41. Luces en el cielo.

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-¡Mochi!

Escuchó la voz de Kook, cerró la puerta del baño rápidamente y volvió a mojar su rostro con el afán de despejarse, pero sus ojos estaban rojos y su mente estaba volada pensando en mil cosas.

-¿Mochi?

- ¡Si, ya voy!

Necesitaba ser fuerte.

De nuevo echo agua fría en su rostro y se secó con una toalla.

¿Qué sentiría si volviese a ver a ese chico cara a cara?

Abrió la puerta y allí vio el rostro hermoso y sonriente de Jungkook frente a él.

- ¿Mochi, paso algo?

Jimin sonrió lo más tranquilo que pudo.

- No ha pasado nada, solo que me siento mal por hacerte gastar tu dinero.

Él se acercó y lo abrazó, aún que él no sabía que su mente ahora mismo era un torbellino de ideas, ese abrazo lo reconfortó mucho, se sintió querido y amado, la soledad que había vuelto a experimentar se fue y en su lugar quedó una dulce neblina de amor y cariño.

Minutos después él lo soltó y besó sus mejillas.

- El dinero es lo de menos amor, el que estemos juntos es lo importante.

- Lo sé.

- Entonces ni una palabra más al respecto.

- Sí, lo prometo.

Jimin caminó y abrió su maleta.

- Mmm Mochi, hoy en la noche quiero invitarte a una cena en el salón principal.

- ¿Eso dónde queda?

Ahora lo miró coqueto.

- Acabo de venir de allá, reservé la mejor mesa, iremos juntos.

- Y si me niego.

Él lo miró sorprendido y se puso serio.

- No pensé en esa posibilidad.

Jimin sonrió y le lanzó un beso, él solo se dejó caer en la cama haciendo mímica que el beso lo había derrumbando.

- Acepto.

- Perfecto.

Jungkook lo jaló con él y Jimin se montó en sus caderas y lo besó apasionadamente. Sabía que esa noche iba a ser mágica, Jungkook era demasiado dulce y lo amaba, entregarse a él era el último paso para que los dos fueran uno mismo, por completo.

La manera en la Jungkook lo tomó por la cintura y lo pegó a su cuerpo hizo que a Jimin le recorriera un estremecimiento por la anticipación ante sus caricias, en el salón sonaba una hermosa y suave melodía que hizo que varias parejas fueran a la pista. Jungkook se había levantado y le había pedido su mano. Ahora había pasado las manos por su cuello mientras que Jungkook lo besaba y lo mecía al ritmo del vals.

- Jimin, hoy estás demasiado guapo.

Sonrió tímido.

- Kook... tu también hoy pareces otro.

- Es por mi traje - él se dio una vuelta y Jimin no pudo más que deleitarse por su elegancia y altura, es que le gustaba demasiado y esa noche, por fin, lo podría ver desnudo. Mordió su labio travieso de solo pensar en aquello.

- Park Jimin, por favor, cualquiera diría que me quieres cenar.

Jimin lo abrazó de nuevo, tomando su labio inferior, lamiendolo como si fuera su miembro.

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