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Al haber llegado a la casa de Lisa, lo primero que hicieron fue darse una ducha.

- ¿Te parece si vamos al Jacuzzi?...– Preguntó Lisa.

- Oh, me parece genial. Mi cuerpo necesita relajarse después de tanto trabajo.– Sonrió.

- Acompáñame.– Le dijo, mientras la guiaba hasta un ascensor, el cual al cruzar subía hasta una habitación con vista a la ciudad.

- ¡Dios mío, ésto es hermoso!.– Dijo Jennie.

- Seguro has visto mejores.– Sonrió Lisa.

- Pero no con mejores compañías...– La miró directamente a los ojos, mientras se sonrojaba un poco. Ni ella misma entendía qué le estaba pasando.

- Bueno, ¿Quieres cambiarte a un bikini?...– Lisa se apresuró a caminar cuando fue detenida.

- No...Un jacuzzi debe disfrutarse totalmente...– Comenzó a quitarse el vestido.

- ¿Eh?...– Lisa, embobada con su piel morena, no podía despegar su mirada de aquel cuerpo que poco a poco quedaba desnudo.

- ¿No te quitarás la ropa también?.– Preguntó Jennie, observando detenidamente su cuerpo.

- Eh...Prefiero ponerme un bikini, sinceramente.– Respondió.

- Vamos, no seas aburrida.– Y se metió al jacuzzi.

Lisa tragó saliva, y comenzó a desvestirse. Si tenía a la mismísima Jennie Kim en frente suya, desnuda, no sabía si podría controlarse.

Al terminar, se ganó al otro extremo del jacuzzi, totalmente cohibida.

- ¿Se siente bien?...– Preguntó Jennie, con una sonrisa.

- S-sí...– Sus rodillas escondían sus pechos.

Los pies de Jennie comenzaron a moverse bajo el agua, buscando los de ella, hasta encontrarlos. En silencio comenzó a acariciarlos.

- ¿Se siente bien?...– Preguntó nuevamente. Ni ella sabía por qué lo hacía, pero estaba segura de que quería tener a esa sexy chica en su cama.

- S-sí...– Respondió. ¿Cómo se controlaría si Jennie hacía ese tipo de cosas?.

- ¿Por qué estás tan lejos?. Acércate y platícame acerca de tí...– Dijo, mientras dejaba sus pies tranquilos.

Lisa se acercó un poco más, guardando distancia aún así. Jennie decidió acercarse, quedando casi pegadas.

Ambas sabían que el calor del jacuzzi provocaba vapor en la habitación, pero sus cuerpos se podían sentir aún más cálidos que eso.

- ¿Qué puedo contar?. Mi vida no ha sido demasiado interesante...– Miró hacia arriba, conteniendo las ganas de mirarle los pechos, y tal vez hacerles algo más...

- Tal vez tu antigua vida sí. Según recuerdo, dijiste que nos reencarnamos.

- Y según recuerdo, no me crees.– Le devolvió la jugada.

- ¿Y si te creyera?...– Se acercó un poco más, mirando directamente sus labios.

- ¿Y si te besara?...– Lisa ya no podía más.

Jennie al escucharla, miró sus ojos, que parecían tan profundos y hermosos.

- ¿Y si te dejara hacerlo?...– Con eso, Lisa se sintió en libertad de besarla.

Esos labios gruesos atraparon los de Jennie, y ésta se sintió en el mismísimo cielo.

¿Así se sentía besar?. Nunca había recibido algo tan maravilloso como eso.

Movían los labios al compás, como si supieran exactamente como besaba la otra, como si supieran exactamente donde succionar, morder, y lamer. Su lengua hacía maravillas con la de ella, y claramente pasó por su mente qué otras maravillas podría hacer.

Jennie fue valiente al ganarse en su regazo, y es que ese beso comenzaba a pasar a un nivel más intenso. Sus cuerpos se calentaban, y el vapor ayudaba a hacer más excitante el ambiente.

¡Demonios!, ahora sí que no podría contenerse.

Reencarnada.- JenlisaWhere stories live. Discover now