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Mi corazón se detuvo, me puse de pie en el instante en que la chica se cayó al suelo a escasos centímetros de mis piernas. Me alejé completamente de la desconocida. La bilis me subió a la garganta y casi podía sentir el amargo sabor del vomito en mi boca.

Tragué el amargo sabor mientras me alejaba a largos pasos de la chica. Me encontraba temblorosa mientras observaba pasmada lo que acababa de ocurrir.

— ¡Mierda!

Empecé a toser cómo loca mientras miraba a la chica desplomada en el suelo.

¿Quién carajos era ella?

¿Qué demonios le había ocurrido?

¿Por qué estaba llena de sangre?

- ¡No se queden ahí, hay que ayudarla!

Gale corrió hasta la chica, y se tiró al suelo sobre sus rodillas para sujetar de los costados a la desconocida. Shane lo siguió, se acercó dudoso a la chica, sus manos temblaban en un intento por ayudarla a ponerla de pie. Pero la chica se había desmayado.

— ¡Estás loco! ¿Y si los que le hicieron ésto la están persiguiendo? - grité después de ver cómo intentaban levantarla.

Mi voz finalmente salió de mi boca cómo si algo hubiera estado conteniéndolo.

No me había dado cuenta que estaba temblando.

- ¡Con más razón hay que llevarla a un lugar seguro! ¡Va a morir! - gritó Gale, alzando a la chica entre sus brazos. Lucía realmente mal, tenía la piel llena de moretones, rasguños y gotas de sangre seca y otras recién hechas. Pero era más preocupante la sangre proveniente de su boca, ¿Acaso había vomitado sangre? ¿le habían cortado algo? Ella tenía el cabello enredado, y un buen montón de ramitas en ellas. Lo más inquietante sobre ella era un tatuaje extraño, cómo una especie de lenguaje antigua, pero eso no era lo que me ponía los nervios de punta, la zona del tatuaje parecía recién hecho.

– Gale, no podemos llevarla al pueblo — hablé con firmeza.

Los ojos del moreno cayeron sobre mí, la frialdad en su mirada era escalofriante.

¿Pero que le ocurría? ¿Cómo pretendía llevarla al pueblo?

–Va a morir, maldita sea.

— ¿Qué le dirás a todo el mundo? ¿Qué después de que corríamos asustados por el bosque la encontramos por arte de magia?

Pésima era una palabra pequeña para describir la idea que se le acababa de ocurrir al chico.

¿Cómo no entendía que todo en la chica gritaba peligro?

¿Qué pasaría si querían ir por ella?

— No podemos llevarla — Insistí.

— Por qué no, ¿eh?

— Es una completa desconocida.

– Tú también eres una completa desconocida - vaciló tajante.

Antes de que pudiera abrir la boca para protestar indignada, Shane intervino tomándome de los hombros para que volteara a verlo, y para mi sorpresa en un rápido movimiento me envolvió en sus brazos y acarició mi cabello desordenado. Me quedé estática, pero no tardé en intentar librarme y encarar a Gale.

— ¡No te pongas de su lado! – le dediqué una mirada cargada de resentimiento. — Sabes que está mal.

— La chica no aguantará si la dejamos aquí –Shane sonaba preocupado.

Le dí un golpe en el pecho y lo alejé completamente de mí.

No podía creer lo que estaba sucediendo.

El Misterio que Nos UnióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora