¿Daddy?

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Seguía caminando entre las solitarias calles que por ahora llamaba hogar.
Su casa estaba por ahí, era algo grande, no podía mentir, pero justo ahora no quería entrar en ella.

Sus padres justo ahora no habitaban en ella, hace unos cuantos meses que se fueron sin dejar rastro alguno.

En su inocencia los espero horas, días, semanas, hasta que dejó de hacerlo cuando llegó el sexto mes de espera.

Se había quedado solo.

El día incluso estaba nublado, se sentó en la pared de su casa y miró al cielo, no sabía que hacer, son de esas veces que te preguntas: ¿Por qué sigo aquí?

Esto es una putada...— susurro, cerro sus ojos y sintió como pequeñas gotas caían sobre su cuerpo, se quedó ahí unos minutos más hasta que decidió meterse, estaba empapado, pero aún así, poco le importó.

Dejo su chaqueta en la mesa y se fue hacia su cama, donde simplemente se dejó caer.

Se hizo ovillo y abrazo una almohada, poco le importó el escuchar pasos entrar a su casa, total, no tenía razones para seguir ahí, simplemente se quedó dormido.

[...]

Los suaves rayos de sol que se asomaban le dieron en su rostro, abrió sus ojos de manera lenta para después levantarse de la cama.

Se encaminó a la cocina, donde vio algo fuera de lo normal.

En la mesa, estaba su chaqueta doblada y aparentemente seca, junto con una bolsa, la cual parecía tener un recipiente dentro.

Se acercó a este y la miró, tomo una nota que en ella se encontraba.

<<Espero que te guste

Lo hice con cariño :)>>

Cuando termino de leer, alzó una ceja y miró el contenedor, abriéndolo lentamente, era comida, se veía muy apetitosa.
Su estómago gruño en hambre y pronto se encontraba devorando todo lo comestible.

No le pasó por su mente que probablemente tendría algo malo.

Aunque no fue así, se la comió por completo sonriendo felizmente por lo deliciosa que estuvo.

Salió de la casa para trabajar su turno, no sabía quién le había mandado ese paquete, sin duda debieron equivocarse de casa, pues ni modo.

...

Estiró su cuerpo y salió de la construcción para encaminarse a su casa.

Miró al cielo mientras maldecía a sus padres por haberlo abandonado ¡Solo tenía 14 años! O eso aparentaba, ser un país creciente tiene sus desventajas.

Entro a su "hogar" dio un suspiro cansino, miró al techo recorriendo suavemente su casa tan gris, quedando en la mesa, donde estaba otro paquete para él.

Tomo la nota y la leyó.

<<Supongo que te gustó la comida,

Aquí hay más ❤>>

Quitó la envoltura y encontró un filete con algo de ensalada, lo más curioso es que todavía salía algo de vapor de este.

Miró a la ventana de su cocina, esperando ver a alguien fuera, pero parecía estar solo... Como siempre.

Pues... Uhm...— rasco su cabello castaño.
Quien sea que... Me lo haya dado... M-muchas gracias...— sonrió tímidamente y luego soltó un bufido.
Genial México, ahora te hablas a ti mismo, como un pendejo...— soltó una risita y comenzó a comer, solo la mitad.

Pasaron semanas y luego meses, esos extraños paquetes seguían y seguían llegando, no sabía quién era ese tipo, pero agradecía todas las veces que llegaba, algo sonrojado.

Pues bien... — dio un suspiro, mirando el paquete en la cocina.
Se que estás por aquí... Mira, agradezco todo lo que haces, pero...— miró alrededor de su casa.
¿Me dejarías verte?— hubo un silencio rotundo por varios segundos, que le parecieron eternos.

Yo solo... Solo quiero agradecerte como se debe...— miró al suelo, al no recibir respuesta, simplemente comió una parte de lo que ahora le hicieron y se fue a intentar dormir, últimamente, no había podido conciliar el sueño, simplemente se quedó mirando el techo y revolcándose en la cama, mientras las ojeras debajo de sus ojos crecían.

Al día siguiente, se levantó de la cama y fue hacia la cocina, miró el paquete de su mesa y una sombra mirando la ventana.
¡Huevos puto!— agarró una escoba y se puso en modo de lucha, se mareo un poco pero se mantuvo firme.
¿¡Quien vergas eres!?— el otro hombre simplemente alzó sus manos en señal de no traer nada malo.

T-tranquilo, tranquilo, soy quien te deja la comida, lamento entrar así...— sus mejillas se tiñeron de rojo mientras miraba a otro lado.
Soy Canadá, un gusto.— el latino dejo su escoba a un lado y camino lentamente al otro país.

El de habla francesa e inglesa se alarmó al verlo tambalear un poco, puso sus manos antes de que este cayera directo a sus brazos.
Eso...— lo levantó con facilidad de modo nupcial del suelo.
Eso estuvo cerca...— se sentó en una de las sillas y abrazo fuertemente al latino contra su pecho para que durmiera sin problemas.

Te juro que... Desde hoy... Todo cambiará para bien...— le dio un beso en su frente.

















So...

¿Qué les pareció?

Estaba tentada en hacer una historia con esta temática pero tuve que desinstalar la aplicación para hacer portadas unu.

Así que probablemente se quedará como proyecto inconcluso hasta que vuelva a tener la aplicación.

¡Lxs amo!

One shots de México.Where stories live. Discover now