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Capítulo 1.

Residencia Kujo. 15:05 hs.

Se detuvieron frente a la morada. Era bonita, bastante grande, si recordaban que solo vivían dos personas allí: Jotaro Kujo y Holly Kujo.

- ¿Segura que es aquí...?

- Más que segura... ¿no sientes la esencia de un Stand por el aire...?

- Debe ser en verdad poderoso...

- ... pero su madre no...

- ... entonces ¿qué esperamos...?

- Vamos...

En una calle en Tokio. 08:15 hs.

Para los jóvenes estudiantes, la sola idea de tener que estar pasando por algo como eso era... en verdad una molestia.

No solo había 7 u 8 jovencitas repitiendo una y otra vez el sobrenombre de aquel matón, si no que había un buen par más repitiendo el nombre de su amigo, mejor amigo tras cierto viaje a Egipto. Parecía imposible concentrarse en otra cosa que no fueran las voces agudas y penetrantes de las niñas que... más de una vez, pensaron en asustar con ayuda de sus Stands. Pero... la promesa hecha a sus amigos pesaba en sus memorias: de jamás usar sus stand para dañar a alguien más. A menos que fuese algo realmente necesario.

Avanzaban en silencio, sin poder cruzar palabra el uno con el otro por el tumulto creciente. El fastidio en sus expresiones parecía obvio para todos, menos para las hormonales que le seguían el paso tan de cerca, tan escadalosas, tan...

- ¡Ya, váyanse de aquí, malditas perras! – el grito del más alto no se lo esperaron, haciendo que su club de fan quedase de pie, sorprendidas, en lo que ambos jóvenes avanzaban con calma un par de metros. Más de una soltó un gritito de fanática una vez dejadas atrás.

- Tardaste mucho en gritarles hoy... - comentó el pelirrojo, siempre con aquel carácter afable - ... llegué a pensar que te comenzaba a gustar toda esa... atención. – optó por aquella expresión, en lo que comenzaban a descender las escaleras en las que, hacía meses, él había herido al chico que ahora consideraba su mejor y más confiable amigo.

- Dame un respiro... ¿quién se acostumbraría a algo como eso...? – negó con la cabeza, notando que había dos personas casi al final de las escaleras, de pie, discutiendo.

- Es para arriba... - habló una de las jóvenes, con cabellos rubios, señalaba en dirección de los jóvenes, sin notarlo.

- Es hacia abajo... - la otra, mirando un mapa improvisado, intentaba encontrarse, poniendo de cabeza y costado el papelito dibujado, ladeando la cabeza, haciendo que los cabellos castaños cortos se le moviesen con energía.

- Será sencillo... pidamos indicaciones... - y encaró a los dos jóvenes, quienes en el avanza silencioso no pudieron evitar escuchar el final de su discusión - ... disculpen... - y sonrió con recato, encogiéndose al mirar a los dos varones hacia arriba; más aún por la expresión de malos amigos que tenía uno de ellos - ... disculpen, tengan buen día... - masculló dándose media vuelta, tomando de la muñeca a la otra que mantenía la mirada en el mapa, para bajar las escaleras apresuradas.

- Duza... ¿Q-qué...? – la voz de la castaña, volteó a ver a los jóvenes - ¿Qué...?

- Oye... no tenías que hacer eso... - Kakyoin se extrañó de la reacción de la joven, atribuyéndolo de inmediato a su compañero y el temperamento que solía reflejar en la cara, pero...

- Yo no hice nada... - se acomodó con ligereza la gorra y continuó avanzando.

- ¿Has hecho los deberes? Tuve dificultades con artes manuales... - se quejó el pelirrojo, solían conversar de trivialidades al dirigirse al instituto.

All For Love. (JJBA) [Stardust Crusaiders]Where stories live. Discover now