Capítulo XII

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EL PROFUNDO, OSCURO (72% COCOA) SECRETO DE PARK

Era casi la medianoche cuando llegué a Wicker Park, pero tuve suerte de encontrar una tienda en la esquina con su cartel de neón de ABIERTO aún resplandeciendo en la ventana

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Era casi la medianoche cuando llegué a Wicker Park, pero tuve suerte de encontrar una tienda en la esquina con su cartel de neón de ABIERTO aún resplandeciendo en la ventana. Tomé una botella de vino y una torta de chocolate, mi contribución repleta de calorías para la fiesta de 'no-yéndose-tan-lejos' de Yoongi.

En mi camino hacia el norte, intenté quitarme de encima la tensión del trabajo. No es que fuese el primer chico en tener problemas con el jefe, ¿pero cuántos jefes eran vampiros de cuatrocientos años o hechiceros que saben blandir una espada? No ayudaba que el mismísimo hechicero esgrimista de espadas fuese uno de los cuatro en la fiesta de Yonn.

Una vez en el barrio, opté por dejar mi espada en el auto. Dado que estaba fuera de servicio y fuera del terreno de la Casa Cadogan, era poco probable que la necesitara y, más importante aún, el acto se sentía como una pequeña rebelión. Una rebelión que necesitaba.

Yoon abrió la puerta tan pronto subí los escalones. "Hola cariño," dijo. "¿Mal día en la oficina?"

Puse en alto el licor y el chocolate.

"Tomaré eso como un sí," dijo, manteniendo abierta la puerta para mí. Cuando estuve dentro y la puerta fue cerrada y trancada detrás de nosotros, le entregué los regalos.

"Chocolate y alcohol," él dijo. "Sí que sabes cómo enamorar a un chico. Por cierto, tienes correo." Movió la cabeza hacia la mesada, luego se dirigió a la cocina.

"Gracias," murmuré tras él, recogiendo la pila. Aparentemente la oficina postal no se había puesto al día con mi cambio de dirección. Puse a un lado las revistas, catálogos interesantes y las cuentas, y deseché las ofertas de tarjetas de crédito dirigidas a 'Park, Vampiro' en el montón para triturar. Había también una invitación a una boda proveniente de un primo y, al final de la pila, un pequeño sobre carmesí.

Lo dí vuelta. El sobre estaba en blanco excepto por mi nombre y mi dirección, ambos escritos en una elegante caligrafía blanca. Deslicé los dedos por debajo de la solapa y hallé una gruesa tarjeta color crema metida dentro. La saqué. Contenía una única frase en la misma caligrafía, esta ves, en tinta color rojo sangre.

USTED ESTÁ INVITADO.

Eso era todo. Ningún evento, ni fecha, ni hora, y el reverso estaba completamente en blanco. La tarjeta no contenía nada más que la frase, a medio invitar, como si el escritor se hubiese olvidado, exactamente, a qué fiesta ella me estaba invitando.

"Raro," murmuré. Pero la gente con la que mis padres solían juntarse podían ser algo frívolas; tal vez quien imprimía estaba apurado, y no pudo terminar la pila. Cual fuere la razón, metí la invitación a medio acabar de regreso en el montón, dejé caer la pila de regreso sobre la mesa, y me dirigí hacia la cocina.

𝕱𝖗𝖎𝖉𝖆𝐲 𝕹𝖎𝖌𝖍𝖙 𝕭𝖎𝖙𝖊𝖘  국민  ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora