Tratandote parte III

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Ya pasaron mas de 20 minutos ¿Donde anda el cap?

-JARVIS

-¿Señor?

-¿No crees que ya se tardó?- creo que cap ya me hizo algo paranoico, sin mencionar los atentados que he sufrido

-¿No creía que eras algo posesivo?- Menciono un sonriente rubio bajo el marco de la puerta que se acababa de abrir a su totalidad, con una bolsa de hielo en su mano izquierda y en la derecha mi malteada de chocolate.

-Te tardaste- sonreí sacarronamente mientras me acomodaba para beber la malteada.

-Lo siento pero alguien pidió una malteada de chocolate y ya no había en la despensa, tuve que ir rápido por más- se acerco y me la extendió.

   Cuando tuve en mi paladar el adorado líquido, él aprovecho y puso la bolsa de hielos en mi cabeza suavemente sobre el chichón. Obviamente casi lo golpeó por arruinarme el primer sorbo, sin embargo cuanto levante la mirada ~que había bajado por el dolor anterior~ para darle una reprimenda… él sólo me sonrió cariñosamente mientras se disculpaba  por su acto. Y nuevamente me desarmo.

   El resto de la tarde nos la pasamos en mi taller hablando y comiendo mis reservas de dulces, y de vez en cuando cambiaba los hielos y revisaba como estaban mis lesiones.

   Resulta que es mitad irlandés mitad americano porque su madre es irlandesa y su padre nació en Boston. Su padre se llamaba Joseph y su madre se llama Sarah y ella todavía vive allá, es hijo único y le gusta dibujar.

-No te creo.

-Es verdad

-No pareces de los chicos que dibujan o del arte inclusive, mas bien pareces un chico de deportes extremos.

-Desde siempre me a gustado dibujar y pintar, además estoy lo suficiente ocupado como para practicar deportes extremos o estudiar pintura como carrera. Es más, te aseguro que soy pesimo en esos tipo de prácticas.

-Creo que después de todo no eres el típico estereotipo de guardaespaldas- le sonreí al finalizar la oración, quien diría que este chico me caería muy bien.

-Supongo que si- contestó algo coibido desde su asiento.

-Es más, deberíamos ir a esquiar alguna vez, te encantará y serás la envidia de todos con ese cuerpo escultural que traes.

   Él solo atino a negar con la cabeza mientras se aguantaba la risa. En el taller tengo una minisala en la cual nos habíamos instalado y estábamos en el mismo sillón (uno de dos asientos) girados para vernos frente a frente con las botanas en la mesa del centro.

   No se en que punto de la platica nos fuimos acercando más y más, como si pudiéramos hacer la platica mas íntima a tal punto de tenerlo a 20 cm de mi cara. Él me contaba algo, estoy seguro, pero mi atención no estaba en lo que me contaba sino en sus facciones;  su piel pálida con micro pigmentos de pecas disparcidos en su cara a juego con sus hermosas y ordenadas hebras rubias, sus grandes ojos zafiro llenas de un brillo sin igual con pestañas largas, y… espera un minuto ¿Esas son ojeras?

-Oye Steve ¿Cuando fue la última vez que dormiste?- pregunte preocupado colocando ambas manos en sus mejillas-

STONY»El guardespaldas«Where stories live. Discover now