¿Y si hacemos un muñeco?

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Disclaimer...los personajes de Saint Seiya y Frozen no me pertenecen. Son obra y creación de MasamiKurumada y Walt Disney. La trama es completamente mía

Ya habían pasado 5 meses desde que Elsa había llegado a Siberia, en todo ese tiempo había aprendido a dejar de temerle a sus poderes, solo en algunas ocasiones dudaba y se contenía lo suficiente como para no expulsar hielo o nieve. Se podría decir que faltaba poco para que volviera a tener el mismo dominio que tenía antes del incidente con su hermana.

Por otro lado había forjado un fuerte lazo de amistad con Hyoga e Isaac, conocía parte del pasado de cada uno así como ellos el de Elsa. Para la joven heredera al trono ellos eran a los únicos a los que realmente podía llamar amigos, antes ese lugar lo ocupaba su hermana, pero después de herirla con sus poderes nada volvió a ser igual, a partir de ese momento la soledad era la única que la acompañaba.

A lo largo de los meses también se había acostumbrado a la seriedad que tanto caracterizaba a su maestro, así como a su usual frialdad e inexpresividad de su rostro, fue por ello que también se volvió participe en las incontables acciones que hacían los chicos para sacarle, aunque sea, una leve sonrisa a Camus tal cual había logrado Milo de escorpio pero sin el mismo éxito de este

Era un lunes por la mañana cuando la pequeña Elsa se levanto temprano como todos los días, dispuesta a continuar con su entrenamiento. Su maestro le había dicho que una vez que tuviera control sobre sus emociones, sus poderes dejarían de ser peligrosos, lo cual solo sería posible si dejaba que su poder fluyera con libertad.

Al igual que ella Hyoga e Isaac también se levantaban temprano para continuar con su entrenamiento. De principio Elsa no sabía a ciencia cierta el propósito por el cual entrenaban pues tenía entendido que ninguno de ellos podían controlar la nieve y el hielo como su maestro, debido a su curiosidad fue que se inmiscuyo mas en todo lo que se relacionaba con la diosa Atena y su ejército de guerreros que se encargaban de mantener la paz y el orden en el mundo.

Luego del desayuno tanto Camus como los niños se dirigían al lugar de entrenamiento que se ubicaba a unos cuantos kilómetros lejos de la cabaña, el lugar era desolado y las corrientes de aire helado daban el ambiente adecuado para hacer que los cuerpos de Hyoga e Isaac se acostumbraran al frio

Una vez que llegaron al lugar, Camus les dio instrucciones a cada uno, en el caso de la princesa su deber seria generar un muro tan resistente para demostrar el dominio que había adquirido en esos meses

La pequeña Elsa intentaba crear muros de hielo tan resistentes como los de su maestro sin mucho éxito aun, pues de un simple golpe por parte de Camus este se rompía

—El hielo que creas es muy frágil. — Dijo Camus viendo caer el muro. —Deberás bajar la temperatura aun más y para ello debes contar con un mejor control del hielo.

A unos cuantos metros más allá, tanto Hyoga como Isaac libraban una pelea amistosa; entre patadas, puñetazos y esquivar los ataques del otro, ambos niños demostraban su habilidad en batalla.

En un descuido Hyoga recibió un potente golpe en el estomago el cual lo mando lejos, cayendo de espalda contra el suelo.

— ¡Hyoga! — Grito Isaac corriendo hasta donde se encontraba tumbado — ¿Te encuentras bien?

—Si-— Dijo simplemente tratando de incorporarse.

— ¿Por qué te distrajiste? — Demando saber Isaac, ofreciéndole la mano para levantarse.

Los ojos de Hyoga se ensombrecieron y no emitió palabra alguna.

Al no recibir respuesta de ningún modo el peli verde suspiro derrotado— ¡Cielos! parece que hoy no estás dispuesto a entrenar. — Comento al aire, dándose la vuelta mientras colocaba sus manos entrelazadas detrás de su nuca.

La princesa y el cisneWhere stories live. Discover now