four

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Haneul sentía su falda pegarse a sus piernas mientras caminaba hacia el patio. La lluvia la relajaba tanto.

Mientras saltaba en los charquitos de agua con el paraguas encima de su cabeza, Hyunjin la observaba desde la ventana del segundo piso. Sentía tristeza porque podría ser un patán pero a él si le hacía bien hablar y reír con Haneul, y eso en las últimas semanas no sucedía. Aún estaba enojada con él.

Muy decidido tomó su mochila y corrió al patio, recibiendo quejas de todos los que había chocado en el pasillo. ¡Haneul sabría lo que sentía por ella! Abrió la puerta de un empujón con ganas de llamar su atención, la vió girarse a observarlo pero lo ignoró y siguió jugando en los charquitos.

Apresuró su paso a ella, sin importarle si él se mojaba o no, y la tomó de la cara logrando que lo mire. Esos ojos marrones completamente enfocados en Hyunjin denotaban confusión, esos labios ahora abultados por el suave agarre... ¡Tentación para él! La tenía servida en bandeja de plata para besarla y así lo hizo. Se quitó sus ganas de sentir sus labios presionando los de él, siendo suave.

La cara de Haneul fue un poema. Sus manos soltaron el paraguas, dejándole ver tal escena a Yisu, quien corría enfadada hacia su amiga y quien supuso era Chan para gritarle que afuera se pescarían un resfriado.

-¡Hyunjin!- gritó, logrando que el susodicho soltase la cara de Haneul para ver a la dueña de aquella voz que lo proclamaba y a la anteriormente besada corriendo tras ella mientras cerraba su paraguas dejándolo mojarse ahí parado.

Haneul descubrió su mal estado físico en comparación al de Yisu cuando corría tras ella hasta el baño del tercer piso del colegio.

-¡Por favor Yi, abreme!- pedía tras la puerta del baño donde se encontraba su amiga encerrada mientras sus ojos llovían, igual que afuera.

-Largate o me iré yo primero- pronunció sorbiendo su nariz desde adentro del pequeño cuartito.

No harían un espectáculo estando en ése baño puesto que en esa hora todos estaban en el piso de abajo, los cursos mayores se habían ido temprano aquel día y estaban en el baño de su piso. Exactamente eso era lo que quería Yisu; dejar de darles que hablar a los demás de ella. Porque por ser extranjera todos opinaban hasta de su más minúsculo movimiento, ella sentía estar presionada todo el tiempo. Buscaba donde encajar y encontró un lugar con Haneul, Ahro y Dongyul, pero sentía que ahora no era así.

-No me iré, Yisu. Hablemos- la puerta se abrió, demostrándole una llorosa Yisu a Haneul.

-Perra- sin ni siquiera mirarla a los ojos, chocó el hombro de Haneul descolocándola y dejándola sorprendida y confundida. Yisu jamás la había ofendido o herido, pero ahora sí.

-¿Todo esto por un chico, Quan Yisu? ¿Por el maldito idiota de Hyunjin?- río sarcásticamente -. ¿Dejarías una amistad que soporto tantas tormentas por una de quién sabe cuántas ventiscas qué atravesaremos? Estás siendo cobarde y caprichosa, Yisu.

La de pelo enrulado se quedó tildada antes de abrir la puerta del lugar e irse a llorar a otro lado. Suspiró, buscando la calma y comenzó a hablar.

-No es un simple capricho- susurró -. Respondeme; ¿alguna vez te gustó alguien imposible de atraer, Haneul- se dió la vuelta y avanzó hacia su amiga -. Claro que no. Estoy diciendo idioteces, ¡ninguno se resiste a Haneul! Te comento que se siente porque sé que nunca lo sentiste; horrible. Imaginate buscar que cambiar para gustarle a un chico, constantemente. Sentir como tu corazón se deshace cuando este se va con otra, cuando mira a otra como lo miras tú a él, como se te rompe el alma cuando besa a otra... Y que esa otra sea tu mejor amiga. Imaginate ser la fea del grupo, Haneul.

Yisu no sabía de que hablaba porque esos problemas se presentaron mil veces en la vida de Haneul cuando estaba en primaria.

Haneul creía tener errores y por eso le sucedía lo que le sucedía. Su primer error, según ella, eran sus cejas que predominaban así que un día en el que estaba harta de ser la fea; se las sacó como ella deseaba tenerlas. En aquel momento la emoción la hizo sentirse perfecta. Hasta que se observó en el espejo y descubrió que su segundo error era su piel; llena de imperfecciones de la edad, o bueno; con eso trataban de hacerla sentir mejor sus padres. Su tercer error era su nariz y este error le avergonzaba mucho. Pero con la partida de Yisu unos meses después, Haneul descubrió que existen muchos problemas más grandes que una ceja, que una manchita en la piel.

A las tres amigas no les quedaba de otra que afrontar el mundo ellas. En ése grupo habían aprendido muchas cosas nuevas, especialmente Haneul. Se tenían una a la otra y eso sería siempre al parecer. Mientras que Hyunjin se alejaba de ellas, con la excusa de que odiaba estar cerca de Haneul.

¿Era aquello odio o el ego de un mujeriego herido cuándo uno de sus juegos se daba cuenta de todo? Peor aún, cuando dos chicas le daban el alto a sus idioteces y se daban cuenta de que no valía la pena, no tanta como su amistad.

[...]

-¡Haneul!- la profesora Oh estaba parada en la puerta del salón y le hace señas con la mano para que se acerque hacia ella. Y así lo hace -. Linda, ¿todo bien?

-Sí, claro. ¿Qué se le ofrece?

-Vengo a hablar sobre tu trabajo de psicología del cuatrimestre.

-¿Por qué?¿Sucede algo malo con el?

-Caso contrario. Recién ayer los he leído para poder calificarlos y el tuyo me ha parecido que es la adolescencia en su estado más puro- sonríe al escuchar ése halago a sus escritos, realmente se había esforzado en eso y esperaba sacarse una buena nota -. Aunque noto inseguridad en tí, y eso es propio de tu edad; los adolescentes no saben ver cuan hermosos y valiosos son, aunque muchos les digan lo contario. Y más tardan en descubrirlos cuando pasan por un alguna rotura de corazón. Todos tienen un don y una belleza diferente. Ahora sobre tí, dulcesito; vales mucho más que la aprobación de Hwang, la de Seo o de cualquier persona. Eres increíblemente inteligente y hermosa en todos los sentidos, no te dejes pisar y sigue adelante, luchando contra quienes te quieran opacar. Brilla como siempre.

Y esas palabras junto con tantas experiencias dolorosas y charlas con sus amigos y familia terminaron convirtiéndola en una chica que se quiere sentir segura de sí misma y no por sí un chico gusta o no de mí, por si tiene mil amigos o no. Trata de ver otras cosas mucho más importantes.

Ser adolescente es duro y por mucho más que un granito, el crecimiento de vellos o la menstruación. Crecer es mucho más que eso. Y no lo hacemos solos, contamos con la ayuda de nuestros padres, quienes se supone son fieles amigos nuestros y de también de desconocidos que terminan siendo amigos para nosotros, algunos nos dejan marca de una buena o mala manera. Y normalmente de las marcas más dolorosas son de las que más aprendemos.

FIN

Para Yumay.

La amiga que me dejó la marca más dolorosa y con mucho aprendizaje.

Siempre en mi corazón.

22.O5.19


➤ self esteem ᎒ hwang hyunjinWhere stories live. Discover now