Capítulo 4 - Mi compañero

77 6 8
                                    

A la mañana siguiente, Rockruff ladraba de felicidad en la entrada de la cueva. Daba pequeños saltos y movía la cola de un lado a otro frenéticamente. ¡Su padre le había dado permiso para salir de viaje! No paraba de correr y de gritar que se marchaba a la aventura. Rowlet salió de la cueva también volando y se posó en una roca. Detrás de él salieron los dos Lycanrock, y muchos Pokémon detrás de ellos a mirar curiosamente.

 - ¡Vámonos, Rowlet! - pidió ella agarrando la punta de su ala con la boca para darle prisa.

 - Eh, eh, eh... - su padre se acercó - Sin prisas, que todavía puedo arrepentirme de mi decisión.

 - ¡Por eso quiero irme antes de que lo hagas! - dijo ella sin dejar de mover la cola.

 - Tranquila, amor... - su madre se acercó sonriendo - No va a cambiar de opinión, me lo ha prometido.

Su padre giró los ojos y resopló. Rockruff se dejó lamer por su madre para despedirse a la vez que el Lycanrock macho se acercó a Rowlet. La pequeña bolita miró al fiero Pokémon.

 - Espero que cuides bien de mi niña - dijo con seriedad - Ella no lo dice nunca, pero le da miedo el agua. Es muy común en los Pokémon de tipo Roca como nosotros, así que cuidado con el mar.

 - En realidad, me lo confesó anoche - Rowlet sonrió.

El Lycanrock levantó las orejas sorprendido, pero pronto relajó la cara con una leve sonrisa.

 - Si mi hija te ha confiado su mayor miedo, yo también puedo confiar en ti, Rowlet - dijo con orgullo - Ahora, me gustaría que me hicieses un último favor...

Rowlet le miró atentamente, expectante.

 - Cuando en vuestro viaje os encontréis con ese Arquero Fantasma... dale las gracias de mi parte por salvarme aquella noche.

Rowlet asintió emocionado. Ahora en su viaje cargaba con dos agradecimientos para ese Pokémon.

Y tras haberse despedido de sus padres, ella emprendió el camino junto con Rowlet, dejando tras de sí a algunos Pokémon que no creían que Rockruff se fuera a ir de verdad, y otros que se burlaban diciendo que volvería en pocas horas. Al lado de Rockruff, Rowlet prefería ir andando, pues se sentía así tan cercano a su compañera. Además, quedaba muy gracioso. Rockruff se detuvo al ver las primeras casas.

 - ¿Esa es una aldea de humanos? - preguntó refiriéndose a Pueblo Lilii.

 - Sí, he estado ahí - asintió Rowlet - ¿Nos acercamos a verla?

Rockruff giró la cabeza poco convencida.

 - Verás... me han enseñado a ser precavida, aunque en el fondo me muero de ganas de ir a explorar - confesó - ¿Podemos primero observar dando un rodeo? Me hace sentir segura si conozco la zona.

Rowlet asintió, ya que por su parte no había ningún problema. Se acercaron por los arbustos a las partes traseras de las casas, mirando con mucha curiosidad a los niños que jugaban en los patios. Rockruff sonrió relajándose un poco al ver a un niño jugar con un Butterfree, intentando agarrarle al vuelo mientras una niña pequeña descansaba en una silla con un Slowpoke en el regazo.

 - Esos Pokémon que se han criado junto a los humanos se ven felices, ¿verdad? - dijo Rockruff.

 - Sí, a mí me enseñaron que los Pokémon y los humanos se ayudan y complementan bien - contestó Rowlet.

 - ¿Entonces por qué los hacen competir contra los salvajes?

 - Porque... bueno... los salvajes cortan el paso y atacan a las personas... 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 09, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Rowlet y el Arquero FantasmaWhere stories live. Discover now