Capítulo 25: Harry no es Nombre de Chica

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Jo frotó sus ojos; aquella visión frente a su ser debía ser una ilusión, un sueño, una irrealidad de pies a la cabeza.

Echó un vistazo una vez más: no, aquella figura femenina y dulce no desaparecía: y aunque el atuendo y el cabello marcaban una diferencia, no le costaba ver a su amiga de Schrodinger dentro de ese nuevo e inesperado empaque.

—¿Puedo ayudarte, Jo? —Harry preguntó, de una forma tan recatada que por una vez, hizo sentir a la rubia como la rebelde y anti-sistemas de entre las dos.

—No, es sólo... s-sólo —intentaba articular un mensaje, más sólo eran claros sus señas: los indices apuntando hacía todo cuadrante destacado de esa nueva apariencia.

—Sé a qué te refieres, tampoco me haré tanto del rogar —Harry comentó, abriendo la llave del lavabo y aseando sus manos—. ¿Te preguntaras el motivo de todo esto, no? —apuntó con su cabeza hacía el reflejo de su propia figura en el espejo.

—Iba a comentar algo pero no sabía si era discreto hacerlo.

Harry suspiró en lo que tallaba el jabón entre sus dedos.

—¿Recordarás tu fiesta de Navidad, no es así? —la recién pelirroja comentó.

—Sólo cada 3.6 segundos de mi existencia —Jo pensó—. Un poco, vagamente, sí. —terminó respondiendo.

—Usé este tiempo del receso de invierno para pensar al respecto, y eso me llevó a pensar sobre otros muchos temas más; no sólo nuestra amistad, si bien fue lo más importante, sino mi propio lugar en la vida: vi dónde me ubicaba, vi quién era... y no me gustó... no me gusté en absoluto.

—Eh... ¿perdón? ¿Qué estás tratando de decir?

Harry cerró la llave del agua, y siguió explicando tras tomar un par de toallas de papel para secar sus manos.

—Quiero decir, Jo —prosiguió—, que sí: yo tuve la culpa. Intenté entrar en negación al comienzo, pero la verdad es que yo hice un gran drama, y realmente sin motivo alguno. Estaba celosa.

—¿Celosa de mí?

—Jamás podría estar celosa de ti; pero estaba celosa de Gail, o más bien, de lo que ustedes dos tenían juntas: una amistad de larga data, y una relación tan cercana que casi podrían parecer hermanas. Yo no podía competir con eso, y no pude tolerarlo, y me llevó a hacer... bueno, todo lo que hice.

—S-sí, vale, no necesitas repetir eso —Jo le aseguró—. Pero... eso... sigue sin explicar lo que hiciste con tu apariencia.

—Bueno, pensé que ya que entrabamos en un año nuevo, una apariencia nueva era justo lo que necesitaba también.

—Oh, ¿cerrando círculos, no?

—Se puede decir que sí, y... no sé, poco a poco conforme me habitué a cambiar por fuera, sentí el cambio adentro también. Y... espero que no te haya molestado el que tomara como inspiración.

—¡Por supuesto que no Harry! ¡Eso casi no es psicópata o algo así!

—Oh, un detalle más —la nueva pelirroja recordó después de aventar el papel con el que se limpió a la basura—. ¿Puedo pedirte algo?

—No será mi piel para recubrir tu rostro, ¿verdad?

—No, Harry es... la persona que solía ser y de la que me quiero alejar. Insto que ahora sea llamada...

—¿Harriet?

—¡Oh, por Dios no! —Harriet exclamó—. Es tan de abuelita.

—¿Entonces? ¿Qué, ahora serás, no sé, "la artista antes conocida como Harry"?

¿Cómo Te Lo Digo Querida Jo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora