•Nenúfar•

198 19 1
                                    

Despertó agitado, era la séptima vez que soñaba aquello, era como si un vago recuerdo le llegará de repente, pero en lugar de ser un buen sueño, era uno que le traía dolor, mucho pero mucho dolor.

Las lágrimas brotaban de sus orbes cafés, cada vez que aquellas visiones venían, su mente no lograba calmarse. Pero no eran imágenes horribles o grotescas, eran imágenes de tristeza, quizás era un recuerdo reprimido de su infancia. Si ese lugar quizás fue uno de los tantos que sus padres solían llevarlos, era una especie de parque ecológico, tenía una reserva para aves y para animales acuático, en medio estaba una pequeña edificación donde se podía alimentar a los animales, estaba algo elevado, pero eso no impedía que la familia membrana fuera a ahí.

El momento triste era cuando el comenzaba a alimentar a los animales, una figura femenina alta le daba migajas de pan, Dib trataba de partirlos en pequeños pedazos, aquella figura tenía cargando a su hermana de apenas 3 años, justo cuando el pequeño estaba acabando sintió un pequeño empujón que lo hizo caer al lago verdoso, aquella mujer se lanzó a tratar de alcanzarlo, ambos cayeron al agua, algunos lirios y uno que otro nenúfar habían sido alborotados por la onda expansiva, la siguiente imagen era del joven infante estando en la sala de un hospital, donde las imágenes eran un tanto borrosas, pero veía aquella figura femenina peleando como una fiera con otra figura masculino, era su madre discutiendo fuertemente con su padre, Dib trato de moverse pero le fue inútil, algo le impedía hacerlo.

Siempre se preguntaba si eso había ocurrido o quizás sólo era un lucido sueño, trato de no pensar en eso, pero a veces le era imposible, no recordaba mucho aquel viaje y desde que tenía memoria ellos nunca salían de su casa, sus abuelos eran quienes los visitaban, y eso solo los maternos, eran dulces personas que amaban a su única hija, pero desaprobaban su matrimonio, sin embargo, eran buenos con Gaz y con él, cuando estaban sus abuelos Dib se olvidaba de la falta de paternidad, su abuelo era un hombre que cultivaba y siempre le dijo que algún día él debía ir a la granja y su abuela era una dulce señora... Pero cuando su madre murió, ellos dejaron de frecuentarlos, hasta que finalmente ya no supieron nada de ellos, por otra parte Dib y Gaz jamás conocieron a sus abuelos paternos, ya que vivían al otro lado del país, su padre siempre estubo tan ocupado que apenas y cenaba con ellos una vez al año.

Dib tenía recuerdos amargos, que realmente lo hacían sentir miserable, pero por alguna razón, él seguía intentando sobrevivir, muchos recuerdos aún salían a flote y él deseaba pararlos, pero siempre venían a él, no importaba cuanto lo deseara, los recuerdos venían y con más fuerza.

31 días con ella Where stories live. Discover now