atónitos a ese rostro, ¿Que hacia el en Yūei? Mientras que por otro lado, Izuku se quería lanzar por la ventana.

¿Asi que de esto hablaba?