♛ D I E C I S I E T E✏

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—Creo que se descompusieron.

—¿Les echamos agua en la cara para que reaccionen?

—Ese es el plan B —dijo, divertida—. Plan A es hablarles.

Alicia se adelantó y tomó a Andy del antebrazo, lo alejó un poco de Isa y se subió sobre una banqueta para poder hablarle bien de cerca. Yo tomé a Isa de uno de sus hombros y ella se giró a mí con un gesto espantado, como si acabara de asesinar a alguien y no supiera ahora qué hacer. Conociéndola, sé en su mente estaría comparando el beso con el cargo de un asesinato porque paranoica y loca, siempre.

—¿Qué fue eso? —pregunté en un susurro.

Alicia y Andy nos daban la espalda y también se comunicaban en susurros que no escuchaba.

—¿Qué fue qué?

—Te besaste con Andy —obvié.

—¡Dios mío! —se lamentó—. ¿No fue mi imaginación?

Llevó ambas manos a su boca saliendo del shock en el que estaba y yo negué con la cabeza sin poder reprimir una risa.

—Nop.

—No puede ser —murmuró para sí misma—. Qué vergüenza con Andy y con Alicia. Dios mío...

—No pasa nada, lo hablamos y aclaramos que...

Isa me dejó con la palabra en la boca cuando echó a correr en la otra dirección.

ISA ECHÓ A CORRER.

Literalmente salió corriendo como Naruto.

Nah, mentiras, no como Naruto, como una persona normal pero sí salió corriendo.

Eso fue tan de repente que me sonrojé con violencia cuando Alicia y Andy giraron y la vieron alejarse hasta que se perdió en la esquina. Me quedé sin palabras intentando suponer qué rayos pensaba Isa, cómo razonaba, cómo sacaba soluciones estúpidas como esa siempre.

—¿Por qué Isa salió corriendo? —preguntó Alicia genuinamente consternada.

Ya Andy no lucía alterado cuando contestó en medio de una sonrisa:

—Parece que es una costumbre que tiene.

La cabeza no me dio para darle sentido a lo que dijo, yo solo estaba realmente avergonzado por la escapada de Isa.

—Yo... pues... no estoy seguro. Quizás tenía afán. —Me rasqué la cabeza, incómodo, luego miré mi reloj en mi muñeca pero recordé que no uso reloj así que desvié la mirada—. Bueno, es tarde, creo que me voy también.

—¿Isabel estará bien? —preguntó Andy—. Es decir, ¿vive cerca? Son casi las once y las calles pueden ser peligrosas.

—Ah, sí, vivimos cerca, no te preocupes.

Andy me miró y yo a él, luego a Alicia y las sonrisas entre los tres eran incómodas, especialmente para mí, Dios mío, le iba a halar las orejas con ganas a Isabel por loca.

—Entonces adiós —dijo Andy finalmente, yo asentí—. Dale ¿saludos? a Isa. No sé si está enojada o... demente o qué.

—Le diré. —No quería alargar más eso, hasta yo me sentí mal por Andy y su confusión—. Hasta luego, Andy.

—No tardes —le murmuró a Alicia y rodeó el auto para subirse.

—Gracias por traernos —exclamó Alicia, sonriente. Seguía subida en la banqueta que la dejaba de mi estatura así que me acerqué a ella—. Sí son los mejores tacos que he probado.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora