|10|

2.5K 208 13
                                    


|Maratón 4|

Chase.

Capítulo 10:

Enarco una ceja de lo más divertido, no me van a convencer de regalar mis galletas.

—Chase, esta noche es nochebuena, no vas a recibir nada bonito por estar de egoísta. —Río.

—Son mías, deja de molestar, ¡Chinchosa!

Danna me saca la lengua, y sigue untándole mantequilla a su pan tostado. Es muy insistente, pero yo soy persistente y no me voy a dejar convencer. Ayer en el desayuno, les ha dicho a todos sobre mi regalo, he compartido algunas galletas, pero el resto me las he guardado para mi solito. Ahora ella quiere que le dé cuando me pida, y yo mantengo mi negativa. Son especiales, y son mías.

—Alessia, dale con el sartén en la cabeza. No me quiere regalar una galleta. —Se queja. Alessia está entrando a la cocina, después de darse un baño. Con una sonrisa de diversión, se sienta a mi lado. —Si es que le pedí ayuda a la sal cuando me estaba ahogando.

Nos reímos por su drama, Danna sale con sus cosas y le da diversión a todo. Le ofrezco un poco de zumo a Alessia, pero ella me dice que prefiere café, ha despertado con dolor de cabeza. Y no me parece extraño, pues por la noche estuvo tomando vino con Jessica. Le sirvo una porción de fruta, pero también la rechaza. Se levanta con su taza de café, y sale de la cocina a como entró, sin decirle nada a nadie.

—Con permiso. —Murmuro al levantarme para ir tras ella.

La alcanzo cuando va subiendo las escaleras. En realidad solo bebió dos copas, pero el grado de alcohol en el vino le ha afectado, claro, por la falta de costumbre. Le sigo en silencio hasta llegar a la habitación, donde toma asiento en la silla del tocador. Me meto al cuarto de baño para buscar las pastillas en el neceser. Se las dejo junto al vaso de agua, y sin que le diga nada, se las bebe.

— ¿Estarás bien para la noche? —le pregunto.

—Claro, solo necesito dormir un poco más.

—Bien, entonces te dejo. ¿Dejo las cortinas cerradas?

—No, así están bien. Gracias, cariño.

Deposito un beso en su frente, y salgo de la habitación, dejándole sola para que pueda descansar. Regreso a la cocina para retomar mi desayuno. La abuela me pregunta por ella, le comento que se ha quedado arriba para dormir un poco más. Nos apresura para que desocupemos el lugar, Toto y Andrew vendrán para preparar la cena de navidad, llegarán un poco más tarde, pero ella quiere tener todo en orden para cuando estén aquí. No sé si la cocina sobreviva a los tres yendo de un lado al otro. Danna se encarga de lavar los trastos sucios, por decisión de ella, aunque estoy seguro de que lo hace para no escuchar a la abuela quejarse de que le estamos atrasando. Entre menos seamos rodeándole, más probabilidades de no terminar con la escoba en la cabeza tenemos.

Cuando voy con dirección a mi despacho, el timbre de la casa suena. Como no hay nadie más, me toca ir. Al abrir, me encuentro con Oliver y los niños, ayer se los llevó para que durmieran con él en el apartamento donde vive con mis suegro. Le pregunto qué tal les ha ido, y me dice que todo estaba bien, hasta que el par se despertó muy de mañana para pedirle que les trajera a la casa. Los deja conmigo, mientras se regresa con su padre para ir por las compras de los regalos. Oliver entra en la cocina buscando a mi hermana, hoy tiene su final del juego con el que se entretienen en la computadora. Invitan a Angie, pero ella se niega a ir, no veo que le agraden los videojuegos. Por lo tanto, me toca quedarme con ella.

— ¿Y qué quieres hacer, An?

—No sé. —Me responde con carita de angustia.

Me acerco a ella, y me pongo en cuclillas para hablarle.

Ámame una vez más. (2° BILOGÍA ÁMAME)Where stories live. Discover now