Capítulo 3.

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Hizel

El gran grito de Danna acabó con el silencio expectante que se había formado en el auto.

—¡¿Primer beso?!

—Si...

—¡Dime como diablos rechazaste el beso de ese adonis!

—¡Es que creí que era un playboy, o una de esas cosas! —me excuse.

—Mira...—se agarró el puente de la nariz—eso es muy de película, me sorprende que siendo tú no lo pensaras.

—Sí, lo sé.

—Bueno, ¿mañana vas a hablar con él?

—No sé...—reí.—No, mejor hazlo tú.

—No puedo...

—¿Por qué?

—Estoy saliendo con alguien, y quede estar con él.—me confesó.

—¡Danna Valeria Riofrio!—exclame con sorpresa y reproche. Soy su mejor amiga y no me avisó, tengo el derecho de reclamarle.—¿Por qué no me lo habías dicho? ¡Esto muy feliz por ti!

—Es que estoy saliendo con... Ian.

Ian, mi primo.

Me quedé callada y con la vista al frente.

—¿Hizel? Yo, lo siento, es que solo pasó, si quieres le digo que no va a funcionar, de verdad lo sient—la interrumpí.

—¡Vamos a ser técnicamente familia! No te preocupes, ya era hora de que los dos tuvieran algo serio.

—¡Haces que casi me muera del susto! No puedo perder a mi mejor amiga.—se agarro el pecho dramáticamente.

—No te preocupes, Dannita. Me vas a tener para rato.—le guiñe el ojo. 

Después de unos minutos llegamos a mi casa, Danna le aviso a su madre que se quedaría un rato más después de terminar la tarea, pues ella no quería estar sola, su madre es médico en el hospital de la zona y trabaja la mayor parte del tiempo.

Al llegar saludamos a mi mamá le avisamos que adelantaríamos trabajos, y que su madre, la señora Riofrio, pasaría a recogerla mas tarde.

Así lo hicimos adelantamos tareas, trabajos pendientes y estudiamos un poco, durante el proceso Danna me lanzaba de esas típicas miradas de cuando te quieren hacer o proponer algo.

—Anda ya dilo, vas a explotar si no lo haces,—la interrumpí en su explicación de la teoría de las cuerdas.—no puede ser tan malo.

—¿De verdad no te gusta Eros? ¿ni un poquito?—hizo un seño con su dedo índice y pulgar.

—Mira, no te voy a negar que es atractivo, pero nada más, con el tiempo se va a dar cuenta de su popularidad, y ni siquiera se va a acordar de mi.

—Y... ¿Lo volverías a besar? Digo, porque yo tengo algo parecido a un novio, y siendo sincera, si tuviera la oportunidad de besar a alguien como a Eros sin dudas lo hacia... y mas de una vez habló mordiéndose el labio.

Yo le di un golpecito juguetón en el hombro.—¡Eh! Cuidado con mi primo.

—Solo digo.—bromeó encogiéndose de hombros.

—Ay, Danna.—reí—Ya vamos a terminar esto, estoy fastidiada de tanta tarea.

—Ok, pero después me vas a ayudar a encontrar a Eros en redes sociales.

—Como sea.

Rodé los ojos y nos dispusimos a terminar con la tarea, no faltaba mucha en realidad, pero vaya que era tedioso, al terminarla, dicho y echo, Danna busco a Eros en todas las redes sociales posibles. ¿Tuvo suerte? No. Eros no aparecía en ninguna red social, al menos no con su nombre, Danna probo con más de diez sobre nombres, con guiones bajos, mayúsculas, minúsculas, su nombre, sus apellidos, pero nada.

AspergerWhere stories live. Discover now