Capitulo 12

596 45 12
                                    

Kibum estaba tumbado en la cama a la mañana siguiente, sin poder sacarse a Minho de la cabeza.

Los recuerdos del día que habían pasado juntos lo asaltaban.

Aún le temblaba el cuerpo del increíble orgasmo que Minho le había provocado, pensó recordando cada instante de sus atenciones sexuales, tan generosas y desinteresadas.

Estaba enamorado por completo de él y el día anterior en la piscina había estado a punto de confesárselo en, al menos diez ocasiones.

Sin embargo, Minho nunca había hablado de futuro, ni una sola vez había insinuado que quisiera reconciliarse y se había controlado para no hacer el amor con el, sólo para mantener el trato de su chantaje

¿Por qué? ¿Es que no había cambiado nada entre ellos en las dos últimas semanas?

Kibum no había olvidado los comentarios que Onew había hecho sobre que Minho lo lastimara ¿Qué había querido decir? No podía dejar de pensar que Onew, incluso en su estado de embriaguez o tal vez a causa de ello, había querido advertirla sobre Minho.

Y luego en la piscina cuando el le había mencionado su plan de abrir una escuela de baile en Seul.

Minho no se había mostrado nada
contento con esa posibilidad no había dicho mucho al respecto, hasta que Kibum lo había presionado había respondido algo para quedar bien, pero el había comprendido de sobra que no le había hecho ninguna gracia la idea.

De hecho, durante unos segundos le había cambiado la cara por completo.

Entonces, Kibum no había querido darle importancia a su reacción había estado demasiado embriagado por el momento como para pensar con claridad sin embargo, a la mañana siguiente no tuvo más remedio que en frentarse a los hechos.

—No quiere que me quede en Seul—murmuró Kibum solo en su habitación con el corazón encogido.

Sin embargo optó por reunir todo su valor en vez de pasarse todo el día dándole vueltas, volviéndose loca, tomó la decisión de averiguar la verdad.

al menos, averiguar qué había querido decir Onew con sus comentarios con esa idea en mente, se levantó de la cama y se duchó se secó el pelo y se puso un vestido de color amarillo canario y unas sandalias luego, tomó el teléfono móvil del bolso y marcó el número de Onew.

Una hora después, estaba frente a Onew en su elegante despacho de Petróleos Lee.

—Gracias por aceptar verme de inmediato—dijo Kibum tomando asiento en una de las dos sillas que había ante el escritorio.

—Es un placer— repuso Onew sentado con aire informal en el borde de la mesa a medio metro de ella.

¿Quieres algo? ¿Una taza de café, un desayuno cualquier cosa?— le ofreció, y se apoyó en la mesa con el dedo sobre el intercomunicador, preparado para pedir a su secretaria lo que Kibum quisiera.

—No, gracias— Él se enderezó y sonrió.

—De acuerdo— replicó él y lo miró con gesto serio— Me sorprendió un poco que quisieras verme ¿Qué sucede?

Kibum se estiró los pliegues de la camisa, luego, lo miró directamente a los ojos.

—Es sobre Minho.
—Bien— dijo Onew despacio con aspecto de estar un poco confundido

—La otra noche en tu casa me dijiste algo que no comprendí.

Onew echó la cabeza hacia atrás y rió, como para quitarle importancia a cualquier cosa que le hubiera dicho.

Nadie Abandona a "Choi Minho" - MinKeyWhere stories live. Discover now