06.2

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Era el último día, que Conan debía mantener reposo.

- vamos a verlo- opino la única niña.

- si, nuestras familias han estado ocupados y no nos ha dado tiempo de ir a verlo- comento el de pecas.

Ya decidido, pasamos por cosas para regalarle.

Ayumi: le compro un nuevo tomo de... ¿Sakura card captor? Al principio creí que era para ella pero no.

Mithsuhiko: el igual le compro un tomo pero el de él es Inuyasha.

Genta: le compro un queso francés llamado Camembert.

- ¿y ese queso?- pregunte curioso.

- es que lo vimos en una sarie francesa y ambos queríamos saber a que sabe - me respondió feliz.

Yo le compre unos dulces de limón, a ambos nos gustan.

Ya en la casa, había patrullas en la casa entramos.

- haber retomado lo dicho, el niño llamado Conan Kudo, estaba  reposando por una herida de su tobillo, le llevó el desayuno a las 9:15 am luego a las 9:30 escucho un sonido  extraño, creyendo que hera el niño subió para reclamar por el ruido y ya no estaba, lo busco por la casa y no lo encontró ¿no falto nada?- pregunto el oficial.

- si, estodo- respondió el señor Mouri.

- pero papá te dije que  lo cuidarás- lo regaño Ran.

- callate no fue mucho tiempo que le quite la vista.

-de seguro estabas borracho y no notaste su ausencia- seguía la discusión.

Me dirigí a la habitación, la cama estaba destendida sin rastros de un forcejeo, revise todo el lugar y nada.

Todos lo buscamos todo el día, una extraña sensación  de anciedad, ya en la atardecer no pensaba bien solo corría sin rumbo buscando a mi hermano.

Al dar una vuelta en la esquina choque  con alguien quien también corria, al verlo supe de inmediato que hera él, al parecer tenia prisa, su respiración agitada y sin tiempo que perder estaba a punto de regresar a su huida.

Gracias a que lo llame, el se detuvo y me miro,  su mirada era de horror, mirada que fue cambiada a una de tristeza, me abrazo mientras lloraba.

fuimos a la jefatura de policía así contó su historia cosa que no término por convencerme, al decirle lo que no me convenció de su historia.

- ¿y?- me preguntó.

- ¿y? ¿que hacías fuera de casa?- le cuestione.

- yo.... Eso... - se puso nervioso- ¡a ti no te importa! - reclamo, eso me enfureció.

- te secuestraron, estando fuera de la casa, cosa que no debió pasar- lo mire fijamente.

- asta donde yo se no somos nada para que te importe - desvío la mirada.

- si, somos algo, somos...- al darme cuenta de lo que estaba apunto de hacer me calle apretando los puños y mordiéndome el labio inferior.

- ¿que somos?- pregunto - te diré algo, no me importa quien eres, te odió y nada cambiara eso- eso me entristeció, cuando se entere que soy yo... Acaso ¿Me sigiria odiando? O ¿me odiaria aún más?

Le dimos las cosas que le compramos, sin que el se diera cuenta pues no quería hablar con nadie.

Llegando el fin de semana se volvió, más insoportable hablando como si estuviera bajo arresto.

Una situación obligó al profesor en llevarnos con ese tipo, su actitud era buena pero, había algo que no me convence.

Revisé el lugar, no todo apenas la primera puerta tenía pensado abrir la puerta, siendo interrumpido por mi pequeño hermanito, no dijo nada solo se la paso mirándome.

a la altura de mi hermanoWhere stories live. Discover now