¿Cómo demonios se vive sin saber como utilizar tu poder?
África es una vampira psíquica que va a ser buscada por Aro vulturi pero él no sabe lo poderosa que se vuelve. Emmett y ella vivirán esas situaciones y se ayudarán. Qué es ese olor que él nota...
Camino, cabeza baja y sonriendo por lo que hace unos tres días pasó en la boda de la humana y Edward. Shabeel me gruñe intentando llamar mi atención.
-¿Qué pasa, pequeño?- Le contesto parando mi caminata y mirándolo. Shabeel vuelve a gruñir en dirección hacia la copa de un árbol. Levanto mi vista observando que no hay nada. Las hojas se mueven con su ritmo natural, la savia chorrea por el tronco..., todo normal.
Vuelvo a caminar rodando los ojos. Me vuelvo a parar teniendo la necesidad de hacerlo. Mi vista se gira hacia un ciervo que comía hierba con tranquilidad bajo el piar de los pájaros. Una milésima de segundo después, me doy cuenta de que mis propios instintos de animal están a punto de salir gracias a la sed.
Echo una mirada rápida a Shabeel y empiezo a correr tras el ciervo, que al verme, asustado sale huyendo. Siento las ramas secas del suelo clavarse en mis pies y el aire azotando mi rostro. Sonrío al sentirme libre pero enseguida mis instintos vuelven a tener el control. Es demasiado rápido, no lo alcanzo. Al ver que no puedo, paro en seco y busco algo, algo que ni yo misma sé que es.
Fijo mi vista en unas ramas secas en punta del suelo y las alzo con mi mente. Mi diana se ve a lo lejos, se ve nervioso, pero ha parado de correr. Las ramas secas se ponen en punta hacia el cuerpo de mi presa y las lanzo entre cerrando más mis ojos.
Me acerco, sorprendida por lo que acabo de hacer con mi don. Al ver la sangre, no puedo retenerme más y acabo hinchando mis dientes en su gruesa piel.
(...)
Ya en las calles más oscuras de Forks, me encuentro volviendo a mi departamento. Al darme cuenta de que no me sentía saciada con el ciervo, fui en busca de sangre humana, y aquí estoy. Sintiéndome más enérgica, doblo la esquina encontrandome con dos chicos con piel bronceada y una chica igual a ellos.
Al verlos, me quedo mirandolos con confusión. El chico más pequeño, sonríe y el otro, al mirarme directamente a los ojos, le empiezan a temblar las piernas, y parece estar sudando. Pasan unos segundos que parecen eternos (además de incómodos). Parece que el chico mayor, está mejor. Me habrá tenido miedo? Shabeel les gruñe.
-Hey, Shabeel, no gruñas.- Le digo medio regañandole. Los tres ahora me miran sonriendome, hago lo mismo.
-Soy Jacob, este es Seth y ella es Leah. Somos licantropos, de la manada quileute.- Me sorprendo pero enseguida vuelvo a estar en mi postura normal.
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-Si, he oído hablar de vosotros.- Es lo que tiene leer tanto sobre mitología, también he leído sobre quimeras, alfas, betas, omegas, banshees, mujeres coyote, etc...
-Hemos visto lo que le has hecho al ciervo.- Habla la chica con una muy ligera sonrisa en su rostro.
-No me suele gustar que me espíen, así que ya podéis estar volviendo con el resto de vuestra manada.- Les digo mientras paso entre ellos rodando los ojos.
