¿Un mes? ¿Dos meses?
Sesshomaru ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado exactamente. La repentina desaparición de la morena, lo tenía a punto de un colapso y ya estaba asqueado de estar espere y espere y que no haya una sola puta pista sobre ella.
El muy maldito de Inuyasha supo cómo mover sus cartas ya que el supuesto escuadrón de vigilancia que se había enviado a los alrededores de el edificio, no habían notado ningún movimiento extraño. Él argumentó que Kagome simplemente había huido cuando quedó al descubierto la relación clandestina que iniciaba con Sesshomaru.
Sin embargo, una voz muy en el fondo le gritaba a Sesshomaru que Inuyasha mentía. El amor que Kagome sentía hacia él, era recíproco y jamás lo dejaría así como si nada. La morena simplemente no tenía el valor de irse sin siquiera haberse despedido de él.
Sango y Miroku, se unieron de igual manera a la implacable búsqueda de la azabache. La jefatura distrital se puso en contacto con las aerolíneas, las estaciones de trenes subterráneo y el transporte público por si la morena había abandonado el país pero no, seguía en el país.
La pregunta era ¿Dónde? Kohaku, hermano menor de Sango, era un reconocido e importante detective privado. Se había graduado en honores en una de las universidades más prestigiosas de Argentina y accedió gustosamente a ayudar en la búsqueda.
Sesshomaru había abandonado el puesto de director general de el hospital Taisho y también canceló todas las consultas, no tenía la cabeza bien puesta para lidiar con las enfermedades de sus pacientes. Bankotsu fue quien ocupó temporalmente el cargo pues el peliplata mayor, jamás iba a permitir que Inuyasha lo hiciera.
Por su parte Inuyasha, seguía el mismo ritmo de vida. Llegaba al hospital, recibía a sus pacientes, intervenía en algunas cirugías y luego se iba a casa, como era de costumbre. Los fines de semana no salía y justo eso era lo que no le cuadraba a Sesshomaru... Había un no sé qué que lo mantenía al tanto.
Pasara el tiempo que pasara, Sesshomaru jamás se daría por vencido. Se dedicó a acopiar toda la información necesaria sobre Inuyasha, desde su niñez, cuando su madre aún vivía hasta el hombre que es hoy. También averiguó sobre las posesiones que este tenía y le sorprendió un poco ya que había heredado una jugosa cantidad de dinero y dos centros turísticos que quedaban a las afueras de la ciudad.
Sin tantos preámbulos, el platinado mandó a dos hombres de absoluta confianza a investigar ambos Hoteles. Inuyasha nunca había hablado sobre esas propiedades ni su padre ¿Porqué? Sí son lugares concurridos.
El regreso de su viejo amigo, lo tomó por sorpresa a Inuyasha. Kouga Wolf había vuelto a la ciudad y por supuesto que lo primero que hizo fue buscarlo a él. El moreno se había convertido en un famosísimo cirujano plástico y obviamente quería laborar en uno de los mejores hospitales; El Taisho.
Iba caminando por uno de los largos pasillos de el hospital, ensimismado en la pantalla de su móvil cuando de pronto sintió un fuerte golpe en su pecho. El aparato cayó al piso y se quebró. La chica quien había sido la causante de el daño, se agachó para recogerlo y entregárselo, sin embargo cuando alzó la vista se quedó totalmente muda.
— ¡Ayame!
Le nombró con entusiasmo el apuesto moreno de ojos azul cielo. El rostro de la chica adoptó un tono rojizo.
— Hola Kouga ¿Cómo estás? ¿Cuando regresaste?
— Ayer por la noche. Iba hacia el consultorio de Inuyasha pero ya que me he topado contigo te invito a un café.
— Claro — Aceptó gustosamente la pelirroja — Siento mucho lo de tu móvil.
— Naaa, no te preocupes.
Ambos tomaron el elevador que los llevaría a la primera planta de el hospital. Al llegar a la cafetería se sentaron en una mesa que estaba cerca de la ventana. Un chico llegó a los segundos a tomar las órdenes.
Ayame pidió un café con leche y un pudín de arándanos rojos. Kouga solo pidió un café negro.
—¿ Y desde cuándo laboras en el hospital?
Rompió el silencio el moreno al ver que Ayame estaba completamente muda.
— Hace un mes.
Contestó la chica sonriendo tímidamente.
— Genial... Me llegó el rumor de que Kagome también estudió enfermería.
— Sí.
El semblante de Ayame cambió de inmediato. De estar nerviosa pasó a triste y obviamente ese detalle no lo pasó por alto el moreno.
La pelirroja siempre fue una eterna enamorada de Kouga aunque ella sabía que él suspiraba por Kagome. Siendo una buena amiga, hubiera preferido que ambos terminasen juntos, ya que Inuyasha no era el hombre que Kagome merecía.
— ¿Estás bien?
Ayame negó. Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas.
— Ka...Kagome está desaparecida.
Contestó llorando. Los ojos del moreno se abrieron como platos y su rostro reflejó absoluta confusión.
— No comprendo.
Ayame esperó a que el chico que les llevó sus pedidos se marchara para hablar nuevamente.
— Es algo complejo para explicarlo todo — removió su café con la pequeña cucharita plástica — Al parecer estaba sosteniendo una relación clandestina con Sesshomaru.
La quijada de el moreno, literalmente, había caído al piso.
— ¡Uf! — se pasó una mano por su cabellera negra — estoy totalmente pasmado.
— Así nos quedamos todos cuando nos dimos cuenta.
— Pero porqué está desaparecida ¿Se fue con Sesshomaru?
Ayame negó.
— Eso es lo extraño. Inuyasha se enteró ¿Cómo? No sé y desde ese mismo día no se sabe nada de Kagome.
— ¡Joder! Esto parece una puta película. Entonces Inuyasha la está buscando ¿No?
Ayame nuevamente negó, masticó y tragó el bocado de pudín que se había llevado a la boca.
— Extrañamente Inuyasha está fresco como una lechuga. No siendo el caso con Sesshomaru que literalmente se ha convertido en un cavernícola..
Va y viene.
El moreno guardó silencio y tomó su café.
— Ya veo que no estaba equivocado.
— ¿A qué te refieres?
— Bastaba ver cómo Sesshomaru veía a Kagome para saber que sentía algo por ella. Lo que no entiendo es el porqué permitió que se casara con Inuyasha.
— Como te dije, es una historia demasiado compleja.
Después de media hora, Kouga se despidió de Ayame pero no entró al consultorio de Inuyasha sino que tomó otro rumbo. Habían muchas lagunas en su cabeza y quería llenarlas por completo.
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PaolaCenturinHemeryt
Tu capítulo hermosa ☺☺
