Capítulo 10:La pregunta

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Owen.

-Ven aquí mi princesa-sonreí.
Allison sonrió al verme de rodillas frente a ella y con los brazos abiertos.
-¡Papi!-gritó con su voz más aguda que nunca y se aferró a mí con fuerza. -¿Cómo fue tu día?-pregunté con una sonrisa y acaricié su mejilla.
-Lindo, papi-dijo y me demostró sus manos, llenas de pintura al igual que su rostro.
Sonreí al notar que su nariz tenía un pequeño punto justo en el medio, era rojo.
-Creo que necesitas un baño para eliminar cualquier rastro de pintura en tu cuerpo-besé su frente.
-¿Y luego podremos ver a Amelia?-preguntó con entusiasmo y asentí sonriente.
Luego de mí cita con Amelia, mis visitas en su casa eran cada vez más frecuentes.
Nuestra cita fue hermosa, sucedió todo lo que suele suceder en una cita, o al menos para nosotros era común que suceda, pero justo en la madrugada recibimos una llamada de mi madre explicando que Leo extrañaba a Amelia.
Terminamos nuestra cita durmiendo junto a nuestro pequeño niño, porque así lo deseaba.
Fue especial tener una cita con Amelia, fue especial comprobar que mi amor por ella seguía intacto, fue especial cada beso, cada sonrisa, cada abrazo, fue especial hacer el amor, todo fue especial. Comprobé que todo junto a ella era especial.
-Papi no-Allison sonrió con malicia al ver que todo estaba preparado para darse un baño.
-Sólo si te das un baño podemos visitar a Sam y Heather luego-intenté convencerla.
Negó y se cruzó de brazos.
-¿Qué hay de Esme? Te encantan los bebés, pero no puedes jugar con ella si no estás limpia-sonreí. -Tampoco puedes jugar con Leo.
Asintió rendida y luego de darle un baño nos dirigimos hacia la casa de Amelia, quien al llegar nos recibió con un cálido abrazo.
Besé su mejilla y sonrió dulcemente. Frente a los niños no podíamos besarnos, era algo privado que decidimos guardar para nosotros.

Amelia.

Los niños desaparecieron del living con rapidez, sonreí enternecida al verlos tomados de las manos.
-¿Hoy vas a hablar con él, verdad?-susurró Sam.
-Dirá que sí-continuó Heath.
Llevé mis manos a sus rostros y los acaricié cuidadosamente. Los ojos celeste de Sam intentaban analizarme, conocía esa mirada, era igual a la mía.
Mientras que Heather sólo cerró los ojos al sentir nuestro contacto, sonreía y pude notar que disfrutaba.
Ambas disfrutaban el momento, se aferraron a mí y las aferré con fuerza.
-Hablaré con él-susurré. Owen estaba presenciando nuestra escena, probablemente escuchaba todo, pero no decía ni una sola palabra. Sólo nos observaba con una sonrisa.
Ambas besaron mis mejillas y luego de advertirle a su padre que podrían sucederle horribles cosas en caso de rechazar mi propuesta, supe que ya no podía escapar y era momento de preguntarle a Owen.
Llamó mi atención emitiendo un extraño sonido con su garganta y sonreí.
-¿Qué tienes que preguntarme?-interrogó.
-Estaba hablando con mis hijas, Hunt-sonreí y mordí mi labio. -¿Crees que eres el único hombre con el que debo hablar en este momento?
-Oh-dijo y su semblante cambió completamente. -No, por supuesto que no.
Reí.
-Es broma, hay algo que debo preguntarte pero no sé cómo.
- Se supone que cambias tu tono de voz y sueltas la pregunta, es simple-bromeó.
Tomé aire y analicé durante algunos instantes más la pregunta. No era fácil, no todos los días hacía una propuesta como la que estaba por hacer y temía. Temía por la reacción de Owen.
-¿Quieres...?-intenté preguntar. -Pensé que quizás podrías volver a... vivir junto a nosotros.
Suspiré y sonreí. Owen no respondía, sólo me observaba extrañado.
-Creí que podría ayudarnos si queremos tener algo serio-me encogí de hombros. -Pero si sientes que es demasiado rápido, si sientes que esto no es correcto sólo dime. Podré entenderlo, yo... creí que era lo correcto.
El pelirrojo aún no me respondía.
-Siento si no es lo que deseas, quizás fue algo precipitado-llevé una de mis manos a mi estómago al sentir un leve dolor.
- Es genial-sonrió. -Tu idea es genial, al igual que tú. Pero escucharte nerviosa también es genial, por eso no respondí.
Lo observé ofendida y sólo rió.
- Ven aquí-ordenó y señaló el espacio libre a su lado.
Tomé asiento a su lado y me besó delicadamente, fue un beso distinto a los demás, expresaba felicidad.
-Entonces, volveremos a vivir juntos-dijo y sonrió.
-Luego arreglaremos algunos asuntos, pero creo que este lugar es genial-sonreí.
-O quizás mi casa-se encogió de hombros. - Es más grande, tendrías más espacio para ti y...
-No viviré en el mismo lugar donde vivió Teddy, Owen-dije. -Tampoco dormiré en la misma cama.
-Eso no parecía importante la otra...-intentó decir.
Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y lo besé.
-Detente-reí. -Sé lo que estabas por decir y creo que no es muy conveniente que lo menciones si los niños están aquí.
Rió y besó mi frente.
-¿Qué te parece si preparamos una deliciosa cena?-preguntó.
- Por supuesto, dr. Hunt-mordí mi labio al recordar que a Owen le fascinaba que lo llame de esa manera.
-No me llames de esa forma-sonrió. -No aquí, donde hay niños.
-Lo siento-besé su mejilla. -Iré a informarles a las niñas sobre tu respuesta.

||Segundas oportunidades||•𝙤𝙢𝙚𝙡𝙞𝙖•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora