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Los rayos del sol asomaban por la única ventana que JiSung poseía en su habitación, provocando que los ojos de éstos comenzaran a abrirse lentamente, despertando de aquel sueño profundo que había tomado la noche anterior gracias a horas y horas de llanto.

Se sentó levemente en la cama, apoyando sus brazos e intentando reaccionar para poder despabilarse, estaba seguro de que sus ojos se verían rojos e inchados en abundancia, mientras que sus labios estaban también algo rojizos, pues se los habría mordido muchas veces por la tensión y los nervios.

Se levantó de manera lenta para después frotar sus manos en sus ojos, los cuales le picaban un poco. Su madre de repente entró en la habitación, ganando toda la atención de JiSung.

─Qué bien que has despertado, cariño.

JiSung la miró por unos segundos y luego bajó su mirada, empezando por jugar con sus manos. Ella tomó cercanía a su hijo y tomó sus manos cuidadosamente.

─Lo siento. Tienes que ir a primera hora al...

─Psicólogo, lo sé.─ interrumpió, sintiendo después la cálida mano de su madre acariciar su mejilla.

─Cariño, no sé realmente por qué, pero no puedo contradecir a tu padre.─ JiSung tomó su mano y la retiró de su mejilla, mirándola después por unos segundos y luego alejándose para ir a buscar ropa en su armario.

Él estaba molesto y su madre no podía aceptar aún que su hijo fuera gay, que su hijo sólo sea capaz de enamorarse de un chico, y que lo haya descubierto a temprana edad, se llenaba la cabeza de preguntas, si es que acaso su pequeño haya tenido ya reencuentros con hombres y eso le daba muchísimo miedo, pues podría acabar en quién sabe dónde y quién sabe cómo.

Más aún le lastimaba la forma en la que su mente era cerrada y en la que su padre lo maltrataba. Pero es que no podía contradecirse a sí misma y a su propia educación. Todo era diferente en sus tiempos y todo siempre lo verá de la misma forma. Ella estaba triste, pero a la vez consciente del daño que le causaban a su propio y único hijo, JiSung. Y eso, eso era lo que más le dolía a este último nombrado.

[...]

Transcurrió un tiempo hasta que JiSung ya se encontraba en el auto, en aquel día horrible y lluvioso, dirigiéndose a donde el psicólogo estaba, un centro privado de Seoul que era como una pequeña casa. Verían cómo transcurrían aquellas charlas y si todo venía bien, podrían haber mejores tratos y aumento de paga.

¿Por qué? JiSung se sentía como un objeto el cual debía ser devuelto en ciertos tiempos, el cual se usaba sólo para 'reparar' algo irreparable. Él sabía que el psicólogo no le afectaría ni le ayudaría en nada. Era una pérdida de tiempo en su vida. Sólo son charlas, o al menos eso pensaba. Se imaginaba un adulto de 40 años, que cuestionaba cada cosa que se te daba por decir y hacer.

Pero, todo resultó siendo lo contrario.

Apenas llegó, su madre lo acompañó hasta la entrada de recepción, donde el adolescente fue guiado hasta la oficina de quien sería ahora en adelante su psicólogo. Temeroso caminó, por todos lados miró, y debido a los nervios, con sus manos jugó.

Hasta que la puerta se abrió suavemente, dejando ver una silueta masculina más grande que la de JiSung, quien rápidamente escondió sus manos en las mangas de su suéter, nervioso.




Holaa, ¿qué tal? es mi primer fanfic del minsung. Por eso, si sale mal, lo lamento, porque recién que estoy empezando, MSKS. espero que les guste y que continúen la lectura. Por favor déjenme comentarios para ver lo que opinan, es divertido y me gusta ver aquello. 💞
Muchas gracias por leer, que tengan buen día o noche.

@minsung ─ "psicólogo"Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt