Mi Tutora ➴ Logan Henderson

Capítulo 09

Capítulo 09: Érase una vez.

Hace seis años conocí por primera vez a la familia Henderson.

En ese momento tenía casi 11 años, yo era una niña bastante alegre y demasiado apegada a mi —en ese entonces— adorable hermano mellizo. Ambos éramos bastante traviesos juntos y sumamente torpes a la hora de buscar nuevas aventuras; estar quietos no era algo que estuviera en nuestro diccionario, por lo que, por un par de años fuimos un gran dolor de cabeza para nuestros padres.

Para ese entonces mi madre hacía pequeños trabajos de confección, arreglaba ropa y creaba atuendos bastante alucinantes para varias personas del vecindario, mi padre por otra parte, trabajaba de oficinista en una editorial. La constante ilusión que tenía mamá sobre tener una boutique —o algo parecido— con sus propios diseños fue lo que impulsó a mis padres a trabajar bastante duro hasta poder cumplirlo. Fue cuestión de tiempo para que Schmidt's Élégant se fundara como un pequeño local.

Tres meses después, mis padres llegaron a conocer a Jeffrey y Pamela Henderson, ambos habían caído en el local de mis padres en busca de atuendos para una boda, y tras varias visitas más fue cuando se dio a conocer el talento de Pamela de crear bocetos y diseñar, así como la carrera en ascenso que tenía Jeffrey en publicidad.

Tuvieron que pasar arduos meses para que la unificación de los Schmidt y Henderson se concretara, y en una noche de abril por fin tuvimos la dicha de conocer a la familia Henderson por completo.

Aún recuerdo lo callado y reservado que era Logan en ese momento, Amber en cambio era más que nada tímida; fue un gran choque para nosotros ir a la gran casa de los Henderson, entre lo destacable, aquella familia vivía bastante bien, pero lo que más me llegó a impresionar fue el frío ambiente familiar que había en dicha casa. La única interacción que tenían los señores Henderson con sus hijos eran cuando estos les recordaba sobre sus modales. En esa reunión nunca llegué a ver a la pareja Henderson decirles cumplidos, les abrazaran o dedicarles una sonrisa siquiera. Y las siguientes fueron casi exactamente igual, cero contacto con ellos.

Le pregunté el por qué a mamá mientras me estaba acomodando en la cama esa misma noche y ella respondió con una ligera sonrisa: —Muchas veces los papás están muy ocupados para estar con sus hijos —Acarició mi cabello—, es por eso que ustedes deben sentirse afortunados de que siempre estemos para ustedes —dijo antes de darme un beso en la frente y darme las buenas noches.

Siempre me dio tristeza ese hecho, así que cada vez que nos reuníamos con ellos, tanto mi hermano como yo tratábamos de iniciar conversación con Logan y Amber, pero terminábamos con el mismo resultado cada noche, por lo que llegó un momento en el que dejamos de intentarlo.

No fue hasta un año después, que inicié de manera no intencional contacto con uno de los hermanos Henderson.

Estaba en el baño queriendo alcanzar de uno de los estantes una toalla, y en un descuido un gran bote de jabón líquido me cayó en la cabeza. El golpe sonó tan fuerte que Logan, que estaba pasando justo en ese momento por el pasillo, lo llegó a escuchar y mi llanto fue lo que le hizo entrar.

—Ahg, ¿te duele mucho? —preguntó mientras tomaba el bote y lo colocaba en el lavamanos, yo asentí entre lagrimas— No llores, que vas a hacer enojar a nuestros papás —dijo después de cerrar la puerta y tratar de tranquilizarme, pero claro, sus palabras no ayudaban en lo absoluto.

—No es cierto —balbuceé entre lágrimas—. Mamá siempre me da un beso cada vez que me lastimo —dije al masajear la zona golpeada en mi cabeza, le di un vistazo al bote que estaba en el lavamanos, tenía miedo de que esa cosa haya abierto mi cabeza.