Orfanato Konoha

14. Celos

La noche hubiese sido perfecta a no ser por aquellas dudas que le asaltaban la mente <<¿Dónde había aprendido "eso", Naruto?>> Y la pregunta más importante <<¿con quién?>>, aquello no lo dejaba dormir, sin embargo veía al rubio muy dormido sin rastro de culpabilidad. Le irritaba, él se había mantenido virgen sólo para Naruto y éste lo había traicionado, infiel rastrero, le había apodado. 

A la mañana siguiente las ojeras le parecían extrañas, similares a las de Gaara en aquel entonces cuando huían de Orochimaru, aquel momento cuando al salir de su casa habían ido a parar a otra ciudad solo ellos dos porque los demás se habían quedado en el paso. La nostalgia lo abrigo. De alguna extraña manera echaba de menos a su amigo pelirrojo, el hecho de haber convivido tantos años con él lo había convertido en su mejor amigo, y sabía que el título era recíproco, pero todo había quedado en el pasado, sabía dónde estaba Gaara, podía encontrarlo fácil si quería, a pesar de eso, no sabía si sería lo correcto a esas alturas pues aún tenían asuntos por resolver. 

Todos esperaban pacientes a Sasuke en el comedor, Itachi y Naruto se pusieron al día sobre la investigación, le hicieron saber quién era el vendedor de aquellas células y quienes las distribuían. También habían hablado sobre la muerte de Orochimaru y comenzaban a idear un plan cuando oyeron los pasos de alguien acercarse. 

–Buenos días, Sasuke – Sonrió muy feliz Naruto –¿Qué tal dormiste? 

Sasuke lo miró detenidamente, seguía sin haber rastro alguno de culpabilidad, eso le hervía la sangre a más no poder 

–Mh… Hola Itachi, Jiraiya – saludo a los otros dos sin reparar en la cara interrogante de todos y menos aún en la de un preocupado Naruto – ¿Ya se sabe qué haremos a partir de ahora o apenas ejecutaremos algún plan? 

Seguía sin mirar al rubio a pesar de que sentía como lo miraba insistente, tratando de llamar su atención, Itachi lo puso al tanto y de ahí partieron al plan. Sabiendo quién era la cabeza del proyecto sería mucho más fácil acabar con aquel mercado. 

Jiraiya, esta vez los dejaría ir solos, su edad ya no daba para más lucha y es que todos esos meses que tenía entrenando a Naruto le habían agitado bastante. Sonrió un poco al ver cómo su pupilo intentaba llamar la atención del otro sin conseguir respuesta. Jiraiya era inteligente había visto el leve cojeo del chico, y por eso sabía la razón del porqué el menor de los Uchihas actuaba así. Celos. No pudo evitarlo más y se echó a reír a carcajadas. 

–Vamos Sasuke, dime qué pasa-ttebayo 

Sasuke alcanzó a su hermano para poder deshacerse del rubio, realmente se sentía de mal humor. ¿Naruto tenía pareja? ¿Qué significaba él para el rubio? ¿Por qué se había entregado tan fácilmente? ¡Ah! Aquellas preguntas le daban vueltas en la cabeza, una tras otra, por una parte comenzaba a arrepentirse por lo que había pasado, pero por otra parte había sido la mejor noche de su vida, maldito Uzumaki, no quería ser ningún amante. 

La ira no pasó desapercibida por Itachi quién se hizo el desentendido entrando a una tienda de convivencia cercana a donde estaba la entrada a la ciudad. El viaje había sido un poco cansador gracias a los dos menores, por una parte Naruto venía insistiendo, gritando y bailando, para llamar la atención de su hermano y por otra parte estaba Sasuke quién lo ignoraba y lo usaba para mandarle recaditos al otro diciéndole que dejara de estar molestando. Era un juego de niños. 

–Vamos a un hotel, el viaje fue largo, descansaremos por hoy y mañana ejecutaremos el plan. 

–Bien 

Respondieron los dos al mismo tiempo. 

Naruto se sentía realmente mal, no sabía porque la actitud de Sasuke, era como si lo que pasó el día anterior hubiera sido un sueño, un hermoso sueño. Quizá Sasuke se había arrepentido de aquello, ahora sólo le quedaba disculparse pero frente a Itachi sería raro, tendría que dar explicaciones y en ese momento no quería.