𝙈𝙤𝙤𝙣𝙧𝙞𝙨𝙚-𝙍𝙖𝙮𝙡𝙡𝙪𝙢

𝐔𝐧𝐬𝐚𝐟𝐞𝐭𝐲

No se consideraba un ser celoso, o al menos no había tenido tiempo de comprobarlo; desde la "cobardía" de sus padres lo único que le importaba era convertirse en la mejor; los líos románticos estarían esperándola luego de completar su misión de vida, o eso era lo que esperaba la elfo de cabellos platinos.

Odiaba admitirlo, incluso cuando solo era discusiones consigo misma; pero algo dentro de su ser se encendía al ver a Claudia cerca de Callum.

Luego de su batalla contra Viren, ella y Soren regresaron al castillo pidiendo clemencia a los monarcas, la cual fue otorgada por obvias razones, eso no le disgustaba en lo más mínimo, incluso disfrutaba escuchar las idioteces que el rubio brindaba cerca de Ezran. Pero cuando se trataba de la pelinegra cerca de su castaño era algo que la hacia sentir insegura.

Sus sentimientos estaban revueltos ¿Eran esos los llamados celos? ¿O miedo de no ser suficiente? No era usual sentir ese tipo de incógnitas rondando su cabeza, pues era la primera vez que sus "prioridades" eran opacadas. No podía evitarlo, sentir el temor en cada célula de su cuerpo; ella no era estúpida, conocía los sentimientos que Callum tuvo por la oji-verde. Apartando el hecho de que ella nunca le agrado; verla cerca de su novio la hacia sentir diminuta.

Los humanos tienen costumbres distintas, era consciente de ello, ellos no temen al cambiar sus intereses románticos, en cambio los elfos no comparten esa cultura y era algo que ella admiraba, ellos entregaban todo por una persona, corazón y alma hasta la eternidad. Ella quería experimentar lo mismo, como sus padres y Runaan con Ethari.

Se sentía segura en las alturas, desde pequeña amaba correr y esconderse en la copa de los árboles, la suave brisa y la cercanía con el cielo le gustaba, le ayudaba a pensar. Katolis era un lugar hermoso, no tan hermoso como Xadia, pero se sentía como un hogar, o al menos cuando el esta a su lado.

Su cabeza daba vueltas y una contaste presión en su pecho no la dejaban llegar a una paz. No sabía que hacer, se sentía sola, no tenía a su madre o a Ethari; no quería preocupar a Ezran, Soren ni siquiera era una opción, estaba asustada, no sabía como podría reaccionar Callum ante sus inseguridades, aún no comprendía bien a los humanos y eso la frustraba.

Dos golpes al tronco del árbol, la joven de piel nívea estaba desesperada de una manera inimaginable; Runaan probablemente se estaría burlando de ella y sus estúpidos líos adolescentes. Llevo ambas manos a su rostro y recostó su espalda en el tronco antes golpeado.

-Debo parecer una idiota preocupada por esto- se dijo a sí misma -Pero no puedo evitar las ganas de partirle la cara a esa agh- soltó un grito ahogado.

-Sabes que Callum te ama ¿Verdad Rayla?- la suave voz del rey de Katolis se hizo presente en el bosque asustando a la preocupada elfo haciendo que esta le apuntara con una de sus espadas al joven.

-¡Ezran!- chilló la chica asustada bajando del árbol de un salto -¡No puedes simplemente ir asustando a las personas!- con el dorso de su mano secó la fina capa de sudor que se había creado en su frente debido al sobresalto.

-Lo lamento Rayla- el menor tomo asiento en las raíces que sobresalían del robusto roble colocando a Bait (Cebo) en sus piernas -No quería asustarte- le dedico un cálida sonrisa.

-Yo lamento casi degollarte con mis espadas- le devolvió la sonrisa al moreno.

-Entonces estamos a mano- el niño le tendió la mano a la elfo, dándose un suave apretón de manos con su cuñada -¿Por qué estas tan asustada Rayla? Mi hermano puede ser y sentir muchas cosas, pero nada lo hará cambiar sus sentimientos hacia ti- cuestiono con semblante preocupado.

-En Xadia tenemos tradiciones muy distintas a las suyas- respondió en suspiro -Tengo miedo a entregarlo todo y no ser correspondida. Claudia es una mujer hermosa, no me sorprendería que Callum empiece a sentir algo por ella. Toda mi vida tuve un propósito, no creí que el amor sería parte de el, y ahora no se que hacer- se dejó caer al lado de su amigo -Mis padres estuvieron juntos toda la vida, yo en cierto punto deseo lo mismo- dejo caer su frente en sus rodillas.