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Alessia W:

Es muy triste que en cualquier momento puedas perder a un ser querido. Es tan difícil hacerte a la idea de algo que esperas nunca suceda. La situación de Liz es muy apremiante, cada hora que pasa, no hace más que complicarse, y eso solo representa más dolor para Oliver. Para él, es desgastante. No solo piensa en sí mismo, sino en ella y los niños, en que cada vez que el médico aparece, crece su impotencia. Liz está viviendo un sufrimiento que no merece, y sus hijos no hacen más que preguntar por ella. Y aquí, es cuando la fortaleza que consigue tener en el hospital, se desmorona, pues no puede decirles la verdad.

Por la mañana se dejó convencer de descansar en su casa, y yo le he acompañado. Mientras él dormía, yo me quedé con los niños. Aprovechando que Jessica se ha quedado en el hospital, Samantha cuida de Angie. Andrew y el tío Oliver ─que a decir verdad no sé cómo llamarle─ se encargan de ultimar algunos movimientos necesarios. Yo no he podido hablar con el hombre que dice es mi padre, me he sentido muy incómoda la única vez en que nos vimos las caras, no puedo hablar con él, y parece que el momento de sentarnos a conversar y arreglar las cosas, se ve muy lejano.

Después de dos horas de estar aquí, Jessica viene por los niños, ya que Andrew se quedó para esperar a que nosotros lleguemos. Oliver ha conseguido dormir mucho tiempo, y eso le dará un poco de energías, para seguir en pie.

Reviso el periódico para distraerme, y en primera plana me aparece la noticia de que el evento es hoy. Evento al que definitivamente debo asistir, solo en un par de horas, para mostrar que volví, y marcar mi lugar. Y hay una persona que puede ayudarme a conseguir mi entrada. Cojo el teléfono fijo de la casa y marco con éxito el número.

─ ¿Hola? ─pregunta Danna. Claro, es un número desconocido para ella.

─Hola, Danna. ─Escucho su exclamación de sorpresa.

─La madre que me tuvo. Alessia, ¿Eres tú?

─Sí, soy yo. Estoy en la ciudad, y te tengo una misión en la que solo tú puedes ayudarme. ─Sonrío. ─Necesito una entrada para el evento de esta noche, ¿Lo puedes conseguir?

─Por supuesto, la sacaré de tu invitación, Coppola ha enviado la de todo el equipo. ¿Dónde nos veremos para entregártela?

─Yo me comunicaré contigo cuando esté allí, ¿Bien?

─Sí, perfecto. ─La línea se queda en silencio un momento, y me parece escuchar la voz del señor Simon. ─Solo quiero decir que me da mucha alegría que estés aquí, y nos vemos por la noche.

─Danna, no se lo puedes decir a tu hermano.

─Nunca los he entendido a ustedes, pero bueno, prometo que guardaré el secreto.

Ella no nos entiende, ¡Yo no me entiendo! Y puedo asegurar que Chase tampoco se entiende.

***

Llegando al hospital, le ofrezco un café a Oliver, pues sé lo mucho que esta bebida le ayuda a mantenerse en pie. Me quedo en la cafetería pidiéndolo, y mientras espero la orden, converso con Jessica, quien me dice que se retira, ya que nosotros estamos aquí. Mi causa ternura cuando me comenta con diversión que Angie y ella han quedado tan bien como madre e hija, que la pequeña se pone gruñona si la deja sola mucho tiempo, es decir, la niña ya le tiene contadito el tiempo. Pero se le ve feliz con ello, que es lo importante. Me despido de mi cuñada cuando tengo en mis manos dos vasos de café bien cargados.

Unos minutos después, salgo del ascensor, dispuesta a entregarle el café a Oliver. Pero mi plan se fractura en un segundo, me giro con rapidez cuando veo que Chase está con él acompañándole. Soy una loca, lo sé, pero ya tengo el lugar y el momento donde me dejaré ver, además, este no es el lugar correcto para arreglar problemas personales, tampoco es oportuno. Chase me hace sentir cosas, de que lo amo, no tengo dudas, y en todo esto, nunca me planteé la idea de dejarlo lo nuestro para siempre, y espero que él piense igual que yo. Tenemos solución, pero las cosas deben manejarse de una forma diferente.

Ámame una vez más. (2° BILOGÍA ÁMAME)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant