Mi Diario En Cuentos

Alien

Esta tortura me mata cada vez más. No sé si mi cuerpo pueda soportar un choque eléctrico más. No pienso hablar en absoluto, aunque me despedacen no saldrá ni una sola palabra de mi boca. Es posible que no me entiendan pero no lo haré. Nunca creí que fueran así, con máquinas sofisticadas, complicadas y extrañas. No había visto nada parecido antes, pero el dolor físico que me provocan estas máquinas me hace sufrir. No puedo dejar de pensar en mi familia; mi esposa e hija deben de estar preocupadas. Hacer este viaje fue extraordinario hasta que fui capturado. Quién diría que fallaría nuestra nave. El impacto del golpe me dejó inconsciente y luego estaba aquí, en una camilla, atado de pies a cabeza con una enorme luz blanca en mi campo de visión en un cuarto oscuro y silencioso. Prontamente estos seres comenzaron a interrogarme, yo entendía perfectamente pero ellos no el mio. Cómo querian recibir una respuesta. Cada vez que trataban de entender y no lo lograban me electrocutaban. Ha sido una pesadilla hasta el momento de hoy. Por fin he tomado la decisión que cambiará todo. Me veo envuelto en una bruma espesa y sin retorno, sólo escucho los gritos de esos seres llamándome, mientras trato de huir. Llegó al final de mi camino, con un gran vacío frente a mi. No hay escapatoria están muy cerca; dos opciones saltar o regresar, pero no quiero ser una víctima más de sus horribles torturas. Tan solo recuerdo las palabras de mi madre antes de partir, mientras el viento se corta con mi cuerpo en busca de la única salida que me quedo para poder ser libre: «Ten cuidado hijo. Esos seres sin despiadados y no confían en lo que ellos no logran entender». Y fue ahí que entendí, en el momento en que mi cuerpo agonizaba entre las rocas, que nunca debí venir a la Tierra.