Tomé mi camisa clara y la corbata que le adornaba, las coloqué sobre mi cuerpo y con zapatos en mano, me dirigí a la puerta.

— ¿Me dejarás así? —Cuestionó Summer fingiendo estar ofendida.

—Sí. —Respondí y me dirigí abajo, busqué a ____ entre la multitud de personas que se encontraban allí— ¿Y ______? —Cuestioné a Logan cuando noté que estaba a un lado mío.

—No lo sé, debe estar con George. —Contestó mientras bebía un vaso de ¿Pepsi?, ¿Qué demonios?, es una fiesta. Nadie bebe algo que no sea alcohol.

— ¿George? —Pregunté y le observé extrañado.

—Sí George, serás sordo. —Dijo con cierto tono de furia— Jay los presentó hace unas horas, tal vez están en casa o quizás donde. —Habló con indiferencia.

— ¿No te importa _____? —Cuestioné enfadado— Es tu hermana imbécil.

— ¡Hey, hey, hey!, nada de insultos que yo no tengo la culpa de que lágrimas cubran su rostro por TÚ culpa. —Remarcó la palabra 'tú'.

— ¿Mí culpa?

— ¡Basta de preguntas! ¡Me estás cabreando! —Gritó y se alejó de mí.

¿Mi culpa?, ¿Yo era el responsable de todas esas lágrimas que ______ derramaba? Jamás me lo perdonaría si fuera verdad, pero... ¿Por qué por mí?, ¿Qué diablos hice yo para que sufriera de aquella manera?

—Se fue con George. —Una voz femenina me sacó de mis pensamientos. Volteé a ver de quién se trataba, claro. Caitlin.

—Gracias.

—Descuida —Sonrió.

No perdí más tiempo valioso y a toda velocidad, me marché a su hogar.

Al llegar, bajé rápidamente del vehículo y rodeé la casa buscando alguna luz encendida. 

Nada.

Escalé un costado lleno de enredaderas y di con el blanco, su recámara. Abrí cuidadosamente su ventana y sin dudar, me adentré en ésta.

Dormía como un ángel, envuelta en sábanas claras rosa palo. Su cabello color castaño resbalaba por su rostro y sus brillantes ojos obscuros, se encontraban sellados por quizás que sueño.

—_____.. —Susurré— _____, despierta.

— ¿Eh? —Despertó de golpe, talló sus globos oculares y se me quedó observando como si acabase de ver un espíritu— ¿Qué haces aquí? —Cuestionó con el ceño fruncido—¬ ¡Fuera!, ¡Vete ahora!, ¡No te quiero en mi casa! —Gritó pero no estaba para sus berrinches y tapé con delicadeza sus labios.

—Silencio. —Ordené— Tú madre despertará. —Mordió mi mano y por reflejo la aparté. Diablos.

— ¡¿Y qué?! —Exclamó— ¡A ella no le importa mi vida!, a nadie le importa... —Susurró sus últimas palabras. Oh, claro que tu vida importa. — Deberías ir con Summer, a su cama tal vez —Sonrió cínica— Oh, alto, vienes a decirme una mentira. —Río irónica.

—Yo... —Comencé a tartamudear, ¿Qué mierda Kendall?

—Sal de mi habitación, eres un idiota. —Habló... ¿Celosa?, ¡Claro! ¡Estaba celosa! ¡Todo tiene sentido ahora! — No... no es lindo mentir.. ¿Sabes? —Comenzó a liberar lágrimas, no, otra vez no, maldición.

Llevó sus delicadas manos a su rostro y ocultó sus ojos bajo ellas, pero yo, sin más, la rodeé con mis brazos, nuestro primer abrazo que jamás quería que acabara.

—Lo siento, no sé porque lo hice... —Susurré a su oído de forma tierna, ¿Kendall Schmidt tierno?, solo por ella, ella era la causante de mis extraños sentimientos. Rodeó mi cuerpo con sus brazos.

—Porque eres un estúpido, porque eres uno de aquellos chicos que tienen sexo con la primera chica que se les presenta a los ojos, porque eres ciego. ¿No notaste mi presencia cuando entré? —No emití palabra alguna— Oh, claro, —Dijo irónica mientras se alejaba de mi— Estabas muy ocupado realizando “eso” con Summer. Ahora fuera de mi habitación. No sé como entraste y tampoco me importa. Son más de las tres de la madrugada y estás aquí. —Frunció el ceño— ¡Fuera! ¡Ahora!.

—No me iré de aquí. —Completé con seriedad.

—Llamaré a la...

No permití que acabara la frase, no quería discutir, solo quería besar sus suaves labios, sentirlos nuevamente. Y así fue. Cerró sus ojos y con ambas extremidades rodeó mi cuello, me acerqué más a ella haciendo que se recostase sobre su cama, mis hormonas estaban fuera de control. Amaba besarle, por más extraño que suene, sin ella mi vida no tendría sentido, ella me ayudó a sacar sonrisas que jamás creí que volverían.

—______... —Susurré— Te amo a ti... entiéndelo de una vez por todas... —Completé, pero se alejó bruscamente de mí.

—No es más que otra mentira, lo sé. No quiero salir lastimada nuevamente. —Dijo— Fuera de mi habitación o llamaré a la policía. —Evitó mi mirada y le observé confundido.

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aca el capitulo de hoy!

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No me asustas , Schmidt ||Kendall Schmidt y tu||Where stories live. Discover now