14. Dance | Daniel Seavey

58 10 2
                                    

Violette's view

No entiendo muy bien porque hemos tenido que venir a un campo para pasar las vacaciones de verano. Me parece aburrido y antihigiénico. Además, ¿porque razón mis padres han escogido la cabaña más alejada de la civilización? Y con civilización me refiero al restaurante del extraño hotel formado por casetas en lugar de habitaciones. Lo único que se ve desde el porche, además de vegetación, es un puente de madera que parece que se vaya a caer en pedazos en cuanto ponga un pie.

Lo único bueno es que mis padres no estarán controlándome las 24 horas del día. Son demasiado sobre protectores, muchas veces está genial pero otras..., se pasan mucho.

—¿Vamos a hacer algo en especial hoy?— pregunto a mis padres distraída mientras miro el planning del "hotel". 

—No hemos pensado nada, ¿por?— responde mi madre aún más distraída que yo.

—Creo que voy a salir a explorar esto un poco— digo aprovechando el momento.

—Está bien pero vuelve antes de la cena.

—Vale

—Y ve con cuidado.

—¡Qué si!

Tengo mucha curiosidad, aunque este sitio es más aburrido que estudiar en época de exámenes, pienso que puede tener su encanto.

No llevo mucho tiempo caminando cuando me encuentro a una mujer cargada con dos sandías. Parece que trabaja en el "hotel".

—¿Quiere qué le ayude?— la señora se da la vuelta y me dirige una mirada simpática.

—¡Oh, cariño!, muchas gracias. No podía seguir llevándolas por mucho tiempo más— la señora, que tendrá 40 años aproximadamente me pasa una de las frutas y vuelve a acelerar el paso.
Yo le sigo como puedo hasta que llegamos a una especie de garage oculto en el bosque.

—¿Dónde estamos?

—Aquí es donde trabajo.

—¿Aquí?

—Míralo tú misma— abre la puerta y me encuentro con un montón de personas bailando al son de la música.

—¿Qué es este sitio?

—Es una especie de club de baile, yo soy la profesora.

—¿Y para qué las sandías?— digo curiosa.

—¿Por qué haces tantas preguntas?— me cayo y me hace un ademán de que pase. Hago lo que me dice y pronto me siento incómoda rodeada de un montón de gente que ni conozco que baila de maravilla.

Entonces lo veo. Parece que viene en cámara lenta hacia mí. Es un chico bastante alto, con unos ojazos azules. Madre mía que ojos. Me quedo empanada mirándolo mientras se acerca. Pero saca a bailar a la chica de al lado. ¿Cómo he sido tan estúpida?

Nota mental: hacerse la difícil con los chicos que no conozco. ¡Son extraños!

Así pasó bastante tiempo, yo en mitad de la pista, incómoda, esperando que pasara algo milagrosamente. Completamente quieta, sin bailar, mientras todo el mundo se lo estaba pasando realmente bien.

El chico de antes, que numerosas veces me ha estado mirando, se acerca otra vez. No sé muy bien que pretende pero no pienso que me pase lo de antes así que decido mirar para otro lado con el objetivo de evitar su mirada todo lo que pueda.

—¿Bailas?— oigo como me susurra en la oreja. Es él. ¿Pero qué se ha creído, qué con un chasquido de dedos va a conseguir todo lo que quiera? No no no no no. Te digo yo a ti que no.

—No bailo con desconocidos.

—Entonces acompáñame a la pista de baile.

—¿No me has oído? No te conozco.

—Pero podemos conocernos. Yo te puedo enseñar a bailar si es eso lo que te da vergüenza.

—A mi no me da vergüenza.

—Ya veo, eres de esas que obedecen a sus papis y se van a dormir pronto.

—¿Tiene algo de malo?

—¡Qué no es divertido!—me mira con sus ojos penetrates, escaneándome de arriba a abajo— eso o que no te atreves.

—Pues claro que me atrevo— dicho esto le agarro del brazo y lo conduzco al centro de la pista.

Al principio mis pasos son un tanto torpes y el hecho de ser arrítmica no me ayuda. Sin embargo, poco a poco voy soltándome cada vez más.
Aunque no puedo evitar sentirme un tanto fuera de lugar. Tengo la sensación de que haga lo que haga, nunca bailaré mejor que nadie aquí. Al poco tiempo empiezo a agobiarme, cada vez hay más gente y menos espacio para moverme.

—¿Te apetece salir fuera?— al principio me separo un poco para dedicarle una mirada intimidatoria, pero hay algo en su voz que me hace estar tranquila y no pensar que puede ser un loco pervertido.

—Está bien— sin decir más, sonríe, me coge la mano y me lleva a la puerta por donde he entrado.

—¿Damos un paseo?, me estaba agobiando ahí dentro.

—¿Tú te estabas agobiando?, ¡eres el mejor bailarín!

—Un bailarín que no tiene pareja de baile.

—Muy sutil.

—¿He sido muy obvio?

—Un poco— digo soltando una risita. Me recuerdo a una de esas niñatas tontas. El caso es que no puedo evitarlo, estoy un tanto nerviosa. ¿Pero qué me pasa?

—¿Querrás competir conmigo en el concurso del domingo?

—¿Este domingo?, ¿y por qué yo?

—¿Por qué no?

—¡Estamos a martes!

—Aún te quedan 5 días!

—Yo no bailo tan bien— digo intentando excusarme.

—Te enseñaré— nos paramos, él enfrente de mí, me sonríe con la típica sonrisa que derrite a las chicas, ¿porqué está funcionando conmigo?

—Vale

—¿En serio?

—Sí, pero con una condición— así es, no se lo iba a hacer todo gratis.

—La que sea—tras oír eso, sonrío con malicia.

—Vas a conseguir que mis padres y yo nos quedemos una semana más aquí.

—Vale ¿y cómo se supone que voy a hacer eso?

—Ese no es mi problema.

Dicho esto último emprendo mi camino de regreso. Espero no arrepentirme.

—————————

Hola cherries!!

Sé que probablemente me odiéis así que aquí tenéis el capítulo, espero q podáis perdonarme...

¿Os ha gustado?, porque si es así subiré la segunda parte jejeje

Espero que estéis tod@s bien, con esta situación tan peculiar, por favor, puedo parecer muy pesada, y soy consciente de que todo el mundo lo repite, pero quedaos en casa. Yo por mi parte, contribuyo subiendo caps. Jajaja

Os amo.

Summer👑

Violette || WDWWhere stories live. Discover now