Almas Gemelas /Taekook/

Parte única

Kim Taehyung sabía desde el mismo momento en el que posó su mano sobre el picaporte de la puerta del bar Arena, que era una muy mala idea entrar en aquel lugar, y pese a eso, no detuvo sus pasos hasta estar frente a uno de los altos taburetes de la barra oscura que lo separaba de los familiares ojos del camarero pelinegro que le sonrió.

-Hombre Taehyung, hacía tiempo que no te pasabas por aquí- le saludó el camarero, y tal vez también considerado amigo, llamado Hoseok que siempre se encargaba de cargarle bien fuertes las bebidas.

Taehyung no era demasiado aficionado al alcohol, o al menos eso mismo quería creer él, solía ir al bar Nocturna a tomarse un par de cervezas con su amigo Jimin después del trabajo, para despejarse y reírse un rato junto a la compañía de su mejor amigo. 

Pero cuando de verdad quería beber se iba a Arena. 

Solía evitar la tentación de acabar cada noche en aquel bar, porque a la mañana siguiente se despertaba sudando, mareado y con la sensación de tener el tacto de muchos desconocidos grabado en su cuerpo; y odiaba sentir eso. Odiaba como el alcohol le hacía olvidar durante unas horas su realidad y le cargaba con la angustiosa sensación de no tener ni idea de que había hecho durante todas aquellas oscuras y borrosas horas de la noche. 

Y de esos momentos nació su amistad con Hoseok, el pobre camarero había tenido que pedirle un taxi con dirección a su casa tantas veces que al final la vergüenza y la pena por sus actos alcoholizados acabaron por formar una amistad de confidencias contadas entre chupitos, que el trabajador también tomaba a escondidas de su amargado y controlador jefe.

Pero eran justo los mismos efectos del alcohol que lo habían alejado de aquel bar durante unas semanas, los que volvían a llevarle hasta el mismo taburete que ya tenía grabado en él la forma de su culo.

Hacía solo unas horas atrás, Taehyung había telefoneado a su mejor amigo Jimin para saber si podían verse durante unas horas, y su mofletudo amigo le había tenido que cancelar la idea con tono apesadumbrado contándole que su novio Yoongi había pensado llevarlo al cine y luego a una cena en una romántica cita, ya que cumplían tres años de novios. Y Taehyung se sintió un mal amigo por no haberlo recordado, y tal vez también por haberse sentido abandonado y desplazado durante unos pocos minutos pese a que su amigo se se desvivía en atenciones y cariño con él.

Por esa razón había acabado de nuevo con la única compañía de una botella de alcohol frente a él. Hoy el local estaba especialmente lleno a pesar de ser un jueves noche normal y corriente, y Hoseok le había dejado la botella de tequila frente a él diciéndole que se sirviese a su gusto, sabiendo que eso sería que el chico se acabara el contenido la botella por completo. Su amigo le había dejado a demás muchas rodajas de limón cortadas y varios cuencos con sal dispuestos frente a él.

Y por unos instantes Taehyung pensó seriamente en dejar el dinero de la bebida sobre la mesa e irse a su casa, pero realmente no quería eso. Quería escuchar el bullicio de la gente a su alrededor, ver a las parejas amarse y besarse mientras grupos de amigos bailaban y reían a su alrededor; porque tal vez simplemente él se sentía demasiado solo a veces, y entre las silenciosas paredes de su casa, esa sensación solo se hacía más fuerte y profunda.

Tenía veintitrés años y estaba bastante perdido en su propia rutina. 

Años atrás había estado decidido a conseguir cumplir su sueño de ser un gran cantante, donde recibió tantos rechazos que acabó por creer lo que todos le decían, que su talento simplemente no era ese. 

Pero era frustrante, porque él lo había intentado, mucho, demasiado, se había aislado en su habitación tantas noches que hasta había perdido la cuenta de estas. Había trabajado a base de sangre, sudor y lágrimas mientras todos a su alrededor lo veían como un obsesionado soñador que se perdía noches de fiesta simplemente por un sueño vacío.