Unos gritos hicieron que los seres se despertaran. Rafael miró el reloj de pared que se encontraba en su celda y vio que eran las seis de la mañana, la tortuga se levantó y miró.
-- ¡Sueltenme!-- Un ser de un tamaño algo alto y con cuernos forcejeaba con los soldados.
-- Quédate quieto-- Lo lanzaron en la celda donde Dodi se encontraba.
El ser trató de salir, pero las celdas le impidieron esa acción, trató de romper los barrotes, obviamente no lo logró.
-- Ya me contaron de esos barrotes, son indestructibles-- Dijo el olocoon.
-- ¿Dónde estoy y porqué me trajeron?
-- Este es el área 51 y porque los humanos se creen dueños de todo.
-- ¿Quién eres tú?
-- Soy Dodi, vengo del planeta Olocoon.
-- Yo soy Jim el cazatroles, vengo de, bueno, soy de aquí-- Dijo con una sonrisa.
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-- Bueno, para tu suerte no te quedarás aquí por más tiempo. Descansa porque mañana será un día pesado.
-- ¿Porqué?
-- Saldremos de aquí, no hagas nada sospechoso, te explico más o menos lo que tienes que hacer para evitar sospechas.
Comenzaron a hablar un poco y después se durmieron en sus camas correspondientes. Al dar las nueve, las celdas se abrieron. Todos fueron al comedor y tomaron asiento. Krel estaba caminando junto a Aja, tomaron sus platos, se sirvieron y caminaron hacia su mesa. El chico miraba a Cathy, quien estaba a lado de otros seres en otra mesa.
-- Creo que a mi hermanito lo visitó ese ser que le llaman "cupido"-- Sonrio.
-- No es cierto-- Krel miró a otro lado con un rubor en sus mejillas.
-- Claro que sí.
Los dos comenzaron a discutir, haciendo que Cathy viera al chico, sonrio y lo seguía mirando hasta que una chica de piel morada y pelo rosa la miraba, rodó los ojos y decidió hablarle.
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