Y aún que oírlos me llevaba hasta las lágrimas, no quería que pararan, quería que lo hicieran más fuerte, quería que lo hicieran para siempre, que sus gargantas se desgastaran, pero que no pararan.
Fue el sonido de el ayer, de un recuerdo, de una emoción, de una fotografía que ni siquiera sabía que había tomado y mucho menos guardado, pero ahora que el sonido me calaba hasta los huesos, y me hacía llorar, no quería acallarlos. Hasta ahora no sé si mis lágrimas eran más bien de felicidad por qué sabía lo que había tenido o de tristeza por qué no sabía si algún día podría ser más que un recuerdo. Lo único de lo que estaba segura es que no quería que pararan. Esos gritos eran mi mundo, era como aquella canción de cuna que tú madre te cantaba cada anochecer cuando eras pequeño, te tranquiliza, te hace sentir segura, te ha e recordar que eres bueno, era mi yo misma obligándome a volver.
Alguna vez han echo algo en sus vidas que los hace sentir mejores?, Que les hace recordar cuando eran niños, que lo único malo que hacían era no hacer sus deberes?, Que les hace pensar que talvez puedes ser mejores cada día?, Que les hace recordar que valen cómo persona por qué talvez pueden volver a ser los niños sin mancha que eran antes?.
Pues yo si, y es maravilloso, ah! Es cierto, perdón. Era maravilloso...
