Capítulo 3: la primera noche solo

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Estar en un hotel suele ser una experiencia agradable, te relajas y dejas que todo fluya, claro, si estas de vacaciones, pero yo posiblemente estaba en el principio de mi separación.

No tenía ni un maldito lugar en donde quedarme, porque no tenía ningún familiar, ni hermano, ni tío, ni padres. NamJoon era todo lo que tenía y eso también lo estaba perdiendo.

Cerré los ojos y respiré.

Sólo me tenía a mí y si no podía comprender eso, era mi problema.

Era cuestión de tiempo, yo ya no tenía veintitrés años como ella, tenía treinta y dos, no teníamos nada que nos pudiera atar al otro, mayormente el desacuerdo de las parejas es cuando se tiene hijos pero él y yo no los teníamos.

Tal vez fue mi culpa, por seguir llorando por el pasado y no darme cuenta que él estaba conmigo, tal vez lo descuidé desde hace tiempo, él me consolaba a mí pero quién lo consolaba a él, después de todo él también había perdido un hijo. Tal vez encontró consuelo en ella.

Ya no puedo cambiar el pasado, debería dejar de mirar atrás.

– Prefiero irme ahora antes de que nos comencemos a herir – siempre fuiste mi compañero, jamás me reclamaste nada, enserio, se me cerró la garganta cuando intenté decirte la razón y por eso contesté con otra pregunta.

Lo siento, lo perdí todo cuando ella mencionó el tema, la golpeé porque sólo los más allegados lo sabían, ¿por qué tenías que confiar en ella y decírselo?

Mientras estaba acostado en aquella cama, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y corrieron hacia abajo mojando el colchón.

Lamento esto, perdón por no poder hablar bien, suelo atacar cuando me veo amenazado, lo hice con ella y lo hice contigo también, no quiero lastimarte, pero me vuelvo filoso cuando soy herido, y esa noche realmente fui herido. Mi orgullo se vio pisoteado por ella y por ti.

Observé el ventanal de la habitación, la cama estaba justo al lado, la ciudad se veía esplendida desde el cuarto, realmente la noche era mágica, junté mis piernas contra el pecho y acomodé mi cabeza en ellas mientras miraba hacia afuera.

El teléfono de la habitación comenzó a sonar, salí de la cama y contesté la llamada.

–  ¿hola? – pregunté realmente confundido, quién me llamaría a las once de la noche.

– hola señor Kim, hablo de recepción, lamento molestarlo tan tarde pero es que aquí esta su esposo y exige hablar con usted, dice que no se irá hasta que hable con usted y esta irrumpiendo el orden del hotel, no deseamos llamar a la policía...

¡Ay, dios!

– sí, ya bajo – respondí brevemente antes de cortar la llamada y salir corriendo en pijama fuera de la habitación.

Mi pulso se aceleró y mis manos comenzaron a sudar. ¿Que carajos estaba intentando hacer a las once de la noche? Ademas ese idiota investigó mi tarjeta, estoy seguro, sino cómo diablos iba a saber que estoy en este hotel.

Baje por el ascensor y apenas salí oí su voz.

– yo, soy su esposo, ¿por qué no quiere dejarme pasar? Tengo que hablar con él, no ¿entiende lo que le digo?– aquel alfa estaba ebrio.

– lo entiendo señor Kim, pero la reservación sólo es para una persona y si su esposo no lo autoriza a entrar, nosotros no podemos hacerlo entrar, son reglas que maneja el hotel – explicó el muchacho mas joven.

– ¿reglas?, ¿Que clase de reglas son esas? Esto es urgente, voy a perderlo si no me deja pasar – observé a los empleados, la mayoría estaba atenta al alfa ebrio que estaba haciendo escándalos en la entrada.

Destruyendo Mi Matrimonio (NamJin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora