CAPITULO 5

66 4 0
                                    

EL PRIMER GUERRERO

Me dirigí a la montaña más alta de ese planeta, de lejos solamente la veía grande, pero cuando me fui acercando, vi que era inmensa, la nave llego hasta lo más alto, donde el cielo tocaba la tierra... su superficie no era plana, parecía que antes había sido un volcán, por lo visto parecía inactivo había una especie de lava seca, o tierra extraña de color negro mientras más me acercaba al centro del volcán, se hacía más oscura su superficie, una especie de neblina comenzó a aparecer era espesa y blanca, ya no podía ver por el cristal, detuve la nave y decidí bajarme, cuando me baje, sentí mi cuerpo pesado, por alguna razón la gravedad era mucho mayor en ese lugar, cada paso que daba era un esfuerzo enorme, después de unos tres pasos, escuche algo.

Volteé para mirar pero no había nada. Lentamente agarre un arma laser que tenía en mi pierna.

Me detuve para esperar qué pasaba. Pero esta vez el sonido volvió a escucharse detrás de mí, volteé nuevamente y no vi nada, el sonido volvió a escucharse a mi lado. Ya me estaba preocupando,

- ¿Quien anda ahí? Grite.

Apuntando a todos lados.

De repente el sonido vino desde arriba, levante la cabeza, y de la neblina salió una sombra que me brinco encima tirándome al suelo. Me moví como pude, sujete el arma y le apunte.

- ¿Quién eres? le grite.

Me levante, pero todo había sido muy rápido, sin darme cuenta comencé a ver a la extraña silueta borrosa, mis ojos se comenzaron a apagar, mis brazos se colocaron débiles, solté el arma, y me comencé a tambalear para los lados, parecía un animal mal herido, la extraña silueta me siguió mirando fijamente.

Casi no podía pensar, se me estaba apagando el cuerpo y no sabía porque, cuando caí arrodillado vi un dardo de muchos colores en mi muslo derecho.

Pensé; -porque no logro salir de un desmayo, primero mi nave y ahora esto. . . Caí al piso, y mis ojos se comenzaron a cerrar.

...

¿Qué están haciendo? Grite.

Mis ojos se comenzaron abrir, no sabía dónde estaba o cuánto tiempo había pasado, estaba amarrado a una especie de tronco, y muchos alienígenas de piel oscura pintados de colores bailaban y se movían rápido alrededor de mí, parecía que era una fiesta, y yo era el banquete.

Intente soltarme pero no podía moverme.

-¡Que están haciendo! Suéltenme. No saben con quién se está metiendo. Grite forcejando.

De repente todos hicieron silencio.

-Ah, así es, no sabe con quién se están metiendo. Les dije sarcásticamente.

Todos miraron unas telas que estaban frente a mí, y de momento, volví a escuchar el sonido que hacia el guerrero que me había atacado, para mi sorpresa fue quien salió de las telas y comenzó a caminar entre los demás.

Todos lo reverenciaban y hacían sonidos extraños parecía que era su rey o el más poderoso de su raza, esta vez lo vi bien, era musculoso, de brazos y piernas fuertes, tenía una armadura de ramas hojas, y metales entrelazados, tatuajes y marcas con pintura cubrían su cuerpo, su cara estaba cubierta por una especie de mascara, solo se veían sus ojos, eran totalmente negros, y llevaba un bastón con huecos y campanas, cuando caminaba las campanas se movían y hacían el sonido, que antes había escuchado, se paró frente a mí.

Sin decir nada, pensé que me golpearía, o me partiría en dos con sus manos.

No se me ocurría nada para hacer, estaba asustado, mi cuerpo no reaccionaba. . . No sé cómo lo hice pero me arme de valor, y le grite.

-Hey tú, si tu fortachón ¿qué me miras, he, estas asustado porque casi te gano peleando?

Esperaba que ninguno de sus compañeros nos hubiera visto pelear, si no el plan no funcionaria.

- ¿Tienes miedo? Tuviste que escupir un dardo para detenerme, si no, no estuvieras aquí. . .

Seguí alardeando de poderes y habilidades que no tenía, todos me miraban esperando que el guerrero hiciera algo conmigo.

-Si tuviera las manos desatadas te haría pedazos. Le dije.

El guerrero pronuncio unas palabras en un idioma extraño, luego guardo silencio y dijo otras palabras más señalándome.

Se me acerco rápidamente. Pensé que me asesinaría. Saco un cuchillo de su tobillo y me soltó, caí al piso como plomo, me sentía con ropa mojada, el guerrero me agarro por la chaqueta y me lanzo a unos cuantos metros me levante puesto que mi vida estaba en peligro y me puse en posición de batalla, los demás alienígenas se colocaron velozmente alrededor como para ver una pelea de escuela.

-Las reglas son simples humano, pierde quien muera, así determinaremos quien es el mejor.

No lo podía creer había hablado en mi idioma, de que raza eran estos seres tan extraños, su voz no sonaba tan fuerte como su aspecto, pensé que era por la máscara, o por ser otro idioma.

Rápido prepare un nuevo plan, sabía que peleando en esa arena iba a morir al primer ataque.

Los tambores comenzaron a sonar, los gritos se comenzaron a escuchar, mis piernas comenzaron a temblar, me agache para agarrar arena hice algunas poses de batalla para ganar tiempo después recordé el mensaje del Cicrew, todo se trataba sobre reclutar a los mejores de la galaxia, definitivamente él debía ser uno de ellos, el mapa me había señalado aquí y la doctora me había enviado en esta dirección, debía ser el. Entonces le pregunte.

- ¿Quién eres, por qué quieres matarme? - Grite para que me escuchara.

Con un movimiento casi impercivible para mis ojos se lanzó sobre mí, me cubrí con mis dos brazos el rostro, pero me golpeo cerca de la espalda.

Caí al piso de inmediato, me volteé con impedimento, había perdido el aire. Con el poco que me quedaba, le dije.

-Mi nombre es Jaack. No estoy buscando problemas solamente quiero...

Mi cabeza se echó para atrás como en un accidente de nave, su puño había golpeado mi cara con fuerza, caí para atrás, quejándome y tapándome la cara.

-Estas loco, le dije; estaba hablando, esta vez si me las vas a pagar. Me levante y lentamente me acerque con mis puños cerrados me puse en posición de boxeo.

- Ahora sí... Le dije.

De nueva se volvió acercar rápidamente, pero esta vez salte y me monte sobre su espalda, me sostenía con un brazo y lo intentaba ahorcar con otro, forcejeamos un par de segundos, pero me lanzo al piso, caí de espalda pero esta vez, había algo diferente en el guerrero, en mi mano estaba su máscara y cuando volteé a verlo, no lo podía creer.









el regreso de los heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora