Capítulo 5

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Cuando Gun llegó a su habitación cerró la puerta detrás de él y se apoyó en ella, cayendo poco a poco hasta llegar al piso.

Había sido un tonto, al hacer aquello sólo se había puesto en evidencia, seguramente Tay lo odiaba en estos momentos. —pensó frustrado, mientras las lágrimas se arremolinaban en su rostro causando una tormenta.

Se tapó la cara con ambas manos y se dejó ir, lloró por todo y por nada, por sólo desfogar de alguna manera.

Se encontraba ya esnifando cuando su puerta fue golpeada suavemente.

Gun se quedó quieto.

—¿Gun?

Era el clon uno, se tapó la boca con ambas manos para evitar hacer algún ruido.

—Voy a tirar la maldita puerta si no abres Gonie-Gonie —lo dijo con voz calma, pero con la promesa a tajo. Él realmente cumpliría.

Se paró lentamente, pasándose las manos por el rostro, retirando toda huella de la lluvia de sus lágrimas.

Medio abrió la puerta.

—¿Qué quieres? Necesito mi espacio s— no terminó la frase debido a que la enorme figura de Joss adentrándose en su cuarto lo dejo mudo, realmente no quería que lo viera así.

—¿Qué tienes? ¿Por qué no estás abajo con los demás? Siem—

Su hermano lo miró con el ceño fruncido, imaginaba como se veía, como siempre que lloraba. Todo rojo y con los ojos hinchados.

Una lágrima se precipitó en su mejilla, Joss alargó su mano y la detuvo a medio camino.

—¿Quién te hizo daño? —preguntó con voz controlada, como si no quisiera asustar a Gun con su furia.

—No es nada, —dijo rápidamente. —sólo recordé una película triste ¿sabes? Y me puse melancólico.

El clon mayor lo arrastró entre sus enormes brazos.

—Está bien que no quieras hablar de ello, sólo no me mientas, sabes que lo odio. —le dijo, depositando un pequeño beso en sus cabellos.

Gun asintió contra su pecho.

Luego de unos minutos de darse cariño, Joss por fin lo dejó ir. Le tomó el rostro en sus manos y limpió su cara.

Le dio un beso en la nariz. Gun rio.

—Gracias, sabes que te amo ¿verdad? Eres mi clon favorito.

Ambos rieron.

—También te amo. —añadió, dándole un abrazo de oso al que Gun empezó a protestar por falta de aire.

—Eres un animal, —tosió, trayendo aire a sus pulmones, ya liberado de aquel apretado abrazo. —¡¿Quieres matarme?!

Joss empezó a reír, le dio un beso tronador en la frente y con eso salió de la habitación, no sin antes decirle que podía contar con él y que siempre estaría allí para escucharlo. A lo que Gun meneó la cabeza de manera afirmativa.

En lo que fue del día no salió de su habitación.

Lo que no sabía era que al día siguiente su hermano lo iba a sorprender mucho más de lo que se había sorprendido a sí mismo.

Y es que no era para menos, el verlo conversando con el jardinero, de lo más casual, como si fueran amigos... era lo peor.

Se quedó inmóvil mirando aquella escena, como si no reconociera a su hermano. Justo después que había decidido salir de su encierro.

Latidos -OffGunWo Geschichten leben. Entdecke jetzt