31. Poción Multijugos.

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- No se burlen, fue la primera vez que vimos un fénix y no estábamos teniendo un buen día - les digo a los de nuestro grupo y a los Merodeadores que no dejaban de reír.

- Y no sabíamos que hacer - agrega Harry.

- Lo entendemos, solo ignoren al resto - nos dice Lily.

Harry profiere un grito de horror y retrocedimos hasta el escritorio. Buscamos por si había cerca un vaso con agua, pero no vemos ninguno. El pájaro, mientras tanto, se había convertido en una bola de fuego; emitiendo un fuerte chillido, y en un instante después no quedaba de él más que un montoncito humeante de cenizas en el suelo.

- No admiro su suerte - nos dice Regulus.

- Lo que pasa es que la guardamos para cuando nuestras vidas peligran - le dice en cambio Ron.

- Es cierto, ahí si somos muy afortunados - agrega Herms.

- Eso suena alentador - comenta James.

- Por las cosas que pasaron y de lo que nos falta saber... es una buena noticia - le dice su madre.

La puerta del despacho se abrió. Entra Dumbledore, con aspecto sombrío.

-Profesor - dijo Harry nervioso -, su pájaro..., no pude hacer nada..., acaba de arder...

Para nuestra sorpresa, Dumbledore sonríe.

-Ya era hora - dijo - Hace días que tenía un aspecto horroroso. Yo le decía que se diera prisa.

Se ríe de la cara atónita que ponemos ambos.

- Fawkes es un fénix, Harry. Los fénix se prenden fuego cuando les llega el momento de morir, y luego renacen de sus cenizas. Mira...

Con Harry dirigimos la vista hacia la percha a tiempo de ver un pollito diminuto y arrugado que asoma la cabeza por entre las cenizas. Era igual de feo que el antiguo.

- Lo siento - le digo a Dumbledore - Pero Fawken es muy hermoso cuando esta en su juventud.

- Entiendo a lo que se refiere Señorita Gryffindor, no tiene que disculparse.

- Es una pena que lo hayan tenido que ver el día en que ha ardido - dijo Dumbledore, sentándose detrás del escritorio - La mayor parte del tiempo es realmente precioso, con sus plumas rojas y doradas. Fascinantes criaturas, los fénix. Pueden transportar cargas muy pesadas, sus lágrimas tienen poderes curativos y son mascotas muy fieles.

Con el susto del incendio de Fawkes, casi hemos olvidado del motivo por el que nos encontramos allí, pero lo recuerdo en cuanto Dumbledore se sienta en su silla de respaldo alto, detrás del escritorio, y fija en él sus ojos penetrantes, de color azul claro.

Sin embargo, antes de que el director pueda decir otra palabra, la puerta se abrió de improviso e irrumpió Hagrid en el despacho con expresión desesperada, el pasamontañas mal colocado sobre su pelo negro, y el gallo muerto sujeto aún en una mano.

- ¡No fue Harry, Profesor Dumbledore! - dice Hagrid deprisa - Yo hablaba con ellos segundos antes de que hallaran al muchacho, señor, él no tuvo tiempo...

- Gracias Hagrid por ir a socorrerlos - les dice mi padre.

- Fredderick, haría lo mismo por ustedes.

- Lo sabemos y nos gustaría poder hacer por ti - le dice James.

- No es necesario muchachos...

- Lo mereces Hagrid - le dice Harry - Para el final del libro tendrás tu regalo.

Dumbledore trataba de decir algo, pero Hagrid seguía hablando, agitando el gallo en su desesperación y esparciendo las plumas por todas partes.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang