«𝚜𝚒𝚡»

2.3K 352 59
                                    

.
.
.
.

.
.

Angel abrió la puerta del local con una sonrisa en la cara, alertando a todos los presentes.

–¿Dust?– Llamó uno de sus compañeros al verlo llegar.

Volteó, reconociendo la voz al instante.

–¡Cherri!– Abrazó a su amiga, recibiendo un abrazo de vuelta.

–Pensé que habías muerto o algo, ¿qué te ocurrió?– Sonrió, alegre de verlo de vuelta.

–Larga historia, pero todo se resolvió y te contaré cuando quieras –miró a su alrededor, buscando a alguien en específico–. ¿Sabes dónde está Val?

–Creo que en su oficina, pero lo vi entrar con alguien.

–Genial, gracias terroncito.

–A tus órdenes, no olvides que tenemos mucho de lo que hablar.

Rió y se dirigió hacia la oficina de su jefe, en el segundo piso. Nada podía salir mal.

Demasiada adrenalina corría por su cuerpo, había llegado hasta el edificio corriendo, y aunque no había sido una buena idea, no pensaba en ello ahora.

Entró torpemente, encontrándose con Valentino en uno de los sillones y a Velvet, famosa entre las actrices del lugar, sentada en el escritorio.

–¿Angie?– El hombres se levantó de su asiento, claramente confundido–. Se supone que te tomarías más días de descanso, pareces demasiado cansado.

–Ya me preparé, puedo volver a trabajar otra vez– Sonrió orgulloso.

–¿Estás seguro? No te pagaré menos si te tomas estos siete días, en serio.

–Más que seguro, me ayudaron y puedo hacerlo como querías.

–Pues, si insistes, tengo a Vel aquí, así que...– Dejó la oración en el aire al ver que la muchacha se levantaba e iba con ellos.

–Hey, Dustie– Saludó, lamiéndose los labios.

–Espera, ¿quieres que la bese? Como, ¿ahora?– Preguntó, sin saber si el sudor seguía siendo por la corrida, o por los nervios que sentía.

–Es decir, si no tienes problema, entonces podrás hacerlo fácilmente.

El rubio miró a la actriz y su estómago se revolvió. Sentir esa sensación tan familiar hizo que se mareara aún más.

–Disculpen, debo ir al baño, ya saben, me siento un poco mal– Y con esas palabras, cerró la puerta tras él.

Casi entra al baño de las grabaciones, pero logró llegar hasta los cubículos sin levantar sospecha entre los trabajadores. Cerró la puerta apenas entró, así ganaría tiempo si alguien quisiera entrar.

Su respiración se agitaba cada vez más y sus piernas no podían mantenerlo estable.

Golpeó la pared sin pensarlo, y sus nudillos comenzaron a doler. Se apretó la mano intentando calmar el dolor, insultando en murmuros.

Era un cobarde, por supuesto que lo era. Todo había sido en vano, las prácticas, los videos, Alastor. No había servido para nada, y ahí estaba. Escondiéndose en el baño como si fuera una película para adolescentes.

Pero él trabajaba en películas para adultos, no entendía nada de lo que pasaba y aún así quería seguir. Era inútil. Tanto él como toda esa situación.

Se miró en el espejo, viéndose miserable. Su frente llena de sudor, su ropa desarreglada, y sus irremediables ganas de largarse del lugar.

Tal vez si se veía así siempre, nadie iba a querer besarlo.

Escuchó golpeteos en la puerta, alarmándolo, y se limpió las lágrimas que ni siquiera sabía que había llorado.

–Pase– Exclamó, mirando al lavamanos y sintiéndose aún más cobarde.

–Angel, hay alguien que quiere verte afuera– Murmuró un muchacho.

Era un guardia, Val lo iba a echar. Ya lo veía venir.

–¿Quién es?

–No quiere decir su nombre, era un poco extraño.

Suspiró, aliviado.

–Ya bajo– Salió de la habitación evitando miradas, aún sentía sus ojos arder.

Sentía que todo el mundo era más grande y poderoso que él, y no se acostumbraba.

Escuchaba voces viniendo de todos lados, causando que su cabeza doliera.

–¡Angie!– Al escuchar el grito, su garganta se cerró.

Una mano se posó en su hombro, obligándolo a dar media vuelta.

La feliz cara de Cherri estaba frente a él, alejando algunas de sus preocupaciones.

–Hey– Trató de sonreír.

–Me totalmente dejaste ahí– Bromeó, pero instantáneamente reconoció el aspecto triste de su amigo, dejando de sonreir.

–Sí, lo siento.

–Oye, ¿estás bien?

–No te preocupes, estoy genial.

La pelirroja no se convenció, pero dejó al europeo ir, sabiendo que probablemente era lo mejor ahora.

El rubio siguió caminando hacia la entrada, y vio unas cuantas personas alrededor, tapándole la vista.

Tal vez era un director famoso, esperaba que lo fuera.

Se acercó más, intentando escuchar la conversación sin llamar mucho la atención.

–¿Y qué te trae por aquí, cielo?– Preguntó una actriz morocha, probablemente modelo.

–Ya les dije, vine a buscar a Dust, y no estoy interesado en otra cosa– Y, aunque la voz estaba más nerviosa de lo usual, la reconoció al instante.

Se las ingenió empujando levemente a los demás trabajadores hasta poder salir del edificio y ver al recién llegado.

Incrédulo al verlo allí, cruzaron miradas y se quedaron así antes de poder decir palabra.

–Ah, finalmente llegas.

–¿Alastor?


















...

Neuxico, si estás leyendo esto, soy tu fan.

Ndeah, Neuxico Wattpadero.

El que adivine cuantos capítulos quedan se gana un beso.

Díganme si notan algún error, chao bbtos.






Just the Tip of your Lips Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum