REY.

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       El príncipe Jimin amanece con la pereza de un oso.


La luz que se filtra por las ventanas de su habitación le hace creer que es más de medio día, y lo confirma cuando Sunhee entra con una cara llena de preocupación y la bandeja de lo que parece ser un par de tostadas y jugo en las manos: su desayuno favorito en todo el mundo. Jimin la recibe con una sonrisa enorme, demostrando que a pesar del cansancio está feliz de verla entrar para consentirlo con un acto tan pequeño como es subirle el desayuno.


— ¿Por qué tienes esa cara de pocos amigos, Sun? ¿Acaso alguien se ha metido con una de mis personas favoritas? —El omega la molesta mientras da una mordida grande a una de las tostadas—. Deberías estar feliz como todos en el reino. Hoy es mi coronación, hoy seré el Rey Jimin –dice con un poco de sarcasmo.


La felicidad que invade al reino entero por la próxima ceremonia para proclamar al nuevo Rey de Busan es abrumante para él. No tiene ni la mitad de emoción que se supone debería estar experimentando. Si por el fuera, ahora mismo, le cedería con gusto ese papel a cualquier persona que se lo pidiera; no se siente correcto tomar un deber real tan importante si con ello vendría la inminente despedida de una persona importante, común y corriente para lo demás, pero esencial para su vida. Es en esos momentos es que odia con todas sus fuerzas que haya llegado por fin el día de la coronación, odia haber nacido con ese estatus y esa gran carga, prefiere ser un simple campesino para vivir libre... Libre con ese alfa que tanto ama.


—Y a pesar de ser un día tan importante, estas desvelado, Jiminnie —susurra Sunhee con cautela, llamando su atención nuevamente y fingiendo que está lo suficientemente interesada recogiendo la ropa del suelo—. Ayer llegaste tarde... Otra vez.


— ¿Ya vas a empezar de nuevo? —Bufa molesto, como cada que su nana se le ocurre tocar ese tema.


—Jimin, yo te quiero mucho, lo sabes. —Ella se toma la confianza suficiente para sentarse a en la cama y tomar las suaves manos del omega que ha cuidado desde que era un bebé en pañales—. Quiero tu felicidad, pero las salidas clandestinas con ese alfa no van a llevarte a nada bueno.


— ¿Y tú qué sabes? No eres nadie para estarte metiendo en mi vida —repone molesto, alejándose del agarre, levantándose de su cama, sin importarle que la desnudez de su cuerpo este al descubierto.


—Lo sé, sé que soy una simple empleada. —Oye los pasos de la beta cerca de él, demostrándole que lo ha seguido hasta su armario—. Pero si tu padre se entera de lo que haces a sus espaldas, va a estar muy decepcionado de ti. Estas a punto de comprometerte con un alfa de tú mismo estatus social, uno que te merece de verdad, y los rumores pueden correr. —Siente la suave mano de la mujer en su espalda, pasando sus delgados dedos por donde los labios de otro hombre le han dejado marcas—. Tú piel y corazón están marcadas por alguien más, pero tu deber real está aquí, junto al joven Park Hyung Sik.


Cuando la puerta es cerrada sabe que está completamente solo por fin, y justo después de colocar su bata de seda sobre su cuerpo es que suelta ese suspiro lleno de frustración porque el fondo sabe que Sunhee tiene razón.


Después del ya no tan esperado baile real, de muchas citas aburridas y de varios cortejos es que sus padres confirmaron que el alfa ideal para su único hijo es Park Hyun Sik. Según también las palabras de su consejero financiero, no hay nada mejor para la estabilidad del reino que emparejar al próximo Rey Jimin con aquel duque que cuenta con una gran cuenta bancaria, terrenos enormes y muchos más lingotes de oro para disposición de la corona. Jimin ha objetado, por supuesto que lo ha hecho, ha dado miles de largas a su propuesta e incluso se ha portado grosero con el fin de que pierda el interés en él, sin embargo, nada parece funcionar. Hyung Sik continúa siendo un buen y amable hombre, hasta para su primo Taehyung.

THE LITTLE PRINCE. [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora