Fifth Memory

397 33 16
                                    

—¡En verdad apestas en estos juegos Jyugo! —Exclamó con burla Uno.

—¡Lo que pasa es que tú haces trampa! —Se defendió la heterocromática.

—Jyugo-chan, de verdad quiero apoyarte... ¡Pero eres demasiado mala! —Dijo esta vez Nico.

—Creo que hasta Kuu podría ganarte. —Opinó Rock y el mencionado gato maulló en señal de acuerdo.

—¡Ya me cansaron! —Vociferó la chica y acto seguido le lanzó a cada uno un cojín, impactando justo en sus rostros e iniciando así guerra de almohadas.

Este tipo de escenas plagadas de risas seguían siendo común en la celda 13 del ala 13.

Que la reclusa más problemática halla madurado no significaba que no se divirtiera con sus amigos.

O al menos lo hacía, hasta que cierto supervisor con cara de gorila aporreó la puerta de su celda.

—¡Ya cállense de una vez mocosos de mierda!

—Y ya llegó el aguafiestas... —Masculló el inglés y Nico lo siguió con un puchero.

—¿Necesitas algo? Es raro verte a estas horas. —Le preguntó Rock, a quien a veces le tocaba ser el maduro en el grupo.

—Tch. Vine a hablar con la N°15.

—¿Conmigo?

—Si. La verdad no creí que esto pasara, pero me sorprendiste. —Hiso una pausa y después le informó con una sonrisa orgullosa—. Mañana te llevaré a las celdas subterráneas del ala 4 para una visita.

Los cuatro reclusos se congelaron ante esta noticia.

—Lo lograste N°15. Podrás ver a al N°634.

Estas últimas palabras de Hajime fueron suficiente para sacarla de su estupor. Las lágrimas se desbordaron y en un instante se encontraba sollozando en los brazos de sus amigos.

Ellos no pararon de felicitarla y se le unieron con unas pocas lágrimas de alegría, todo bajo la mirada del guardia que por una vez, no se molestó por el escándalo.

Al fin podría verlo.

La emoción de este echo la mantuvo en vela toda la noche, razón por la cual ahora se encontraba bajando del ascensor del ala 4 con un enorme par de ojeras.

Caminaba detrás de Hajime con los nervios a flor de piel, cuando se toparon con Kenshiro. Aparentemente debía entregarle un reporte a la alcaldesa, reporte que casualmente también debía entregar Hajime y decidió acompañar a Kenshiro.

No sin antes indicarle a Iris el camino a la celda de Musashi.

—Serán idiotas. —Masculló la chica entre dientes, mientras caminaba—. ¿Qué clase de guardias dejan a una reclusa experta en fugas sola?

—No te enojes tanto Iris, al final solo nos tuvieron consideración. —La chica pegó un brinco al escuchar ésa voz.

Tan ensimismada iba que no se dió cuenta que había llegado al calabozo en el que residía el alemán.

—Mu-Musashi. —Tartamudeó nerviosa.

El solo río al imaginar la cara que tendría la heterocromática y le dijo.

—¿Qué tal si entras? No me acostumbro a hablarte con los barrotes de por medio.

Iris se mantuvo callada, pero el alemán pudo escuchar como desbloqueaba la celda y entraba.

Ninguno rompió el silencio, Iris apretaba los puños y mantenía la cabeza gacha. A pesar de tener mil cosas para decirle, verlo en ese calabozo, solo y sin vista por su culpa había sido un gran impacto para ella.

Past (MusashixJyugo)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang