𝑭𝒂𝒓 𝑨𝒘𝒂𝒚 |𝙹𝚎𝚘𝚗𝚐 𝚈𝚞𝚗𝚑𝚘|

✧ Conociendo a un Extraño ✧ [Parte I]

Ya pasaron alrededor de cinco minutos. Mi vista está clavada en la pantalla del celular mientras su brillo se va apagando hasta bloquearse. Puedo oír a los demás hablando alrededor mío. El grupo de las chicas aún sigue con sus risas exageradas y algunos alumnos entran y salen del salón aprovechando los pocos minutos que quedan de descanso.

No tengo idea de que contestar. En este momento comienzo a replantearme con la persona que me estuve hablando durante estos años.

Harry comienza a parecer un completo extraño en mi cabeza y el miedo de que pueda ser una farsa me devuelve el calor que había logrado calmar hace un rato.

Él no puede ser una mala persona. En todo este tiempo que estuve hablando con él nunca se preguntó en donde se ubica mi hogar o que horarios tengo; ni siquiera se interesó en saber cómo luce mi rostro y en ningún momento insistió sobre estas cosas.
Suena algo ilógico que alguien que desea secuestrarte o estafarte mantenga una conversación contigo, todos los días, por más de dos años para finalizar su plan luego de tanta espera. Se supone que iría directo al grano, en el menor tiempo posible, ¿cierto...?

Ya basta Psique, ¿Qué estás diciendo...? Es Harry, sería imposible que te hiciera algo así.

Sacudo mi cabeza rápidamente intentando desvanecer esas molestas ideas.

Es verdad, él no sería capaz de hacer algo así, mucho menos si no lo ha intentado en el pasado. Debe ser coincidencia que esa foto parezca estar tan cerca de donde vivo. Hay que considerar que Los Ángeles es muy conocido entre los turistas y el hecho de vivir en una zona céntrica hace que las coincidencias sean mucho más lógicas.

El timbre del receso sorprende a mis oídos haciéndome dar un pequeño salto en el lugar, sacándome de mis pensamientos. Miro por unos segundos a la pizarra con la mente en blanco y, justo cuando estoy por escribir, la profesora de literatura cruza la puerta del aula provocando que todos en el salón se pongan de pie para recibirla adecuadamente.

Se podría decir que la profesora Hotz es una de las docentes más estrictas en esta escuela. Es una mujer cercana a los cincuenta años, a pesar de que sus arrugas le aparentan algunos más. Baja estatura y cabello lacio. Siempre lleva sus ojos color avellana delineados en exceso junto a una gran cantidad de sombra color morado y cubiertos por unos anteojos de un grueso marco color rojo.

La profesora Hotz no tolera que los alumnos se encuentren mal posicionados en sus asientos, ni que bostecemos haciendo ruido o que pidamos de ir al baño. No soporta que más de una persona esté luchando por responder una de sus preguntas o que no podamos entender su profundo conocimiento en la literatura griega. Y ni hablar de los celulares; esos aparatos innecesarios que sólo te quitan horas de vida y te producen más complicaciones en la vista que el propio televisor.

-Buenos días, ya pueden sentarse.

Todos se colocan adecuadamente en sus lugares mientras ella ordena sus pertenencias en el escritorio.

-Espero que hayan leído el capítulo que les pedí porque estaré haciendo preguntas duran-

No puedo oírla. Mi vista está levemente apuntando hacia abajo intentando responderle a Harry lo más rápido posible. No soy de usar el celular en clase más que para ver la hora -y menos en literatura- así que mi corazón late a mil por hora, evitando que el más mínimo ruido llame la atención de la profesora.

"
Tú:

Harry.. Es muy repentino que me lo propongas ahora, no estoy muy segura de poder encontrarme contigo

"

-Psique.

Una voz más firme que la pared pronuncia mi nombre haciendo que resuene en todo el salón y provoque que mi torpe dedo envíe el mensaje sin la oportunidad de terminar la oración.