N E T

10.9K 1.5K 540
                                    


Changbin no tenía nada más que hacer. Había salido a caminar a una parque a unas siete u ocho cuadras de su casa solo. A pesar de que Hyunjin le escribió en la tarde para salir el lo rechazó debido a que quería estar solo y llenar su cabeza de pensamientos; pensamientos en los cuales solo reinaba un problema, su estatura.

Ya tenía veinte años en los cuales había intentado varios métodos para poder crecer algún que otro centímetro más, sin embargo, solo lograba escasos resultados por meses de aplicación. Sinceramente, ya estaba cansado de todo eso.

Bang Chan siempre lo animaba con dulces palabras de apoyo diciéndole que su pareja destinada lo va a querer no por su altura, sino por todo su cariño y amor que guardaba en su alma. Aunque de poco le servía en días como esos, cuando salía a la calle y ve a las múltiples parejas paseando de la mano, dándose besos o alguna muestra de afecto que lo deprimía notablemente. En ocasiones Changbin creía que el nació con soledad, que su destino era vivir soltero puesto que nadie sería capaz de amarlo, pero sin importar los pensamientos negativos que se le incrustaban en su mente, su corazón siempre había tenido, y sigue teniendo, que una persona en ese gran y extenso planeta, lo iba a amar más de lo que imaginara.

Solo que, ¿Quién era esa persona?

Y mucho más importante...

¿Dónde se encontraba?

¡Changbin lo quería tener ya!

Los pasos que daba al caminar de pronto parecieron querer ir más rápido. De la nada las parejas parecían haberlo rodeado y eso lo hacía asfixiarse. Había un olor que, tal y como una fuerte y ansiada brisa de verano, lo había invadido y discapacitado a continuar.

El alfa creyó que era por los múltiples olores de aquellas parejas; pero tras ver un hueco libre sin ningún par de personas y huir inmediatamente por ese lugar, aquel olor se había intensificado.

Era un olor de galletas con chispas de chocolate y leche.

Changbin ignoró como su corazón había comenzado a bombardear con tanta rapidez, restándole importancia a esa taquicardia que le hacía sentir mal y se concentró en seguir ese destino que el aroma, por alguna extraña razón, lo obligó a continuar.

No demoro demasiado al llegar a un lugar de la plaza donde habían varias bancas con mesas de maderas frente a una cancha de fútbol y basquetbol. Camino entre ellas viendo como solo dos mesas estaban siendo ocupadas, una con dos mujeres de aproximadamente dieciséis o diecisiete años de edad, y otra con tres chicos que parecían de su misma edad.

Entonces, con el corazón en la mano y sudando a mares se acercó a las chicas, pero el aroma lo hizo cambiar de nuevo de dirección.

Dirrección que apuntaba a los tres chicos.

¿Qué hizo? La respuesta era fácil.

Salió corriendo de ahí mientras esperaba a que Bang Chan le respondiera la llamada.

. . .

-Entonces- habló Chan con lentitud queriendo calmar a su amigo quien miraba a todos lados distraído y bastante nervioso-, ¿Me dices que pudiste oler a un chico verdad?- Changbin asintió aún sin siquiera mirarle-. ¿Eso no es genial?- vuelve a preguntar esta vez sonriendo como nunca- ¡Al fin haz encontrado a tu pareja! ¡Changbin, tú lo lograste oler!

-Lo sé, al fin huelo a un omega... pero la cosa es que...

-¿Te incomoda que sea hombre?

-Diablos Chan ¡Claro que no! ¿Cuántas veces les he dicho qué no me interesa de que sexo sea mi pareja?

-¿Entonces?

-Es que lo olí ¡maldición! Huelo su aroma de galletas con chispas de chocolate y leche, y si no somos destinados no podría percibir su aroma tan bien como lo hago- exclamó ocultando su rostro con sus manos a la vez que soltaba un suspiro agotador-. Tengo miedo, Chan- tartamudeo-, miedo a que yo no sea lo que él espera, de no ser un alfa a quien pueda amar.

-Venga, Changbin- el beta se levantó y le tendió las manos al nombrado para ayudarlo a levantarse, junto con las cálidas palabras de aliento que siempre le decía para no sólo animarlo, sino también hacerle saber que no lo dejaría jamás-, tengo curiosidad, ¿Cómo es ese lindo chico que está destinado a ti? Lo quiero ver, enséñame.

Changbin se encogió de hombros. No había sido capaz de siquiera reconocer cual de los tres chicos era su destinado.

-¿No sabes?- cuestionó el rubio-, vaya, creo que eres aún más lento de lo que pensaba- susurró observando aquella mesa a unos diez metros de distancia aproximadamente notando como un chico de cabello anaranjado se levantaba y se iba de ahí-. Oye Bin, uno se levantó, viene para acá.

-¿Quién es?- preguntó exaltado Changbin. El aroma de hacia cada vez más fuerte y presente que sin pensarlo tiro de la manga de su amigo para esconderse tras un árbol-. ¿Todavía viene?

Chan negó- Cambio de dirección.

Entonces Changbin lo vio. Miro un chico, que de simple vista se veía más alto que él, vestido de jeans negro al igual que sus zapatos y una polera de color blanca. Tenía el pelo naranjo y aunque caminara derecho mientras ellos se quedaban atrás, pudo notar como el chico se rascaba y movía su nariz casi como si un olor le llegará a incomodar. Al verlo se dio cuenta de que su corazón tenía razón.

-¿A quién quieren secuestrar?

Y tanto Bang Chan como Changbin saltaron asustados por aquella voz que apareció a sus espaldas, escuchando después como Jeongin no dejaba de reír por su reacción.

-¿Qué haces aquí Jeongin?

-Yo debería preguntarte eso, Changbin hyung, le dijiste a Jinnie que estabas ocupado y ahora te veo aquí con Channie hyung. ¿Por qué rechazas a mi alfa?- frunció el ceño enfrentando a su mayor.

-Ginnie, Changbin encontró a su pareja.

-¿Cómo qué lo encontró?- gritó con emoción, borrando todo rastro de enojo que segundos antes tenía plasmado- ¿Quién es?

-Changbin, ¿Era el qué acaba de pasar?

Seo asintió para luego señalar a sus dos amigos aquel chico que de a poco se alejaba de ellos caminando con tranquilidad.

-No lo conozco, pero estoy seguro que es él- el alfa sonrió viendo como su futura pareja se iba, porque si, Changbin iba a convertir a ese chico en su pareja y no lo dejaría marcharse nunca.

Era algo increíble.

-Espera- susurró Jeongin dándose paso entre ambos quedando al frente de los dos para posteriormente colocar sus manos a los costados de su boca-. ¡Lee Felix!- gritó fuerte volviendo a sobresaltar a sus dos amigos quienes entraron en pánico al ver como Jeongin conocía al chico y peor aún, como el chico se dio vuelta con una felicidad casi envidiable para correr hacia el omega con prisa y saltar sobre el abrazándolo con fuerza.

Changbin simplemente había muerto.

-¡Jeonginnie!- exclamó eufórico el chico de pelo naranjo.

Detrás Tuyo [ Changlix ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora