El guardián de las auroras

287 17 3
                                    


Disclaimer...los personajes de Saint Seiya y Frozen no me pertenecen. Son obra y creación de MasamiKurumada y . La trama es completamente mía

Era alrededor de medio día cuando el consejero del rey se presento ante él y su esposa. —Majestad he vuelto con el reporte que me pidió

Adgar realizo un ademan para que prosiguiera. — No ha habido información relevante que se comente en la aldea de kohoutek, salvo por los últimos decesos que se le atribuyen al "mago de agua y hielo" hace 4 meses— el rey dejo de lado aquello, ahora de nada le serviría saber los rumores que se comentaban de él. —Fuera de ello todo está tranquilo.

— Excelente— Idun parecía complacida, por fin los temores de su esposo quedarían atrás. — Gracias, puedes retirarte— ordeno ella.

— Espera— quien hablo esta vez fue el monarca. — ¿Alguna posible amenaza como lo fueran bandidos?

Idun no entendía el porqué de la pregunta, aun así se mantuvo expectante ante la respuesta. —Ahora que lo menciona, escuche que por estas épocas la aldea era presa de algunos de ellos, sin embargo no hay de qué preocuparse ya que muchos de ellos también le temen a las historias que se cuentan sobre el instructor de la princesa.

—Gracias, ahora sí puedes retirarte—el rey se mantenía pensativo. El informe de su consejero lejos de tranquilizarlo lo altero más. —Con su permiso— fue lo último que escucho de su subordinado.

Ese mismo día Agdar tomo una decisión, la traería de vuelta sin importar el hecho de que no hubiera aprendido a controlar sus poderes, ya encontrarían otro método para retenerlos. Un método que le prometiera, por lo menos, la seguridad necesaria para verla con vida.

— ¿Estás seguro de esto? —la emperatriz no entendía el repentino cambio de su marido. —Agdar cielo, piénsalo un momento ¿Qué pasara si ella no logra dominar sus poderes aquí?, ¿Crees que pueda vivir sin tener contacto con nadie?, ¿Qué pasara con ella y Anna, piensas volverlas a separar?

— Haremos lo necesario para no exponerla. Además los Trolls dijeron que mientras ella no se dejara dominar por sus emociones nada grave pasaría. —

—Dime ¿Por qué has cambiado de opinión? habías dicho que confiabas en ese hombre. —sin perder la calma, la hermosa reina cuestiono la repentina decisión

—Es por su bien, Idun no quiero que le suceda nada malo, dime qué clase de rey seria yo si no puedo proteger a mi familia. —tomo con delicadeza pero de manera firme los hombros de ella. —Jamás me perdonaría si llegaran a hacerle daño. Tú escuchaste que había amenaza de salteadores ¿Que pasara si se hacen de ella?

—Sabes bien que nadie se le acercara mientras este con él, saben de antemano la reputación que le precede. —Idun esperaba hacerlo entrar en razón. —No comprendo tu repentino interés por saber sobre los bandidos de Siberia ¿Acaso es por los sueños?

Agdar no dijo nada, limitándose a desviar la mirada de las interrogantes irises de su esposa —Sabes que siempre te apoyare en cada decisión que tomes, sin embargo no podemos dejar que una simple pesadilla guie nuestras decisiones—hablo con paciencia la reina

—Necesito traerla de vuelta, tengo un mal presentimiento de esto Idun— Su mirada reflejaba angustia pero sobre todo temor, algo que no había visto en el, comprendió entonces que la situación estaba más allá de una simple preocupación infligida por un sueño.

Respiro profundo, a pesar de no estar de acuerdo con él lo apoyaría. —Muy bien—dijo finalmente, esbozando una tenue sonrisa — trataremos de ayudarla nosotros mismos, como siempre debió ser.

La princesa y el cisneOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz