FAKE HOPE || SOUTH PARK

Capítulo dos: Damien-Resentimiento

°•The Neighbourhood - Lurk•°
°•Fleurie - Hurts like hell•° 

Había vivido por varios siglos y ni una sola vez en todo ese tiempo se había considerado como una persona con sentimientos positivos, desde que tenía uso de razón se había visto así mismo como alguien incapaz de poseerlos.

¿Cómo podría ser de otro modo considerando su orígen?

Él era el anticristo, hijo del mismísimo maligno, había visto las cosas más insanas y terribles del mundo, cosas que nadie podría imaginar, cada día presenciaba catástrofes, dolor, desesperación y violencia, y aunque sonara de lo más terrible era algo a lo que ya estaba totalmente acostumbrado.

Vivió de este modo por un largo tiempo, sin tener el mínimo en interés en que fuera de otro modo, o al menos así era hasta que cierta persona llegó a su vida.

Él era un simple mortal, cuya vida estaba cargada de miseria y monotonía y aun así lograba brillar y sobresalir a su manera, Damien solía pensar que era "asquerosamente amable" e incluso llegó a creer que era un total estúpido, sin embargo, más estúpido había sido el por haber terminado cediendo ante su "encanto".

Por primera vez en mucho tiempo sintió que había algo en lo que encajaba, algo a lo que pertenecía. Le maravillaba como es que él tenía muchos más años de vida que Phillip y era este quien le enseñaba a vivir realmente.

Se sentía totalmente en paz a su lado, él era tan puro que incluso había logrado que sentimientos tan sublimes como el amor nacieran en su interior y se incrementarán con el paso de los años, finalmente había encontrado a una persona con la que quería crecer a la par, alguien por quien merecía la pena vivir.

Sin embargo, debió haberlo sabido, se lo debió haber esperado, él nunca podría sentir algo bien por nadie jamás.

Lo supo en cuanto Phillip se acercó a él una tarde nevada, con el rostro lloroso, las mejillas sonrojadas y una sonrisa temblorosa en los labios. -Tengo buenas noticias- le había dicho el rubio, pero por alguna razón, cuando fueron pronunciadas no se sintieron como tal.

Iba a tener un hijo, un pequeño, fruto de aquel amor que le tenía al rubio de nombre Phillip. Intento ser feliz, de verdad, sentir la misma alegría y amor que sentiría cualquier padre de aquel pueblo en donde residían, pero él no era como cualquiera y tampoco podía sentirse de esa manera.

Aquella noche lo había abrazado y le había dicho que estaba sumamente feliz, aunque todo le supo a una gran mentira.

El tiempo mismo le comprobó que aquello no era nada bueno para él, pues ahora, las sonrisas que Phillip emanaba empezaron a ser para su abultado vientre, cada vez eran menos las caricias para él, casi siempre se encontraba murmurando alguna tontería cariñosa con diminutivos incluidos y apodos como ¨mi pequeño¨. Sobre todo muchas veces se sintió molesto y asqueado cuando contemplaba la apariencia desgastada y enfermiza del rubio a causa de su difícil embarazo.