Segunda parte: 22 Lo que el hielo ocultó

Start from the beginning
                                    

—Se apellida Lambert, Lauren Lambert —respondió despacio.

Lucas lo apuntó rápidamente en una página de su libreta. La libreta estaba apoyada de la mesa liviana de la sala de interrogatorios.

—Después de encontrarlos a ustedes, se encontró el cadáver de un hombre muy cerca del lugar de los hechos. Eh... bien, antes de seguir, quiero saber, ¿Cómo sabe cuál era una de las víctimas?

—Es mi novia.

Lucas entrecerró los ojos. Apuntó eso.

—¿Usted encontró a su novia casi muriendo en el Lago Cisne?, ¿Cómo me dice eso sin que le pase por la mente el que yo piense que usted era quien le estaba haciendo daño?

—Estoy contando la verdad; yo no le hice daño.

—Tengo razones para creer que usted si trató de hacerle daño.

—Sí usted tienes pruebas, está bien, mientras tanto, solicitaré a mi abogado que se me levanté la provisional. Yo conozco mis derechos señor Baum.

Lucas tensó la quijada. Efectivamente, el cirujano fue puesto en libertad dos horas después por un auto del juez, pues hasta el momento no se habían hallado pruebas congruentes que lo inculpen y por no presentar ninguna amenaza de fuga inminente como testigo del caso.

Lucas Baum a través de la red de póliza de seguros encontró a varios con el apellido Lambert en todo Múnich, pero, como por coincidencia encontró a Laura Soares, quien tenía dentro de su plan a una hija, llamada Lauren Lambert, al entrar, la foto reveló lo que quería saber.

Laura Soares volvía del trabajo, cuando, al entrar a la sala de su casa vio que su prometido estaba sentado en la sala con un par de oficiales. El corazón le bajó a los pies y las lágrimas afloraron sus ojos.

Eran noticias de su hija.

—Han encontrado a Lauren.

Laura se tapó la boca, dejó caer su bolso al piso.

—¿Dónde está?

Herman se levantó a su lado, pasó la mano por su hombro suavemente.

—Está en el hospital. —Comunicó el oficial.

—Sí, ¡¿pero qué le pasó!?

—Si viene con nosotros le podremos explicar mejor. Hasta ahora solo le puedo decir que fue encontrada en el Lago Cisne. Tiene un mes y medio de embarazo y tenía hipotermia en su segunda etapa.

Empezó a llorar sin digerir bien la información.

—Alguien intentaba asesinarla.

El cadáver del hombre había pasado toda una semana en el laboratorio de la forense. Por su registro dental se descubrió que su nombre era Kay Kugler, un agente de remesas.

Aun así, no se sabía quién era él en el rompecabezas del caso, ni porque se encontraba muerto.

Lucas Baum estaba estancado, porque las dos mujeres seguían en una delicada situación y no podían acusar a nadie y él único que podía dar una luz al caso era Roger Bernard, pero él había sido puesto en libertad porque no había pruebas ni testigos que lo encerraran a él como culpable, y porque, el Dr. Bernard, es un cirujano de renombre, incapaz de cometer tal atrocidad.

Semanas antes

Vid se miraba en el reflejo del auto de Vladi. Un monstruo le devolvía la mirada y se apoderaba de lo que él era. Cerró los ojos fuertemente para borrar las acciones cometidas hacia unos segundos, pero no desaparecía, se quedaba, y se atragantaba con su vida.

—Anda, muévete. —Albert comandaba, la novia de Albert, Katia, echaba ambientador dentro del auto—. Anda, muévete. —Volvió a repetir.

Vid miró a Albert con los ojos abiertos, paranoicos, sus labios rojos y sus ojeras pronunciadas.

—Vid, Dios mío, quítate. —Katia lo empujó y el cayó al piso. Ella abrió la puerta de los asientos de atrás, y sacó la funda negra. La abrió, y empezó a echar piedras en ella.

Albert observaba, mientras Vid mantenía el ceño fruncido.

—Rosemary va a hacerme daño.

Cuando Katia terminó de echar las piedras en la funda, gateó hacia Vid. Le acarició el rostro.

—Ella te entenderá, entenderá que lo hiciste por tu bien, porque ella te ama. Y porque si él seguía aquí, significaría el no verte más a ti.

Vid asintió. Albert tomó la funda y la lanzó al lago.

Lucas Baum se tocaba la barbilla mientras su mente se encontraba lejos pensando. De pronto, una mujer de piel morena y cabello recogido entró a la sala del hospital. No le tomó mucho tiempo el darse cuenta que aquellos ojos eran iguales a los de la muchacha que yacía luchando por su vida y por la de la criatura que en su vientre había, a unas cuantas puertas más allá.

Lucas alcanzó a la mujer, quien andaba con un hombre blanco, alto, con cabello negro y ojos azules que también lucia preocupado, pero no lucía como el padre de la muchacha.

—Señora Soares.

La señora se dio vuelta, impaciente.

—Soy Lucas Baum, encargado de la investigación del caso de su hija. Tengo unas preguntas que hacerle señora.

—Yo voy a ver a mi hija —contestó apurada, se iba.

El hombre que andaba con ella, la detuvo.

—Laura, esperemos lo que tiene que decir.

La señora respiró profundo, y todo su cuerpo tembló. A la verdad, ella lucia joven, tal vez no llegaba a los cuarenta años de edad.

Lucas tomó una bocanada de aire, y después formuló la primera pregunta.

—¿Reportó a su hija como desparecida?

Exhaló negando.

—No.

—¿Cuándo la vio por última vez?

—El siete de abril.

Lucas apuntó en una libreta.

—Usted no reportó que estaba desparecida, aunque llevaba un mes y días sin saber de ella, ¿acaso sabía dónde estaba?

Se puso a llorar.

—Creí que se había ido con su pareja... unos días antes me había pedido ir a una casa en el bosque que tenía su novio, y yo le dije que no podía ir, entonces, desapareció de la casa, cuando le iba a llevar la foto grupal de su escuela, su habitación estaba vacía. —Se tapó la cara—. Yo pensé que estaba desaparecida, fui a la policía para hacer la denuncia, me hicieron preguntas iguales a la que me hizo usted, me dijeron que mi hija lo más probable se había fugado. Entonces de pronto me llamó una tarde, yo creí que estaba bien, ella me dijo que todo estaba bien, que me amaba.

—¿Quién es la pareja de su hija?

—El doctor.

Herman miró a Laura y después a Lucas.

—Se llama Roger Bernard.

Laura y Herman se marchaban de nuevo hacia la habitación donde Lauren se encontraba, pero Lucas les alcanzó.

—Una pregunta más, —Alzó el dedo índice y el del medio juntos—. ¿Cree que la pareja de su hija le ha hecho esto?

Laura miró a Herman, y Herman le devolvió la mirada. Que no tenían idea, no se iban a lanzar a acusar desde la nada.


---*-*---

¿Vieron que cambió la forma de la narración porque ahora Lauren esta inconsciente en cuidados intensivos? esto es divertido, de verdad

Ahora VOMENTEN. 

Muchas gracias por leer y por comentar. Ilyall♥♥♥

Lo que el hielo ocultóWhere stories live. Discover now