Our secret || KT + PJ ||

014

"Feliz cumpleaños Taehyungie~"

Bien, cuando la mamá de Taehyung aceptó a hacer la fiesta de cumpleaños de su pequeño en casa nunca imaginó que los amigos de su hijo fueran lo más parecido a tornados, aparte de que parecían tener altavoces en la boca porque hablaban a gritos, y justo ahora estaba arrepintiéndose de decirle que sí a la tierna carita de Jimin, lo apuntaría en cualquier lugar para la próxima vez, o quizás irse de casa también.

— Woojin dejó escapar la oportunidad de su vida al decirle que no a aquella chica. — Comentó Felix, dejándose caer nuevamente al suelo tras volver de la cocina, con una nueva botella de refresco en sus manos (La señora Kim casi los mata al nombrar el alcohol) y se echó en su vaso, sacandole la lengua al escuchar a su amigo chistar.

— Realmente no me interesaba, es demasiado pegajosa para mí. — Dijo llenando su boca de frituras, apoyándose en el hombro de Yoongi a su lado, quién lo empujó levemente, ganándose otro pequeño golpe en su brazo.

— Bruto. — Se quejó el cabellera grisácea, volviendo su mirada a la pantalla de su móvil, moviendo sus dedos por esta.

Ninguno de los presentes dándose cuenta de que la presencia del cumpleañero y su mejor amigo no estaban allí con ellos, demasiado metidos en sus conversaciones sin sentido.

Mientras tanto en el cuarto de baño, aquellos dos jóvenes se estaban devorando prácticamente.

El mayor había aprovechado la distracción de su grupo de amigos para arrastrar al menor con él hasta la pequeña habitación y cargarlo una vez la puerta estuvo cerrada.

Sus bocas buscándose entre ellas casi con desesperación, deseosas de volver a sentirse entre ellas, al igual que sus lenguas, las cuales unieron una y otra vez, explorando la (ya conocida) cavidad bucal del contrario.

La espalda del menor chocó contra la pared del baño, sacándole un pequeño jadeo, y se aferró a los hombros de Tae, atrapando entre sus dientes el hinchado labio inferior del mayor.

Y ahí siguieron hasta que la puerta del cuarto de baño sonó, haciéndolos separarse.

— Hey, ustedes dos, par de calenturientos la señora Kim quiere que te cantemos ya feliz cumpleaños, y no va a cortar la tarta hasta que aparezca, así que salir, tengo hambre. — La voz perezosa de Wonho se escuchó tras la puerta y golpeó una cuantas veces más antes de retirarse, amenazandolos porque quería tarta.

No era ningún secreto la rara relación que ambos mantenían, la cuál era más que nada sexual y nada oficial, eso sí, entre ellos habían puesto un par de normas, las cuales consistían en no estar con nadie más o tener relaciones mientras entre ellos existiera aquello.

Tae paseó su lengua lentamente por la zona expuesta del blanquecino cuello de su amigo y se separó, soltando una pequeña risa.

— Mejor vayamos antes de que Wonho vuelva y tire la puerta. — La voz del rubio sonó divertida y dejó con cuidado al menor en el suelo, relamió su labio inferior y salió tras de Jimin, observando a todos alrededor de su madre, quién traía el pastel en sus manos.

Sus amigos eran tan peculiares...

~•★•~

Después de una divertida tarde, donde el peor momento fue la entrega de regalos, donde se preguntó quién era peor: si su madre por regalarle condones o sus amigos por las tonterías "útiles" (según ellos) que le habían comprado, podía decir que todo había acabado bien.

Aunque su noche acabaría aún mejor...

Pues no supo en que momento o después de tantos besos, la temperatura en ambos cuerpos comenzó a subir y decidieron acabar lo que aquella tarde no terminaron, sabían que tenían altas posibilidades de ser escuchados, pero en aquel momento solo se dejaron llevar.