¿Y ahora qué?

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Día 1

Los sonidos del puerto se hacían notar desde muy temprano en la mañana. Todos los mercaderes y marineros empezaban desde temprano para poder terminar a tiempo. Algunos barcos salían a esta hora, los que habían conseguido un buen contrato del día anterior o sólo estaban de paso; otros tantos los reemplazaban casi tan pronto como se iban.

El ir y venir de fornidos cargadores, mayormente humanos, korinth (que eran como un punto medio entre los humanos y los reptiles), tuxken (reptiloides tortuga, famosos por sus gremios, facilidad para los negocios y las mafias) y tarkan (parecidos a los borregos cimarrones, pero con cuernos mas cortos y antropomórficos), comenzaba incluso antes de que los negocios abrieran al público; ya que querían cargar o descargar la mercancía con tiempo de antelación para evitar retrasos con las entregas. Los comerciantes más adinerados o los navíos de mayor tamaño tenían a su cargueros particulares; los tuxken, por ejemplo, solían contratar a otras especies para hacer el trabajo pesado, aunque como verás eso no impedía que de vez en cuando alguno se ensuciara un poco las manos (sobretodo cuando no venía de las familias ricas y necesitaba llevar pan a su mesa).

Tanto movimiento no pasaba desapercibido y pronto el desgraciado Geralt se levantaría pesadamente, aún en "el Ojo de la Iguana", a causa del centenar de piernas y motores que hacía retumbar las paredes del lugar como si de un terremoto se tratase.

La resaca del whisky de Riot era de las peores, apenas abrir los ojos se topó con un rayo de luz que taladró hasta lo más profundo de su cerebro, seguido de una terrible nausea y rápidamente se arrepintió de haber ingerido esos últimos 3 o 4 tragos. Pudo aguantar gracias a la experiencia, puesto que aunque no solía pasarse con la bebida tampoco podríamos decir que era un novato en lo que a crudas se refiere.

-¡Sigue vivo!- Exclamó victorioso Fletcher, bastante cerca del profesor que rápidamente procedió a cubrirse como pudo con ambos brazos para amortiguar el sonido y eliminar la luz.

Unos de los pocos que seguían en aquel lugar se acercaron a la barra para dejar el pago de la apuesta y se retiraron bastante decepcionados. Arthur recogió las monedas y las guardó en una jarra vieja marcada; así solía guardar las ganancias del día para luego contarlas, o el dinero que, por algún motivo, quería separar del resto.

-Quiero que sepas, chico, que yo ¡Nunca dudé que lo lograrías!- Agregó Fletcher, ignorando totalmente las señales de malestar que emitía Geralt, a quién sujetaba calurosamente con uno de sus brazos -¿Morir la noche de inicio? ¡Qué tontos! Yo aposté porque los piratas de acabarían... y puse otro poco a que ganarías... ¡No me lo tomes a mal! Es que... es mejor tener más de una opción ¿No crees? Y dada tu falta de experiencia creí que...

-¡Ya déjalo!- Intervino por fin Finegan, en parte por piedad y en parte porque ya estaba bastante harto de la voz de Fletcher, que a su parecer no había traído más que comentarios inútiles y desgracias -¿No ves cómo está? Anda, ve a abrir tu taller o a ponerte a decir tonterías en otro lado.

Fletcher se ofendió y estuvo a punto de replicar cuando vio el rostro de Arthur, desde atrás de la barra, y fue suficiente motivación para despedirse, pidiendo una disculpa a Geralt para luego maldecir en voz baja a Finegan y a toda su especie, e irse en dirección a su taller.

En la taberna sólo quedaron Finegan, Geralt, Arthur y otros dos clientes en las mesas de al fondo, que no parecían con muchos ánimos de conversar y que probablemente se retirarán dentro de poco.

StardustWhere stories live. Discover now