Ámame una vez más. (2° BILOGÍA ÁMAME)

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Alessia.

Capítulo 5:

Tras casi una hora transcurrida, he conseguido convencer a Oliver de abandonar la habitación, puesto que, no puede quedarse en ella, las enfermeras aparecieron un par de veces para solicitarnos que saliéramos, debían hacer su trabajo. Le he acompañado al baño para que se lave la cara, me preocupa el estado en que se encuentra, y su forma de hablar, me transmite una sensación de que todo irá mal, y eso no estoy dispuesta a dejarlo suceder. Cuando sale, su expresión sigue siendo la misma, la de un hombre abatido y cansado, han sido muchos días sin descanso.

Nos encontramos con el resto en la sala de espera, donde Andrew es el primero en hacerle saber que su apoyo es incondicional, y que lamenta mucho lo que ha sucedido. Seguido, es Chase quien le dice unas cuantas palabras. Y por último, su padre, que recién vuelve se ultimar detalles. Lo único que hace falta para que los de la funeraria se lleven a Liz, es la firma de él. Con los ojos llenos de lágrimas, lo hace. El chico que ha venido, nos informa que harán el procedimiento para trasladarla, pero que es necesaria la presencia de un familiar. Andrew se ofrece a quedarse. El tío Oliver, se marcha a su casa para ir por la ropa y cosas necesarias de mi hermano, pues se irá con nosotros, tenemos que ir con los niños. Él quiere verlos, y se me hace una buena idea, no habrá mejor forma de reconfortarse, que con los dos angelitos que su amor por la mujer que ha partido le ha dejado.

Subimos al auto de Chase, nuestro conductor designado. Descanso mi cabeza en la ventana, todavía debo comentarle la decisión que tomé.

Llegamos a la casa de los padres de Jessica, y nos quedamos un largo rato fuera de la misma, mientras él da unas cuantas vueltas, comprendo que debe tomar fuerzas. Yo misma toco el timbre, y Sam es quien nos abre, los niños están en el jardín.

— ¿Me acompañas? —pregunta tendiendo su mano.

Asiento y camino con él. Alcanzo a escuchar cuando Sam le ofrece café a Chase, y él acepta. Observamos al par a la distancia, juegan entre ellos con la pelota, tan sumergidos en lo suyo, que ni se percatan de que estamos aquí. Le doy un leve apretón en el hombro.

—Si quieres voy yo con ellos, y tú nos esperas adentro. —Le ofrezco al ver que se queda quieto.

—No, Alessia. Gracias, pero es algo que yo debo hacer. —Me mira a los ojos. —Te agradezco por estar conmigo en estos momentos, y por tus palabras. Pero hablar con ellos, me toca a mí, es mi responsabilidad.

—Respeto tu decisión, si es lo que quieres, te apoyo.

Alza la mirada al cielo y toma aire, sin soltar mi mano, emprende la marcha para ir con sus hijos. Los cuales, de solo verle, se lanza hacia él para llenarlo de abrazos y decirle lo mucho que le han extrañado. Me quedo a un lado para no interrumpir su momento. Angie le habla sobre nuestro paseo, y que por fin ha conocido a Santa, mientras Oliver le comenta que quiere peces en su casa, porque son muy lindos. Él les sonríe, y su sonrisa para los dos pequeños, es sincera. Veo sus ojos humedecerse, y me embargan las ganas de llorar.

‹‹Alessia, nuestros padres han muerto››. Los recuerdos de aquellos momentos tan dolorosos regresan, me duele un poco el corazón.

Me cubro la boca con mi mano, y cierro los ojos al escuchar su voz, les habla de una manera tan dulce, dejando en evidencia lo buen padre que es, yo no habría podido hablarles de la manera correcta. Sin embargo, él logra tender su atención. Les habla sobre un ángel, de una persona que siempre estará a su lado, y les acompañará cada día de su vida. Sobre una preciosa mujer que se ha ido al cielo, después de ser la mejor esposa y madre que alguien pudo conocer. Me llegan sus palabras, y las caritas de tristeza de los dos pequeños. No sé si a su edad puedan comprender lo grave de la situación, pero sí estoy segura de que entienden que su madre ya no está aquí. Después de unos minutos, donde él les mantiene en sus brazos, es el momento de irnos, aún falta ir a la casa de Chase para que se cambien de ropa.