Primera parte 1/3

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~El ascensor~

Ya habían pasado cinco minutos desde que se había esfumado la luz. ¡Maldita suerte! Atrapado en ese maldi*to ascensor sin ventilación, con nadie más que Selena. ¡Maldición!

Maldecía por la insoportable falta de luz. Maldecía por el irritante calor que emanaba de todos los rincones de ese pequeño lugar. Maldecía la hora que seguía avanzando con una lentitud intolerable. Maldecía a los técnicos por ser unos ineptos y no solucionar el problema con velocidad.

-¿Puedes quedarte quieto por lo menos cinco segundos? Tus tembleques me desesperan - La voz cansada de Selena lo hicieron voltear hacia ella. Los destellos brillantes que liberaba su piel a causa del sudor parecieron cegarlo por unos instantes. ¡Maldición! ¿Debía ser ella la que estuviera ahí junto a él? No era sano para su salud mental, y menos con ese diminuto vestido azul cielo que se ceñía de manera magistral a su menuda figura.

-Quiero salir de aquí.- exclamó Justin exasperado.
-¿Y crees que yo no? ¡Llegaré tarde a mi cita! - [¿Debía decirle que iba a una cita? ¡Maldición!]
-¿Vas a una cita?
-Sí - Fue una respuesta monótona. - ¡Estos tacones me están matando!

Los tembleques de su cuerpo se intensificaron al notar la delicada mano de Selena posarse en su hombro. La chica lo miró con una extraña mueca. Se apoyó de la puerta cerrada del ascensor mientras se liberaba de sus zapatillas, pues, si buscaba el apoyo en Justin, lo más posible era que se cayera directo contra el piso.

-Justin, ¿te sientes bien?
-Perfectamente - Respiró hondo con la intención de calmarse. Miró a la joven por escasos segundos. - Me voy a sentar - Flexionó sus rodillas hasta sentir su trasero impactarse suavemente contra el suelo.
-Yo también. Esos zapatos magullaron mis pies - El atractivo joven realizaba esfuerzos sobre humanos para no desviar sus ojos del techo del lugar. Sintió la figura de la castaña sentarse frente a él, e imaginó la altura que había subido la base de su vestido, mostrando más piel de la que debería.

Cerró los ojos. ¿Quién demonios le había dicho "Enamórate de Selena", "Desea a Selena", "Fantasea con Selena"? Nadie... En el corazón, Ni en la mente...no se manda.

Años de amistad en los que esa chica ocupaba la mayor parte de sus pensamientos, y no precisamente como la hermanita de su mejor amigo. ¿Qué pensaba ella?

-Eres como mi hermana, Selena.

Eso se lo había dicho muchas veces, y él se recriminaba por ser un completo puto. ¿No podía besarla y hacerle ver que no era su hermano?

-¿Con quién ibas a salir?- preguntó tratando de cambiar de tema.
-Con Andres.

¡Maldito Andres! ¿No que era su amigo?

Los minutos dentro de ese lugar continuaban avanzando con increíble lentitud. De vez en cuando, desviaba sus ojos del techo para observar su reloj de pulsera. El calor aumentaba con el paso de cada segundo, por lo que se liberó de su gruesa chaqueta.

-Justin...
-¿Qué?
-Nada - La voz de Selena sonó con un ápice de inseguridad. En ese momento, la miró; la chica mantenía su cabeza apoyada en la puerta, cerca de los botones que marcaban los pisos del edificio. Había cerrado los ojos, seguramente por esa sensación de estar dopado por el calor.

No desaprovechó la oportunidad de verla detalladamente, conduciendo sus ojos miel por el pecho de ella, y llegando justo a lo que el nombraba "La Gloria". Pequeñas gotas de sudor resbalaban por su piel, y aquello sólo provocó que el cuerpo de Justin se calentara más de lo debido, y no gracias al calor. Sus piernas se encontraban flexionadas una sobre otra, adoptando la cómoda posición indígena. La esbeltez y hermosura de aquella parte de su cuerpo lo hicieron suspirar... se encontraba ante la perfección en persona, al menos para él.

-¡Maldición! - Masculló al sentir cierta parte ubicada en su entrepierna tensarse y agrandarse. Tomó el chaleco que se encontraba junto a él, y lo depositó con velocidad sobre su regazo.

Observó de nuevo el rostro de Selena, la cual se encontraba aún con los ojos cerrados. Suspiró de nuevo. ¿Qué pensaría Chaz si se enterara de las fantasías que anhelaba hacer realidad junto con su hermana? O, para cuestionar mejor ¿qué pensaría ella?

-Eres como mi hermano, Justin

Esas palabras taladraban su cabeza hasta provocar una molesta jaqueca. ¡No era su hermano, maldita sea, NO LO ERA!

-Justin...
-Dime... - Sus ojos continuaban mirándola con ese reflejo de veneración y deseo.-
-Hace mucho calor - Selena enderezó su cabeza y lo miró.-
-Sí... mucho calor.
-¿Por qué te tapas con eso? - La joven señaló el saco que tenia sobre sus piernas, él enrojeció sin evitarlo.
-Eh... pues...yo -balbuceo-
-¿Por qué tardan tanto en arreglar este problema? - Agradeció el que la castaña cambiara radicalmente de tema.
-Esto nos pasa por vivir en un edificio - Rió el joven para destensarse.-
-Sí... aunque me agrada, y más por el hecho de que eres mi vecino - Selena le sonrió abiertamente, y él se perdió en la perfecta curva de sus labios rosas.
-Sí, tu vecino... - Los tembleques regresaron a su cuerpo cuando sintió la figura de la Castaña moverse para estar a su lado. La joven enredó uno de sus brazos con el de Justin, y apoyó la cabeza en su fuerte hombro.
-Al menos estoy encerrada contigo - Sus exhalaciones se acrecentaron al sentir la respiración de Selena en su oreja y parte de su cuello. El bulto en su entrepierna sin duda debía ser más notorio.

Los minutos continuaban avanzando; segundo por segundo. Imaginó la alegría que lo invadiría si movía su rostro tan sólo un poco, logrando rozar la boca de Selena con la suya por lo menos una fracción de segundos. ¿Ella lo rechazaría?

-Eres como mi hermano, Justin.

Maldición, Justin. ¡No es tu hermana!¡Maldita sea no lo es!, puedes hacerlo .

Su conciencia actuó como un motivador profesional, y obtuvo buenos resultados.

Su cabeza se giró hacia la derecha, captando el aliento de Selena ahora en su mentón. Bajó su rostro unos milímetros, y la besó.

Un simple roce, más inocente que los besos de niños, fue lo que pudo disfrutar. Selena se había movido rápidamente, rompiendo el cálido contacto. La miró, y notó la confusión en esa mirada castaña que tanto adoraba.

-Justin...
-No soy tu hermano, Selena .No lo soy

Tomó su rostro con cierta brusquedad y lo acercó a él con notable desesperación. El choque de sus labios contra los de ella la obligó a entreabrir la boca con velocidad. Bendijo ese acto, y con el deseo ahora irradiando en cada poro de su piel, percibió la suave textura de la lengua de Selena entrar en contacto con la suya.

Sí existían las incontrolables mariposas que revoloteaban en el estómago con la velocidad de las alas de una libélula. El calor sofocante subió, más no era insoportable. La felicidad se acrecentó dentro de él como un huracán dispuesto a destruir media ciudad. La excitación en cada parte de su cuerpo aumentó altamente... La dicha estaba presente al notar que era correspondido.

Los delgados brazos de Selena se enredaron en su cuello, mientras los de él se aferraron a su estrecha cintura. Ahora se encontraban arrodillados, justo en el centro de aquel pequeño ascensor. Sus manos, anhelantes por recorrer caminos que deseaba explorar desde hace tiempo, despertaron del sedante que había producido el intenso vapor. Recorrió con lentitud la menuda espalda de Selena , deslizando sus dedos por la suavidad de su cabello suelto. Su aroma a primavera fresca lo hicieron suspirar dentro de su boca, y aquello ocasionó que el cuerpo de la joven se apretara contra el suyo.

Ella gimió al percibir el duro contacto de la entrepierna de Justin contra su vientre. Rompió el beso, y lo observó fijamente. Aquellos hipnotizantes ojos color miel la hicieron estremecer. Se mordió el labio inferior ante la visión de lo que podía suceder. Miró a Justin, quien la admiraba con una vehemencia que provocó otro suspiro de entre sus labios.

-No eres mi hermano, Justin.

-

El ascensorWhere stories live. Discover now