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Algo había obstruido la primera fase del plan yaoi gratis de las chicas de la clase 1-A

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Algo había obstruido la primera fase del plan yaoi gratis de las chicas de la clase 1-A.

Y por más loco que sonase, el viento parecía en realidad estar al favor de ellas. Esa mañana por el lunes, se les había avisado qué por su propia seguridad, y mientras siguieran estudiando en la preparatoria yūei, debería de vivir en los dormitorios de los territorios de la misma escuela.

Que por lo que se entendió, aquellos dormitorios que parecían mansiones, eran marca cementos. Y si, no podrían considerarse profesores si el director nezu no podría hacerles explotar sus habilidades, y eso lo sabemos bién por que el mismo había recreado la base de piedra en el Festival deportivo.

Claramente no sólo era la clase 1-A, también se encontraban las demás clases de todo la preparatoria.

— Recuerden que apenas lleguen a sus hogares comenzaran a empacar sus chucherías renacuajos —dijo un despeinado peli negro, que aunque tuviese así su cabello, seguía siendo tan suave como el mismo algodón, su lema era.

Usa pantene, y notaras la diferencia.

Aunque no lo decía abiertamente, porque el fandom que le perseguia agotaria el suministro de aquel champú y enjuague a nivel nacional.

— Em, ¿Aizawa-sensei?

— ¿Si? —pregunto fastidiado, quería dormir y esos mocosos se ponían a preguntarle pendejadas.

— ¿Y que pasará con nuestros padres? —pregunto Uraraka que ya estaba bastante salida del tema.

— Oh, eso —dijo como si no fuera importante — All might y yo arreglamos ese tema. Han de saber que esto será como un internado, tendrán toque de queda y cosas así. Solo podrán ver a sus familias los fines de semana.

— ¿EH?

— Esto es por su propio bien sabandijas, no puede volver a ocurrir los incidentes de estos últimos tiempos. Al menos de esta manera, sabremos como resolverlo nosotros los mayores —terminó el pelinegro para cerrar mejor su saco de dormir.

La clase se había terminado.

Pero las llamas de las ansias de ciertas chicas no, hubo un pequeño contraste en los tiempos, ese día y el siguiente estarían ocupadas con la mudanza.

Pero la próxima no te salvaras pensaron todas juntas como si estuvieran conectadas. Midoriya al sentirse observado con tales vibras, miro de soslayo al grupo de féminas, y sus miradas no eran más que de cuervos a la espera de que su presa se descuide. Y miro mejor a Iida con quien estaba hablando con anterioridad, este le hablaba sobre las viejas hazañas de su hermano mayor, y el escuchaba atento para escribir ciertos aspectos que le podrían servir en algún momento.

— ¿Midoriya-kun te sientes bien? —pregunto Iida al ver el rostro pálido del otro, de la nada había visto como su expresión demostraba incomodidad.

— No... Estoy bién —dijo a duras penas, su espalda parecía ser perforada por dagas, sabía que cierta peli verde le estába mirando, ¿que había hecho ahora para que le estén observando de aquella manera?

— Ah, ¿esta bién? —dijo no muy convencido — la próxima clase es con Present Mic, dime si no te sientes bien, ¿de acuerdo?

Mientras el peli azul le decía aquello, de la misma manera puso su mano en el hombro del más bajo para transmitirle fuerzas y confíanza.

— ¿Ven eso chicas? El primer punto de la semana me lo quedaré yo, kero kero.

— ¡No es verdad! —dijo Hagakure, y como si razón tuviese, por la puerta apareció cierto chico ojeroso de cabellos morados.

— Haga-chan, ¿puedes quedarte quieta? —decía la peli azul, al ver como la otra chica parecía estar saltando por todos lados.

— Perdón perdón, pero presten atención —dijo feliz, a todo éso, el grupo de chicas parecía una de viejas chismosas, porqué hablaban murmurando despacio.

— Muchas gracias Iida-san, pero estoy bien no te preocupes —dijo mientras le sonreía, con ello se despidió de el y se acercó hacia Shinso que le estaba esperando para ir almorzar.

— Hola Midoriya —dijo con una poca visible sonrisa, algo que no todas las personas eran dignas de ver, pero para el pelimorado, el pecoso se lo merecía todo.

— Hola Shinso-san —devolvió el saludo, y la conversación amena nadie más la pudo escuchar, porqué el dúo se dirigía hacia la cafetería.

— ¡Maldito traumado! —dijo murmurando su enojo el rubio, se tenía que comer aquello todos los días, ver como Deku se iba con el ojeroso. De cierta manera lo que más le molestaba, era que el no tenía las mismas confíanzas que se tenían aquellos dos, a pesar de conocer al más pequeño desde que eran niños, parecían dos desconocidos, pero no podía andar quejándose como un desvergonzado, porque el tenía la culpa de lo que sucedió.

— Hmf hmf, ¿como era que habías dicho Asui-san? —dijo divertida la chica invisible.

Aunque no pudieran comenzar con la agenda esa semana, Hagakure tuvo la dicha de ver a su ShinDeku en acción, además de que no era ajena de que ambos chicos almorzaban afuera de la cafetería los dos solos, y que para nada ella los espiaba, claro que no.

— Hagakure-chan, no estaras escondiendo algo, ¿verdad? —pregunto Uraraka al ver a la otra más animada de lo normal, a la pelimarron no se le escapaba nada. Nisiquiera la cara de disgusto de Kirishima cuando Deku se fue con Shinso, pero no era algo que diría, tenía que tener un maso de cartas escondido también.

— ¿De que hablas Ura-chan? —pregunto haciéndose la desentendida.

— Bueno creo que deberíamos ir a comer, ¿no? —dijo Momo tratando de que nada fuera de lo normal sucediera.

Todas asintieron, para comenzar a irse, pero cierta chica de piel rosada se quedó en el aula.

— ¿Y tu que mierda me ves ojos de mapache? —dijo Molesto Bakugo.

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šŸŒ±š•†š•Ÿš•šš•š-š•”š•™š•’š•ŸšŸŒ± įµˆįµ‰įµįµ˜Ė£įµ—įµ’įµˆįµ’Ė¢Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora